Dialogo con mi conciencia
Ariel Glaria Enriquez
HAVANA TIMES — De noche sentado frente al televisor, en mi casa. Ya quieres irte a dormir y no has escrito nada, dice mi conciencia.
YO: No encuentro ningún tema.
CONCIENCIA: Te pasas el día pensando en un montón de cosas y cogiendo lucha con casi todo y al final dices no encontrar nada.
YO: No sigas.
CONCIENCIA: Últimamente parece que andamos cada uno por su lado.
YO: Para ti es muy fácil armar berrinches. Mejor sugiéreme algo.
CONCIENCIA: Habla de tu paranoia….
YO: ¿A esta hora? ¿Quieres que termine dormido y babeado?… por favor.
CONCIENCIA: Escribe, entonces, sobre la represalia que, según tu paranoico instinto, puede venir contra los colaboradores de Havana Times.
YO: No tengo como probarlo, además…
CONCIENCIA, interrumpiéndome: Di algo de todos tus amigos que se han ido de Cuba y no has vuelto a saber de ellos. De los pocos que te quedan y la incertidumbre que te produce pensar que también un día se vayan, de tus hermanos que no sabes si los volverás a ver… del miedo a convertirte en un extraño en tu propio país.
YO: Lo he pensado, pero me resulta tan común como triste.
CONCIENCIA: Entiendo. Piensas que en Cuba todo está diseñado para que las experiencias, los deseos y hasta los sueños de todos sean los mismos, pero tu propio punto de vista puede hacer la diferencia.
YO: Tal vez, pero aún así es triste.
CONCIENCIA: La tristeza también se comparte.
Silencio.
Por primera vez me fijo en el programa que pasan en la TV: un chef mexicano elabora platos en los que el ingrediente principal es el chocolate. : ¡Eso es una falta de respeto! Grita mi esposa.
CONCIENCIA: Escuchaste, ahí tienes un tema. Seguro que para ellos (los de arriba) no es problema conseguir chocolate. Incluso sé que puedes imaginar a algún personajote de esos corriendo a escribir la receta, mientras todos tus vecinos y tu mujer cambian el canal.
Nuevo silencio.
CONCIENCIA: Opina sobre lo desaliñada y flaca que se ve la gente en Cuba.
YO: Podría, pero lo que más me preocupa no es la apariencia, sino lo que se ha roto dentro de los cubanos.
CONCIENCIA: Y dentro de ti.
Silencio definitivo.
Triste, Ariel, y lo peor es que esa realidad golpea fuerte.