¿Regresa doña cordura al Sistema Educacional?

Erasmo Calzadilla

Hace ya algunos meses vienen ocurriendo buenos cambios en todo lo que respecta a la educación. Desde los días del Periodo Especial parecía como si dicho ministerio estuviese dirigido por un burócrata incompetente además de ciego y sordo, pues mientras que hasta el más lerdo de los cubanos podía notar que la enseñanza se iba a pique, las noticias oficiales hablaban de éxitos.

No quiero cantar victoria, pero parece que finalmente la cordura está llegando a los encargados de tomar decisiones ¿de donde viene la iniciativa del cambio? ¿Qué o quién impidió que durante este tiempo se tomaran las medidas adecuadas?  Nada de ello se sabe muy bien, pero parece que un nuevo rumbo se va tomando.

Los preuniversitarios en el campo se habían convertido poco a poco en escuelas de delincuencia, en focos de violencia y de acecho sexual entre otros muchos males. Solo había que estar un poco atento para oír los constantes cuentos de horror y misterio de hechos que ocurrieron en esos centros.

Hoy finalmente, y sin previo aviso, llega la noticia a los padres de niños que están en noveno de que no habrá más preuniversitario en el campo al menos para décimo grado, y la justificación es la ausencia de transporte y alimentos para los becados.

Por otra parte en estos días llega también la buena nueva de una próxima subida del salario a los trabajadores del sector.

Años atrás habían inventado cualquier cantidad de disparates que debieron costar muchos recursos, de todo se probó menos conceder un aumento de salario a los maestros. Estos eran desde poner televisores en cada aula para que los niños recibieran tele clases, hasta crear una inmensa tropa de profesores emergentes, pésimamente preparados por cierto, para paliar el éxodo de los viejos maestros hacia áreas mejor pagadas.

Hoy parece que al fin se dieron cuenta de su error. Y aunque lo que van a aumentar es una miseria de todas formas es un respiro y un aliento, sobre todo por que parece que después de tantos tiros errados y tantos experimentos fracasados, tenemos al fin un tirador de mejor puntería en el Ministerio de Educación, o quien sabe donde.

Solo espero con ansias que este brote repentino y extraño de cordura de los decidores a nivel central les haga más pronto que tarde comprender, que el adoctrinamiento y la falta de libertad de pensamiento en las tan abundantes asignaturas políticas, no le hacen ningún bien a esa revolución que dicen ello tan fervientemente defender.