Víctor Mesa, el pelotero “32”: la ignominia

 

“Ya lo de VM32 es una polémica internacional, la cual, a mi criterio, él organizó, porque como los Gourriel, piensa militar en otras filas.” (Un lector de Cubadebate, febrero de 2016)

Vicente Morín Aguado

Victor Mesa

HAVANA TIMES – La noticia en Cuba ha quedado opacada solamente por el lamentable accidente de aviación del pasado viernes. Los hijos del número 32 de la pelota cubana, Víctor Víctor, de 21 años y Víctor Mesa Jr,. de 16, están bajo los auspicios de la agencia Magnus Sports, gestionando su ingreso a las Grandes Ligas estadounidense.

La publicación especializada Baseball América le llama “el mejor prospecto cubano desde Yoan Moncada. La prestigiosa revista solo espera que firme para incluirlo en la lista de las principales 100 promesas de la pelota, que no es poca cosa para Víctor Víctor Mesa.” (Jorge Ebro. El Nuevo Herald, 16 de mayo presente)

El padre Mesa, el exmánager de Industriales, su último equipo en Cuba,  había declarado al periódico provincial Escambray, de la provincia de Sancti Spíritus, en febrero de 2016:

“Tengo entendido que hay personas que dijeron que todo esto se trata de que estoy preparando el camino para mis hijos en el béisbol estadounidense. Les aseguro que están equivocados: mis hijos, si algún día juegan fuera de este país, lo harán con permiso de las leyes cubanas”. ¿Ignominia, sí o no?

Cantó claro la sabiduría popular. Ni siquiera puede argumentar el entrevistado que los muchachos actuaron por cuenta propia, pues Víctor Mesa Jr. aún no tiene la mayoría de edad legal para los actos acompañantes de su postura actual.

Veamos qué argumentaba quien fuera jardinero central estrella de la selección CUBA, cuando planteó por vez primera públicamente (febrero de 2016), no dirigir más en el beisbol cubano:

“No hay garantía alguna para mi integridad física, ni la de mi familia. Esa es una de las causas por las que quiero recesar.” Víctor padre mencionó diversas agresiones verbales y hasta físicas a su persona, relacionadas con el deporte nacional. Buscando opiniones en la peña del Parque Central habanero, célebre incluso fuera del país como “esquina caliente”, escribimos:

“Ya nadie recuerda cuando él le “mencionó” la progenitora al árbitro César Valdés, eso lo vio todo el mundo en la TV.”

“A todos se les olvida que le lanzó tierra en los ojos a un árbitro.”

 “Uno de sus peloteros le fue arriba, bate en mano, a uno de los principales lanzadores de este país, sin él accionar en contra debidamente.”

Los hijos de Victor Mesa

Caso sonado resultó la supuesta agresión física de la que según VM32  fuera objeto en Pinar del Río tiempo atrás. Los aficionados reiteran que es absolutamente falsa y exagerada, llegando al extremo de provocar una declaración pública de la Dirección Provincial de Deportes: (Fragmento)

“Quedó demostrado, mediante testigos presenciales, que el compañero Víctor Mesa agredió al joven de 18 años. Junto al director se encontraba un integrante del equipo. En ningún momento su hijo Víctor Víctor fue agredido. De acuerdo con la legislación vigente, la Policía Nacional Revolucionaria le aplicó una medida administrativa.”

La lista de elementos que desacreditan al exatleta y desde hace unos días exdirector técnico es larga, lo inconcebible queda resumido por el clamor unánime de los aficionados:

La culpa directamente la tiene la Comisión Nacional de la especialidad, otra vez seguimos tapando los problemas y sobreprotegiendo a Víctor y sus malcriadeces. Tal parece que Víctor está por encima de la ley o, al menos, se lo cree. Dan pena sus declaraciones.

¿Será un problema propio de la pelota cubana o ese deporte refleja la realidad del país? En Cuba abundan los personajes imposibles de increpar para rendir cuentas de su actuación. Los hay al extremo de silenciar la honrada excepción de un periodista atrevido.

Entre tanto, los vástagos del personaje esperan por hacer valer sus cualidades. Sobradas las tienen, el menor, Víctor Mesa Jr., quien ganó el liderato de los bateadores de la pelota juvenil nacional el año pasado.

El consenso popular aprueba que los muchachos busquen sus millones en las Ligas Mayores. El dilema es si era necesario proclamar una lealtad sin límites al régimen político imperante, combinada con las payasadas mediáticas de papá Mesa.

La Patria secuestrada que VM32 defendió con hechos y palabras hasta ayer, es el país de una propaganda que proclama el desinterés por el dinero, la consagración a los aplausos de su pueblo, de la colectividad por encima del individualismo. Ahora este hombre vende sus hijos al llamado enemigo mayor de tales valores.

Sus defensores alegan que debió ser así, porque se trataba de enfrentar al aparato de vigilancia masiva personalizada más eficaz del mundo. La respuesta obligada es la simulación, el engaño, hasta poder dar un golpe de gracia provechoso.

Pero es, en todo caso, de un golpe personal, egoísta. Semejante proceder salva a unos pocos elegidos, sin afectar un sistema que se perpetúa, porque estos desertores terminan reproduciendo la creencia firme de la mayoría de que escapar es la única opción en Cuba, si eres hábil para conseguirlo, o Dios te ha concedido un don especial.

 Honor para los divinos que comparten sus líquidos vitales entre nosotros. De quienes dicen engañar a los poderosos, les queda el lugar asignado al pelotero que hoy motiva este comentario: la Ignominia.

Vicente Morín Aguado: [email protected]

 

One thought on “Víctor Mesa, el pelotero “32”: la ignominia

  • Sin duda un personaje muy polémico Victor Mesa, y como él hay tantos que han jurado lealtades que luego deben pasar por encima con la cara dura. Yo creo mejor no comprometerse, pero como él es tan comunicativooooo. Imaginen, si no es Victor, quién si no. siempre en escándalos, se parece a Trump en eso.

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