Tras las derrotas, Cuba y su béisbol

By Yusimí Rodríguez

El equipo Cuba despues de un evento internacional.

HAVANA TIMES, 3 nov. — Si le cuento que en la tarde del viernes pasado, los asistentes habituales de la Peña Deportiva del Parque Central, en La Habana Vieja, estaban reunidos bajo una lluvia que solo amainaba por minutos, y que el tema de conversación era la cadena de derrotas sufridas por el equipo cubano de béisbol en los últimos días, usted pensará que una buena parte de los cubanos son fanáticos al beisbol. Y tendrá razón.

En Cuba se respira béisbol, se goza con el béisbol, se llora con el béisbol, se sufre un ataque al corazón y se muere, incluso, por el béisbol.

Nuestros comentaristas deportivos acostumbran a decir que con los norteamericanos no nos gusta perder ni a las escupidas. Pero la realidad es que hasta con los americanos podríamos perder en cualquier otra esfera.

Me atrevo a pensar que el pueblo no hubiese sufrido demasiado si la resolución contra el bloqueo no hubiese obtenido la inmensa mayoría de los votos en la Unión de Naciones Unidas, porque de todas formas, la victoria que durante años hemos obtenido, no ha representado ningún cambio en nuestras vidas.

El gobierno de los Estados Unidos se ha estornudado, una vez más, en la voluntad de la comunidad internacional y el bloqueo sigue ahí, para hacer más difícil la existencia de los cubanos. Y para cargar la culpa por todo lo que funciona mal en el país.

No pensamos en desplazar a los norteños de la primacía continental en los juegos panamericanos, excepto en la histórica excepción de 1991, cuando el evento tuvo lugar en La Habana. Estamos conscientes de que son un país mucho más grande, con un desarrollo económico y deportivo muy superior, y de que prescindiendo de sus principales figuras pueden dominar la mayoría de los eventos.

Pero ganarnos en el béisbol es un arañazo en la pintura que no podemos pasar por alto. Justo cuando comenzábamos a recuperarnos de las dos derrotas sufridas ante Holanda en el último campeonato mundial organizado por la IBAF, el equipo cubano cayó ante 12 por 10 ante los Estados Unidos en los Panamericanos, en el partido por el pase a la discusión de la medalla de oro.

En Cuba se conoce y se vive el beisbol. Foto: Caridad

Aunque los narradores deportivos intentaron concentrarse en las buenas noticias del momento: la victoria de Cuba en la ONU y las medallas de oro obtenidas por la delegación, nada logró compensar el revés, y aunque el equipo posteriormente obtuvo la victoria en la discusión de la medalla de bronce, el metal bronceado tiene el sabor de la derrota.

Mientras los periodistas y comentaristas deportivos esbozan algunos análisis sobre lo sucedido y repiten soluciones que han propuesto antes: la celebración de un torneo selectivo, aparte de nuestro torneo nacional, donde se concentren los peloteros de mayor calidad, el pueblo lleva a cabo sus propios debates. Y es que este no es solo un país donde se respira y se suda béisbol; este es un país donde se conoce de béisbol y en cada esquina hay un manager.

Como en previas ocasiones, los aficionados culpan al director, en este caso Alfonso Urquiola, por las derrotas sufridas por el equipo. Los héroes de las victorias son siempre los peloteros, mientras los directores de equipos cargan la responsabilidad del revés.

“Urquiola cometió una injusticia al no llevar a ningún pelotero de Pinar del Río, que fue el equipo campeón de la nacional.” Es un argumento lógico, aunque si hubiese llevado a los peloteros de su provincia, en detrimento de los de otras zonas del país, y también hubiese perdido, le habrían criticado por regionalista.

El hecho es que no hablamos de derrotas en uno o dos torneos, sino de que los equipos cubanos de beisbol no han logrado obtener el título mundial desde el año 2005, ni en los dos clásicos mundiales de béisbol, ni en la última olimpiada, ni ahora, por si fuera poco, en el torneo panamericano, una medalla de oro que era ya una tradición desde 1963.

La esquina caliente del Parque Central es el lugar para hablar sobre beisbol a todo hora. Foto: Caridad

¿Se puede culpar a Urquiola de todas esas derrotas al hilo? ¿Ningún manager que ha dirigido los equipos nacionales de béisbol en los últimos años, ha sabido hacer su trabajo?

