Invitación al Rocío

Alfredo Fernández Rodríguez

Hoy he visto “Very very light and very oscuro (Un policía con Alzheimer),” la más reciente muestra de la pintora cubana Rocío García.

La exposición podrá ser visitada en la capital cubana desde el 8 de enero hasta el 8 de febrero del presente año 2010 en la galería del segundo piso del antiguo Fondo Cubano de Bienes Culturales en La Plaza Vieja.

Años atrás Rocío conmocionó la plástica cubana con su muestra “Machos Marineros, Marinos” donde puso al descubierto uno de los caminos del deseo: el que tienen los marineros toda vez que corroboran su soledad en alta mar.

Yo diría que es una pintura sonora pues advierto un sonido cercano al usado por Stanley Kubrick en la película “El Resplandor” para indicar un funesto futuro inmediato.

En esta ocasión su obra representa a personajes que desde lo furtivo retornan a una olvidada realidad de juegos y placeres que la luz de su pincel delata, ya sea de modo muy muy light o  muy oscuro.  Hoy la ciudad es otra y Rocío parece saberlo como nadie.  Al menos eso ocurre en sus lienzos.

Esta vez al amparo un policía, corrupto, que realiza su felonía a pesar de la proximidad de la bestia.  No le importa, sabe que el momento es ideal, ahora o nunca, de ahí que aproveche y coloque su linterna en el lugar justo donde el delito pueda tornarse lucro, no solo material sino también sexual.

Los temas de la pintura de Rocío rondan lo provocativo a la moral cristiana.

Olvidado lo ético, todo es posible. La ciudad nocturna se torna selva, sólo sobreviven los más fuertes y dispuestos a todo con tal de llegar a mañana.

Los cuadros de Rocío desbordados de cuerpos anuncian el retorno de una Cuba que se creía perdida.