Tiananmen II
Alfredo Fernández
HAVANA TIMES — Por estos días la prensa oficial cubana se encuentra de “plácemes”, pues acude a uno de sus habituales eventos de desinformación. Resulta que el escándalo más grande ocurrido en China luego de “La Protesta de La Plaza de Tiananmen” en junio de 1989, viene ocurriendo desde hace meses y la inefable prensa cubana, como cuando Tiananmen, ni una palabra.
Lo supe de casualidad, por un periódico el País que me regalaron, que la esposa de Bo Xilai, el secretario del Partido Comunista Chino (PCCh) en la municipalidad de Chongqing, en un acto premeditado envenenó a un empresario inglés residente en la localidad, con el cual, al parecer, el matrimonio mantenía oscuros “negocios”.
Si a esto le sumamos que Bo Xilai era un fuerte candidato a entrar en el Buro Político de la nación (históricamente integrado por nueve hombres), entonces tenemos un verdadero thriller político que tendrá mucho peso sobre las decisiones del próximo Congreso del PCCh a celebrarse noviembre próximo.
Sea lo que sea, me siento como cuando los sucesos de la Plaza Tiananmen, desinformado, pues por mucho que busco, no encuentro noticias del tipo:¿Hasta dónde está destitución beneficia o perjudica al gobierno cubano?
Bo Xilai era conocido como neomaoista y de ahí se desprende que en el PCCh había mucha gente interesada en que no llegara al Politburó. En que no extendiera a China los métodos de Chongqing —tortura y fusilamiento incluidos para sus enemigos—.
¿Cuánto habrá de cierto o ficción en este asesinato? ¿Cuánto cambiará este suceso a la China que se aproxima a una renovación en su partido? ¿Hacia dónde en realidad va China?
El cubano de hoy, una vez más, ha quedado al margen de un debate que hace correr ríos de tinta en los periódicos de todo el mundo. ¿La desinformación será nuestro karma?
De todas maneras —como dijera Silvio—, si alguien sabe algo, le ruego información. Pues los noticieros cubanos…
No puedo imaginarme que si la mujer del alcalde de Hialeah envenena a una vecina esa bobería se convierta en una noticia que haga correr regueros de tinta en todo el mundo. El que suceda cuando se trata de China es el efecto del karma desinformativo de la prensa corporativa, que mira a ciertos países con una lupa.
Es una pena usar este ejemplo, pues a decir verdad nuestra prensa en relación a China ya se está pareciendo a la que hacíamos sobre los soviéticos antes. Algún día nos podrán decir que los quesos chinos son mejores que los suizos, o sus salchichas mejores que las alemanas.
Pero apoyarnos en el karma desinformativo de la prensa corporativa para describir el nuestro no es buena idea. Sobre todo porque en esencia el tema es serio.