Juárez y La Habana: entre narcocorridos y ciberpost
Alfredo Fernández Rodríguez
La Habana y Juárez tienen algo en común. En cada ciudad varios de sus ciudadanos han encontrado una peculiar manera de distribuir noticias complejas.
En La Habana, pese a lo difícil de acceder a internet, cada día aumentan los que en sus blogspost presentan a todos la Cuba real.
En la mexicana Ciudad Juárez ocurre algo singular, la cultura popular tradicional tiene en las agrupaciones que interpretan corridos no solo a un elemento vivo del ser mexicano, sino también a nada ortodoxos mensajeros de la noticia local. Al escucharlos usted podrá enterarse de cuan corrupto es el candidato a las próximas elecciones regionales, o incluso conocer de los por menores del próximo ajuste de cuenta que ha preparado el zar de las drogas en turno.
Juárez es la ciudad más insegura del mundo, La Habana tiene uno de los peores accesos a internet. Aquí actualizar un blog será un vía crucis. En Juárez no escuchar narcocorridos puede ser fatal. Sus letras dicen cosas como:
A mi me gustan los corridos porque son los
hechos reales de nuestro pueblo.
Sí, a mi me gustan los corridos porque en ellos
Se canta la pura verdad.
– Jefes de Jefes (Teodoro Bello) Los Tigres del Norte
Mientras tanto en La Habana
En La Habana, desde www.habanemia.com, Lía Villares dice su verdad una vez por semana, ya sea de interioridades de sucesos culturales de la ciudad, como de la vida cotidiana de jóvenes artistas cubanos.
Los músicos de corridos de Juárez y los blogueros de La Habana, son escuchados o leídos (según la ciudad) por atentos policías que buscan indicios de futuro. La narco y la cibercultura son una realidad, la primera tendrá que desaparecer (no los corridos), la segunda ojala desplace a las grandes transnacionales de la información.
Los corridos de Juárez y los blogs de La Habana son diferentes maneras de evadir los noticiosos tradicionales en ciudades donde el periodismo tiene graves problemas, en Juárez por la extrema violencia del narcotráfico y en La Habana por la censura de los medios.