Entre la adversidad y la esperanza
Por Ammi
HAVANA TIMES – El filósofo del siglo XVII, Thomas Hobbes, señaló magníficamente que la vida humana en su estado natural es: solitaria, pobre, desagradable, brutal y corta. Sostenía que nuestros instintos tienden a competir, para lograr dominar a los demás. De modo que sería necesario establecer gobiernos para mantener la ley y el orden.
Estas características tan poco descriptivas para un cubano, quizás se han marcado de manera considerable en este fenómeno social de transformación en la etapa de aislamiento.
Que un cubano tenga que aprender a ser solitario, que no pueda acercarse a menos de un metro a un amigo o conocido es algo bien difícil de asimilar. Es que, por naturaleza, los habitantes de la Isla, después de conversar un tiempo prudente con un desconocido ya lo está invitando a un café.
Sobre el tema Pobre, muchos están rayando a la pobreza y ni siquiera se quejan. Así han vivido la mayor parte de su vida la gran mayoría de la población. Ahora está la incertidumbre de no saber hasta qué punto nos abrazará el capitalismo y como se alcanzará a llegar al dólar a cada bolsillo. Pues se iluminan de esperanza algunos rostros, que aún estemos a tiempo para visualizar un futuro alentador de cambio y reestructuración gubernamental.
El horizonte incierto
Ahora en cuanto a lo desagradable y brutal, se colocan sin pedir permiso a mi mente las imágenes que como Armagedón inevitable y gradual va llegando a nuestra Isla. La ola de una represión impulsada por el cuerpo militar uniformado de policías y otros agentes del régimen contra la población. Cualquier pequeña infracción puede ser el detonante para una golpiza histórica.
Consecuencias terribles como: la pérdida de identidad, los valores o su cultura es el mayor temor en este nuevo orden, cuando las prioridades son las colas, alcanzar alimentos o aseo, tener acceso a internet. Y caminar en la cuerda floja, pensando, si los bolsillos alguna vez se volverán verdes.
Cerrando estas características la luz al final del túnel pudiera ser que todo esté sujeto a un tiempo relativamente corto. Mientras tanto continúa un competir de instintos, con tendencia a sobrevivir.