Opinadores vs Intelectuales
Alfredo Fernández
Los blogs han puesto al intelectual público en una verdadera crisis. Y es que la inmensa facilidad que hoy proporcionan estos diarios electrónicos para publicar textos de escasa factura con la opinión de cualquiera sobre cualquier tema, hace dudar de la existencia en un futuro no lejano, de la figura del Intelectual público en la cultura.
Hoy quien lo desee puede entrar a la red y desde su blog blasfemar a su antojo sobre temas que otrora eran analizados por verdaderaros profesionales del saber, que aunque no siempre coincidíamos con ellos, igual sentíamos que respetaban nuestra inteligencia y que el tiempo invertido en la lectura de sus textos era reciprocado con un aprendizaje valioso. Pues los intelectuales trataban los temas cuidadosamente, buscando siempre un punto de vista novedoso.
Los “opinadores” de los blogs, casi siempre reducen la realidad a su visión personal, la cual generalmente se limita a su mirada de lo sucedido, sus opiniones despojadas de dudas resultan epidérmicas. La tecnología le abre paso a estos “opinadores” a una velocidad que, quiero pensar que, logra el efecto contrario en nuestras vidas, pues ya muchos hemos comenzado a extrañar a los grandes escritores.
Con reiteración los “opinadores” olvidan límites y llegan a ofender con textos que pueden ser xenófobos, racistas, homófonos, y con cuanto prejuicio exista. Generalmente cuando se les requiere no admiten culpa.
Internet invita hoy con sus blogs a hombres y mujeres comunes a ingresar a la vida pública, vale aclarar que no siempre estos son malos en su opinión, pues a veces presentan sus angustias y frustraciones de manera profundad e inteligente, o incluso gracias a ellos podemos mantenernos informados de algún arbitrario país.
Ahora, los opinadores que sin examinar su pensamiento escriben post ofensivos, terminaran por hacernos extrañar no sólo a los intelectuales de peso en la vida pública, sino también que lograran el milagro de que muy pronto nos despertemos echándole de menos a esa enemiga de la libertad de expresión que siempre ha sido la censura.