El ensueño de la corte imperial

Por Ammi

HAVANA TIMES – Como un experto en estafa es como siento la actitud ante cada propaganda que hace el Gobierno cubano para hablar del país.

Si se habla de medicina, pues comienzan el verso trillado de que: “Cuba es una potencia medica” “que no hay mejor Sistema de Salud que el cubano”, aunque delante de todos los ojos se muestre un deterioro constante de los hospitales, camillas con gusanos, negligencias que cada vez cobran más vidas.

Se venden los médicos como si fueran café, tabaco y ron, se les paga una mínima parte de sus “colaboraciones” y se le rinde un culto a las nueve de la noche con hipócritas aplausos.

Si se habla de educación, pues el mismo discurso por más de 60 años: “Que la educación es gratis”, a pesar de ser testigos de que la educación está en una ruptura irreparable.

Desde el nivel de Enseñanza Media ya mandan emisarios a las escuelas tratando de conseguir jóvenes candidatos para lograr matrículas en los institutos pedagógicos; la mayoría entran por embullo o por la promesa de obtener un salario adecuado, sin importar si tienen verdaderamente la vocación.

Serán niños impartiendo clases a otros niños, al final unos pocos continúan la carrera y añadiéndole a eso los contenidos pedagógicos, que van encaminados a una imposición sectaria, del sistema revolucionario-comunista.

Las madres cubanas no tenemos la opción de educar a nuestros hijos con maestros particulares o alguna institución religiosa, en fin, nuestros hijos simbólicamente dejan de ser nuestros en cuanto tienen edad preescolar, el Estado los acoge para adoctrinarlos a su antojo.

El Gobierno vive en la bola de cristal que todo en Cuba es lo mejo,r a pesar de que es un país donde a un extranjero se le llama “señor” y a nosotros “compañeros” y “compañeras”, para comprometernos a todos y hacernos cómplices de las mentiras que se venden.

A veces me pregunto ¿cómo hacen para no ver a su alrededor? ¿Cómo hablar de que todo está bien si saben que todo está patas arriba?

Como un experto en estafa es como siento la actitud ante cada propaganda que hace el Gobierno cubano para hablar del país., ¡cómo si nos pagaran en esa Moneda!

Hoy recordé los dos años que estuvo preso mi tío por llevar tres billetes de esos que vienen del Norte y que hoy parecen ser la tabla de salvación para el Gobierno, pero no para mí.

No tengo un pariente que me abra una tarjeta con 100 ni con 20, no tengo más que mis 300 pesos cubanos que solo tienen acceso al pregón del verdulero o el panadero o cualquiera de esos grandes caminantes que andan a pie como yo, o retomar la iniciativa de las noches habaneras sentados en el borde de la acera, en la tienda de los pobres, donde tejemos historias, en tanto llega la mañana y esperar qué nos traerá el camión, si pollo, jabón o detergente.

Mientras, en el castillo del rey se llenan las arcas que seguirán contaminando cada vez más el ensueño de la corte imperial.

Esperemos que pronto se rompa la burbuja.