El carbohidrato nuestro de cada día
Alfredo Fernández
Un amigo Catalán cuando visitó la isla, me dijo que no entendía el por qué de las quejas de los cubanos en cuanto a la alimentación,- pues aquí más gorda la gente no puede estar-.
Le explique que esa era sólo una verdad en apariencias, pues una alimentación sana tiene que evitar el sobrepeso corporal, lo cual se logra con una dieta que, entre otras cosas, ande alejada del consumo excesivo de carbohidratos.
Sin embargo los carbohidratos son por mucho el principal suplemento alimenticio nacional, panes, dulces y harinas nos esperan a diario, en hogares, centros de trabajos y escuelas para que los consumamos en sustitución de la leche, los vegetales o la carne.
Es como si los nacidos en esta isla tuviéramos un compromiso insoslayable con los azucares y los almidones.
Recuerdo haber visto en el animado Elpidio Valdés (el Superman Cubano), como los mambises montaban en cólera cuando el caballo Palmiche votaba en un descuido la única comida posible de conseguir en la peligrosa manigua, -arroz con boniato.
No se, pero a veces se me olvida que vivo en La Habana de hoy y me siento como un mambí en plena manigua del siglo diecinueve, pues varias veces por semana los carbohidratos son la única opción en mi mesa a la hora de comer, de ahí que vea tranquilamente como dos croquetas ocupan en mi plato el lugar donde me hubiese gustado ver un pedazo de pollo, o incluso tenga que aceptar la presencia de dulces de harina donde añoraba una nutritiva fruta bomba.
Soy un optimista inveterado y se que llegará el día en que desayunaremos con un vaso de leche fresca de vaca mezclada con un exquisito cereal, merendaremos una tajada de un rojo melón, y almorzaremos un filete de pargo, todo esto sin que se resienta nuestro salario, librándonos de una vez y por todas de la dictadura de los carbohidratos que nos hipertensionan con facilidad, y encima nos muestran al mundo como personas “bien alimentadas.”
sencillamente me encantó este artículo !Abajo los carbohidratos!