Un principio turbulento para la 53 Serie Nacional de Béisbol

Rogelio Manuel Díaz Moreno

Freddy Asiel, uno de los lanzadores estelares de Villa Clara, campeón de la temporada 2012-2013.

HAVANA TIMES — La serie nacional de béisbol en Cuba, en su edición número 53, se marca desde antes de su inicio con turbulencias que la Comisión Nacional del deporte no logra despejar.

Para empezar, en el período de receso desde el fin de la temporada anterior, varios peloteros de renombre emigraron a otros países. Los uniformes de José Dariel Abreu, Odrisamer Despaigne, Misael Siverio, Rusney Castillo, entre otros, serán seriamente extrañados entre sus aficionados. La salida de uno o varios deportistas protagónicos de sus clubes, suele dejarlos seriamente debilitados para enfrentar la siguiente contienda.

El formato competitivo del clásico cubano, por otra parte, no acaba de convencer. Todavía directivos, periodistas y aficionados no llegan a un consenso respecto a la suerte de los equipos que terminan retrasados la primera mitad del torneo.

Durante la segunda mitad de la temporada anterior, estos fueron enviados a un limbo donde competían entre sí, sin mucha motivación, y con el agravante de que sus mejores peloteros fueron enviados a reforzar a los equipos aventajados.

Por otra parte, el hecho de estos movimientos de refuerzos todavía causa polémicas entre aficionados que cuestionan la validez de resultados obtenidos gracias a hombres “prestados” de otras nóminas.

Los especialistas critican, además, la ausencia de una Serie de Desarrollo, donde en tiempos pretéritos maduraban los prospectos del béisbol, que podían entonces pulir habilidades poco desarrolladas antes de incorporarse a la competencia principal.

Contra el desenvolvimiento de las ligas inferiores, conspiran la falta de recursos, el deterioro de las instalaciones deportivas, y hasta la falta de entrenadores que han cambiado de trabajo, se han ido del país o el INDER los ha mandado a trabajar en el extranjero.

El tema mismo del momento de inicio de la próxima serie se reveló como un complicado intríngulis. Los periodistas de los pocos medios de prensa que se atrevían a mencionar el asunto, lo hicieron para criticar la demora en establecer la fecha formal para la inauguración.

Desde el Instituto Nacional de Deportes, Educación física y Recreación se ha dijo primero, con mucha seguridad pero poca precisión, que sería en el mes de octubre. Finalmente, con la justificación –insólita en estos predios– de motivos meteorológicos, se aplazó para el día 3 del mes de noviembre. Los planes de entrenamiento calculados de todos los equipos sufrirán como consecuencia.

Otra insatisfacción que manifiestan algunos, relativa al calendario, implica la interrupción de la Serie Nacional entre los meses de enero y febrero, para la hipotética participación de un equipo cubano en la Serie del Caribe.

Se ha argumentado que ninguna serie en el mundo se interrumpe para dar paso a otros eventos, y que lo que habría que mover es el calendario nacional completo para hacerlo más semejante a los de los países con ligas beisboleras semejantes.

En todo caso, la participación cubana en el evento no es para nada segura, pues depende de las negociaciones que llevan a cabo la Confederación de Béisbol Profesional del Caribe y las organizaciónes de las Grandes Ligas norteamericanas.

Y si ha habido un tema llevado y traído, es el del traslado de los hermanos Gourriel, importantes ex integrantes del equipo de Santi Spiritus. Yunieski, Yulieski y Lourdes Gourriel (hijo), se mudaron a la capital con su padre, pelotero famoso y respetado en todo el país, por necesidades médicas de aquel.

Lógicamente, se esperaría que entraran en la bolsa de peloteros elegibles por el nuevo territorio de residencia, como cualquier otro profesional que se muda. En este caso, para formar parte del equipo de Industriales, de La Habana.

Sin embargo, el reglamento del INDER establece condiciones draconianas para los movimientos de deportistas, incluso entre provincias dentro del mismo país. Estas limitantes no se aplicaron a los Gourriel, y un número no despreciable de aficionados se queja de la diferencia de raseros aplicados entre unos y otros casos, que además ponen en duda la ganancia para el equipo capitalino.

Y ya que se habla de Industriales, debe recordarse que el principal evento de conmemoración del 50 aniversario del famoso equipo no tuvo lugar en su sede capitalina, ni en el país, sino en Miami, Estados Unidos.

A pesar de las buenas intenciones manifestadas por organizadores y demás participantes, estos eventos en la capital tradicional de la oposición en la emigración, no pudieron dejar de resultar chocantes en varios aspectos y para varias sensibilidades.

Se llegó a cuestionar, por ejemplo, la continuidad del director de Industriales Lázaro Vargas al frente del equipo, por su participación en el viaje. Afortunadamente, el popular antesalista se confirmó a tiempo al frente del timón azul.

Lamentablemente, ahora, encima de otros problemas, enfrenta la pérdida temporal de puerto para su buque. El estadio Latinoamericano se encuentra en labores de reparación y ya se da por sentado que no podrá ser empleado hasta bien entrada la serie nacional.

Esto obligaría a alterar calendarios de una manera traumática. Considérese que, en la programación prevista, no se prevén unos juegos como visitadores y otros como anfitriones contra cada rival, sino que contra algunos se juega solo como visitador y contra otros, solo como anfitrión.

En su fuero interno, el aficionado cubano rumia además la insatisfacción por los resultados de los eventos internacionales en que se participó en los últimos doce meses.

Con la continuidad de la pérdida de peloteros principales, no sólo se afectan los clubes por separado, sino que el equipo nacional ve palidecer más aún sus perspectivas. En resumen, grandes nubarrones se extienden sobre el porvenir del principal evento deportivo cubano. La una única certeza que permanece, es que la época de los triunfos en las grandes competencias pasó para no volver.