Durante los años setenta, ochenta, e incluso los noventa, Cuba dominó el béisbol amateur a nivel mundial. Fueron los años de Agustín Marqueti, Pedro Medina; yo pude ver jugar a Orestes Kindelán, Omar “El niño” Linares, Antonio Pacheo, Víctor Mesa, Omar Ajete, Lázaro Vargas, Germán “El imán” Mesa, entre otros estelares.

Pero los tiempos cambiaron y los jugadores profesionales han entrado al ruedo; los amateurs cubanos, que en realidad dedican todo el año a jugar béisbol y por tanto también podrían llamarse profesionales, aunque no cobren la mitad del dinero de aquellos, se enfrentan ahora a un beisbol de mayor calidad. Equipos a los que Cuba derrotaba en el pasado, con marcadores amplios, hoy le hacen sudar la gota gorda, y algunos le propinan dos derrotas en menos de una semana.

Algo está claro para la mayoría de los presentes en la peña deportiva del Parque Central: el béisbol en Cuba se ha estancado. Pero en ello influyen varios factores.

Algunos concuerdan en que es necesaria aquella selectiva de antaño en que se concentraban los mejores peloteros. Otros argumentan que en aquella época, muchos peloteros ya sembrados en el equipo grande, no tenían su mejor rendimiento en la nacional y se reservaban para la selectiva porque de ahí se escogían los peloteros del equipo Cuba.

Para otros, esa selectiva privaría a muchos pueblos de su único entretenimiento: ver partidos de béisbol en vivo, en sus estadios, porque es una de las pocas cosas baratas en el país.

Para otros el problema es más profundo: “aquí todo es una cuestión política, el equipo no se conforma con los peloteros de más rendimiento, sino con los más confiables, los que no van a desertar. Hay gente que fue buena en su momento pero ya están de más. Pestano ya no rinde, ni Michel Enríquez, Yulieski Gurriel siempre falla en los momentos importantes.”

En Cuba hay un manager en cada esquina. Foto: Cardad

Nadie puede olvidar que Yulieski Gurriel bateó para doble play con hombres en base, en el último inning del juego por la medalla de oro ante Corea del Sur, en las olimpiadas del 2008, a pesar de que en el campeonato nacional siempre está entre los mejores bateadores.

“El problema es que nos engañamos, dice alguien, esos altos promedios que exhiben los bateadores durante la nacional, los consiguen frente a los pitchers de manigua, los débiles, pero en cuanto se enfrentan a un pitcher de afuera, los dominan. Además, nunca le hacen swing al primer lanzamiento y les marcan un strike gratis.”

Muchos opinan que la deserción de muchos peloteros hacia los equipos de grandes ligas ha influido en los resultados del béisbol cubano en los últimos años. “Pero si aquí se esfuerzan y después no los dejan hacer el equipo nacional, y envían a uno de menor rendimiento, tienen que aprovechar la menor oportunidad y partir.” “Lo que pasa es que allá, aunque les paguen poco, es mucho más que lo van a recibir aquí nunca, aunque sean campeones olímpicos,” dice alguien.

Recuerdan con nostalgia a Muñoz, Marqueti, Linares, Kindelán, Pacheco, que nunca pensaron en desertar por ninguna cantidad de dinero. “Eran otros tiempos, la gente jugaba por amor al deporte, tenían un montón de necesidades y no importaba, entrenaban incluso sin desayunar.”

Otro aficionado dice que el problema es que en aquella época no había Internet, la gente no sabía cuánto se ganaba en otros países por jugar pelota. “Además, aquí había de todo en los años ochenta, ellos podían vivir con lo poco que les daban, pero la cosa se ha ido poniendo más dura.”

Alguien se pregunta por qué se llevó a los Panamericanos el mismo equipo que acababa de sufrir dos derrotas ante Holanda en el mundial. “Aquí hay peloteros para cinco equipos de pelota con calidad, pero se casan con los mismos.”

Fanáticos en el estadio Lationoamericano de La Habana.

