Twitter Derriba a Falso Faraón
Alfredo Fernández
Un hecho inédito ha tenido lugar en Egipto, el dictador Hosni Mubarak acaba de ser expulsado del poder por un pueblo que ha utilizado una inusual arma, Twitter, para realizar semejante operación de libertad.
La policía política del dictador al iniciarse las protestas que alcanzaron todo el país y que terminaron expulsando el pasado viernes 11 de febrero al dictador Mubarak, quien comandaba la nación árabe desde 1981, infructuosamente buscó organizadores y líderes, tampoco aparecieron por ninguna parte; militares golpistas, comandos armados, grupos de extrema violencia o la posibilidad real de un magnicidio.
Después de concluidas las primeras investigaciones de búsqueda de culpables, apareció el primero; siendo éste tan etéreo como inasible, INTERNET, imagino que Mubarak repleto de impotencia halla apuñeteado su buro al recibir la noticia, pues por primera vez se las tenía que ver con un opositor que no se podía fácilmente detener para luego golpear y encarcelar al peor estilo medieval, o si fuese necesario penalizarlo con la muerte.
¿Qué hacer ante tanto laberinto de kilowatts? Mubarak, hizo lo que parecía evidente; cerrar los canales de acceso a la red del país, mas ya era tarde.
El pueblo que Mubarak y sus acólitos desde hace treinta años obligaban a diario a construir una pirámide de desilusión y agonía, ahora encontraba en Twitter, la forma de no agregarle un ladrillo más a su sepulcro.
Esta Pirámide que también era construida a bases de las ilusorias promesas de éste falso Faraón, fue derribada en las propias narices de sus arquitectos, por una nación que supo encontrar en Twitter a ese “ceda el paso” a la libertad que hacia tiempo buscaba.
La Red Social Twitter, jamás hizo mejor honor a su nombre que en los últimos días en Egipto, el pueblo aún sin Internet pudo organizarse y encontrarse mediantes celulares gracias a un arcaico servicio que brinda este sitio a personas que no tienen acceso a la red, pero que resultó suficiente para expulsar de la silla presidencial al añejo dictador.
“Así que no te vas, pues nosotros tampoco.” Esa fue la respuesta de los egipcios desde la plaza de Tahrir al autócrata, quien desacostumbrado por su excesiva permanencia en el poder a escuchar personas tan decididas, creyó que todo volvería a la normalidad en unos días, mas terminó sucumbiendo ante ese gorjeo de libertad que emite twitter y que hoy le facilita a ese pichón de democracia que ha nacido en Egipto, cantar a voz en cuello con la mirada fijada en el futuro.