Un comentario absolutamente homofóbico

Alfredo Fernández

Foto: Caridad

HAVANA TIMES, 13 mar — Luis Miguel, más conocido entre los lectores por el diminutivo del “Luismi,” es un excelente lector, comentarista y a veces bloguero de havanatimes.

Hace un tiempo atrás, motivado por lo inteligente, vivaz y el peculiar uso del idioma en los comentarios del Luismi, tuve a bien escribir un post con halagos a sus opiniones (El Luismi es mi preferido).

Pero hoy,  por honestidad,  me veo obligado  a disentir de él. Me referiré  a un comentario de Luismi al post “De orgasmos, prostitución y Monika Krause” a cargo de la colega María Matienzo.

Su comentario es absolutamente homofóbico.

A continuación muestro a los lectores un fragmento de su primera oración “…yo no estoy muy seguro que la diversidad sexual sea algo normal,”  luego, continuará su comentario expresando,  “Una de las posibles causas por las que se extinguió el (hombre de) Neanderthal fue por homosexual. No por gusto en Atenas pusieron una ley que había que copular con mujeres.”

Unas  líneas más abajo el Luismi llegará al colmo al intentar revestir de filosofía lo que no es otra cosa que intolerancia, incomprensión y  descredito, para eso expresará:

“Como puedes ver, desde este episteme, la homosexualidad sería una ruptura, en el sentido riguroso, de la continuidad de un sistema. Dicho en términos médicos: una enfermedad.

“Está claro que no hay que recriminar a nadie por padecerla, pues a nadie se recrimina por padecer cáncer o alguna otra enfermedad.”

El Luismi rematará su fatal comentario contradiciendo lo dicho en cuanto a “que no hay que recriminar a nadie (homosexuales),” para eso la  emprende de manera directa contra María Matienzo, “…es que esta chica (María) me funde (molesta) con sus tallas (artículos) exclusivamente sexuales (homosexuales). Y por cierto, hablar de enamorase de una mujer, más me funde todavía.”

El Luismi, con éste comentario tan desafortunado  (propio de personajes siniestros de la cultura cubana de los años setentas – entiéndase Luis Pavón, Papito Serguera o Armando Quesada- y nunca de un joven que se presenta ante todos como filósofo) logra poner en duda su condición, no ya de pensador, sino también de tipo respetuoso.

La filosofía es un arte, profesión o ciencia  que contiene toda su gracia –quizás su única gracia-  en la riqueza, exquisitez y -sobre todo- el desprejuicio de las ideas. De ahí, lo imprescindible de este llamado de atención.

Es un acto en extremo dictatorial pedir a alguien que cambie y mucho menos que cambie lo que no puede, así la homofobia, el machismo, el racismo, el nacionalismo y otros tantos ismos, si no son constantemente vigilados y atacados por los  hombres y mujeres de pensamiento, entonces ¿qué quedará para aquellos que no se reconocen en semejante condición?

Me gustaría comenzar mi llamado de atención al Luismi, contándole una historia personal que aunque sencilla, bien pudiera ilustrarle lo inoportuno y dañino del prejuicio.

Hace dos años, ante un amigo y su esposa, mostré las fotos de mi entonces última novia. La esposa de mI’migo al ver a mi ex, automáticamente me preguntó horrorizada ¿pero tú tenías una novia negraaaaaa?

Ella, la esposa de mi amigo, mujer que se presenta a todos como desprejuiciada e inteligente, automáticamente con esa actitud demostró que no era tal, que su “desprejuicio” era en realidad una fachada para mostrarse como una persona interesante y así poder escalar posiciones en el desprejuiciado mundo del arte.

La esposa de mi amigo, pese a ser una joven con una carrera que exige mente abierta e impartir clases en Instituto Superior de Arte (ISA), tiene al menos un prejuicio no  resuelto en su vida, el cual la delata a pesar suyo: es  racista.

Lusimi, debo decirte que si a la esposa de mi amigo entonces no le pregunté  por qué  no podía tener una novia negra, ahora tampoco te preguntaré ¿por qué María Matienzo no se puede enamorar de una mujer?

Pues para mí, sólo se puede responder a estas preguntas, y otras acerca de los prejuicios, con respuestas mediocres, lo cual en ambos casos hubiera sido una falta de respeto –al menos eso quiero pensar-.

Nunca creí que fuese necesario hacerle saber al Lusimi  -por parecerme demasiado obvio- que María Matienzo tiene el derecho a enamorase de quien se le venga en ganas.

Luismi, si reprimiéramos a María por su decisión, ¿qué motivos entonces tendríamos para detener a ese que odia a los negros, o aquel que le pega a su mujer, o al que odia – que los hay- a los orientales en Cuba o a los judíos en el resto del mundo?

Soy hijo de padres de los cuales soy heredero de posturas, actitudes y pensamientos en verdad excelentes, consecuencia del lado bueno de su educación, atributos los cuales trataré de conservar y exaltar en mi vida hasta mi último minuto.

Pero, también de la educación de mis padres inevitablemente heredé ideas, pensamientos y conductas (prejuicios) contra las que, por resultarme inaceptables, lucho cada día, pues ellos me limitan y podrían convertirme en esa persona que no quiero ser, que no puedo ser.

Por esto Luismi, soy un convencido que tanto de mis padres, como de la escuela, los gobiernos, los amigos y los libros, se debe tomar únicamente lo bueno, lo otro, lo que me impulsa a practicar el rechazo al otro me hace un mal ser humano y no  le doy cabida  en mi cabeza. Esa es mi experiencia y te la trasmito. Ojalá te sirva.

Martí dijo que los hombres y mujeres andan en dos bandos “Los que aman y fundan, los que odian y deshacen.” Postergar el prejuicio –cualquiera que éste sea- automáticamente nos aparta de las buenas personas.

Articulos recientes:

  • Mundo
  • Noticias
  • SOS para Periodistas

Periodista mexicano Roberto Figueroa asesinado en Morelos

Figueroa fue secuestrado por hombres armados la mañana del 26 de abril después de dejar…

  • Foto del dia
  • Mundo
  • Noticias

Las bolsas del CLAP, Lara, Venezuela – Foto del día

Rogelio Mendoza de Venezuela tomó nuestra foto del día: "Las bolsas del CLAP" en Lara,…

  • Mundo
  • Reportajes

Las víctimas de esclavitud en Ecuador merecen reparación

Cientos de familias trabajadoras soportaron condiciones de salarios mínimos, explotación, falta de acceso a servicios…

Con el motivo de mejorar el uso y la navegación, Havana Times utiliza cookies.