Otro aficionado, además de coincidir con la opinión del anterior, considera que se desgasta demasiado a los deportistas del país, se envía a los mismos a todos los eventos y eso, además, priva de oportunidades a otros.

“Mira lo que hacen con Dayron Robles, lo llevan al mundial, a los centroamericanos, a los panamericanos, a los juegos del ALBA. Cuando lleguen las olimpiadas, va a estar lesionado. En los demás países, reservan a los fuertes para los eventos importantes. Usain Bolt no compite en los panamericanos.”

“Por eso es que Cuba gana tantas medallas en los Juegos Panamericanos, porque no están compitiendo contra los de verdad.”

Un joven ofrece una solución radical para que el béisbol, y el deporte cubano en general, regresen a los planos estelares que habían ocupado siempre. “Que se profesionalice el deporte y que los deportistas cobren.”

¿Y quién les va a pagar? Pregunté. ¿El Estado, que es quien controla el deporte? En un país donde los médicos y los maestros, profesionales imprescindibles en cualquier sociedad, cobran salarios casi simbólicos, sería una contradicción que el Estado destinara recursos a pagarle a alguien porque corre rápido o pega duro boxeando.

Alguien me dice que muchos deportistas aquí, los más estelares, por supuesto, tienen un nivel de vida muy superior al de los médicos, los ingenieros, los maestros y las personas que producen y sacan adelante la economía del país.

“Que los dejen jugar a las ligas extranjeras que son más fuertes, que ganen su dinero allí y cuando lleguen los eventos internacionales, que vengan a representar al país. El mundo cambia, pero aquí no quieren darse cuenta.”

Hace meses, supe que se habían realizado planteamientos similares en algunas asambleas donde se analizaron los lineamientos del Partido, previas al Congreso.

Pero la pregunta es: ¿estaría el gobierno dispuesto a dar ese paso, que significaría cambiar por completo la concepción del deporte revolucionario, y recurrir a medidas capitalistas para elevar la calidad del deporte socialista? O más bien: ¿se podría seguir hablando de deporte socialista?

Por otro lado, ¿será esa la solución? Es la extrema mercantilización del deporte lo que en estos momentos hace peligrar el futuro del béisbol. Un deporte en el que los partidos son tan largos no resulta rentable y los espectadores llegan a aburrirse.

El béisbol ya fue excluido de las olimpiadas del 2012 y su regreso al programa olímpico en el 2016 depende de modificaciones en sus reglas. Esto es algo que también preocupa a los amantes de este deporte.

Tampoco podemos olvidar que en el deporte rentado, son los dueños de equipos quienes deciden si ceden o no al deportista que rentan para que represente a su país en un torneo internacional.

Pienso que nadie debe ser dueño de los deportistas. O que deben ser ellos quienes decidan a quien prefieren tener por dueño; si quieren ser deportistas rentados, sometidos a un contrato y a los intereses de un particular; o permanecer en su país, cobrando poco o ningún dinero, en muchos casos, y representando los colores patrios y los intereses del gobierno.

One thought on “Tras las derrotas, Cuba y su béisbol

  • Buenos dias, muy ielaborado su escrito aunque no comprendo la mezcla de la pelota con la votacion en la onu. Soy de la opinion que el beisbol en nuestra patria es solo un globo, grande y multicolor para tener a los nenes del cumpleanos entretenidos todo el tiempo. Anglada, Pacheco, Urquiola, etc, esos son solo titeres, te parece probable que el manager campeon no lleve ni a un jugador de su equipo, no juege a la pelota con la misma dinamica que propuso en la nacional? Busca en el mundo deportivo, por ejemplo el futbol, si a un entrenador de un equipo nacional lo cambian cada 6 meses o tiene otro trabajo que no sea ese?
    En cuanto al profesionalismo, hace bastante que muchos deportistas cubanos son profesionales, comenzando por la Liga Mundial de Voleibol, los muchachos del atletismo y muchos mas. Si no permiten que los peloteros cubiches, de reconocida calidad pero sin el fogueo necesario, den el brinco al profesionalismo es porque saben lo que el beisbol significa, pan y circo.
    Otra cosa, dejen ya el mito de que al deportista profesional no se le permite competir por su pais, dime si Guardiola le dice al Messi que no se mande hasta Argentina para jugar un “amistoso”.

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