Pelota y política regresan a Cuba

mientras los dominicanos cantan merengues bajo la lluvia

Vicente Morin Aguado

El equipo Cuba en el Clásico. Foto: baseballdecuba.com

HAVANA TIMES — “Estamos disfrutando la mejor pelota vista en Cuba desde hace décadas”, me dice un vecino cuando República Dominicana está venciendo a Puerto Rico bajo una pertinaz y fría lluvia en el majestuoso AT&T Park, junto a la bahía de San Francisco.

Algo de satisfacción nos acompaña porque quedó fuera Holanda, dos veces verdugo de nuestro equipo.

La Revolución nos educó en aquello de que “nacimos para vencer y no para ser vencidos”, por lo tanto, la derrota es inadmisible, aún en los deportes. Semejante filosofía origina los fuertes comentarios, groseros inclusive, que siguen a nuestro último fracaso beisbolero.

“Víctor Mesa es un Payaso…”  “Yulieski Gourriel no tiene bomba para los juegos difíciles…” “Holanda nos lleva a nalgadas”…  Reproduzco tres de entre muchas opiniones e intento seleccionar lo más ilustrativo: “Los cubanos deben jugar dentro de esa pelota-se refieren a los circuitos profesionales en el mundo-están faltos de estímulos, aislados dentro del país.”

“No es jugar de vez en cuando con otros equipos, sino de jugar diariamente en el Béisbol de otras latitudes. Ahora les exigen tocar la bola y lo hacen mal porque lo que no aprendiste en casa es imposible hacerlo bien en la calle.”

Años atrás acaparábamos los principales títulos internacionales y hoy por hoy no poseemos uno sólo. Con la inclusión de los profesionales de otros países, comenzamos a perder con más frecuencia.

“Le echan la culpa a los asiáticos, que si los japoneses y coreanos juegan como máquinas, pero ahora resulta que hasta los holandeses nos ganan y nada mas y nada menos que ¡cuatro veces! en los dos últimos torneos de clase mundial.”

Agrego, porque la memoria de ciertos comentaristas deportivos suele ser intencionadamente frágil, que la selección cubana ha perdido reiteradamente con equipos de Estados Unidos en los últimos años e igualmente dos veces en un mismo torneo ante un colectivo de República Dominicana. De hecho el problema de Cuba en la Pelota es general, refleja un asunto a resolver entre nosotros.

En este último juego lo del Yulieski fue un desastre, cuatro errores que representaron cuatro carreras. Solamente en el noveno, primero se queda en tercera cuando podía anotar y darnos la ventaja, después se le enmantequilla el guante con un roletazo y los holandeses embasan al corredor que les daría la victoria.

El no avanzar a las finales trasciende a la actuación de un jugador, pero la responsabilidad de Yulieski Gourriel por la derrota en el último partido de los cubanos es innegable. Me solidarizo con los aficionados porque duele que antes fuera promocionado como el mejor pelotero y Capitán de la selección nacional, algo así como el niño mimado del equipo y vuelve a fallar, repetidamente, en momentos claves.

Otro asunto es la conformación del equipo, excluyendo a magníficos atletas que residen en otros países, mayormente en Estados Unidos. Varios aficionados terminan por hacer un Dream Team sin discriminaciones:

“Yuniel Escobar en tercera, Yulieski Betancourt en el campo corto, la segunda para Alexei Ramirez, Kendry Morales en primera base, un ambidextro igual que el fenómeno Cepeda, que se quedaría en su posición, junto a Alfredo Despaigne, pero acompañado de su coterráneo Yoennis Céspedes, ¡tremendo novato en Las Mayores del pasado año!; mantengo a Frank Camilo como receptor con Cañizares de suplente, conservo a Pito Abreu, otra primera respetable, junto a Yasmani Tomás, designados o emergentes. ¡Agrega los lanzadores y somos invencibles!”

A propósito, semanas atrás en el Parque Central habanero recibieron con alegría y aplausos a José Ariel Contreras, quien fuera el Pitcher No 1 del equipo cubano. Comparado aquí con el Héroe Nacional Antonio Maceo, Contreras derrotó a un equipo profesional norteamericano, propinándoles 15 ponches sin permitir carreras. Posteriormente en los Estados Unidos obtuvo el mayor contrato para un novato en esa pelota.

“Debemos cambiar muchas cosas, porque el Béisbol es algo nacional, incorpora a miles de trabajadores, decenas de estadios y otras instituciones, cientos de peloteros también”- así comienza una señora, algo que en Cuba no asombra, porque la Pelota es de todos- “No es solamente cambiar la estructura del campeonato nacional, este año algo se hizo, pero fue como una pastillita para el dolor de cabeza de una enfermedad crónica.”

Cuba está cambiando, pero los directivos del deporte no están a la altura de estos cambios.

“Había que ver los rostros de nuestros lanzadores, de algunos peloteros, se les notaba la tensión desmedida, en tanto sus rivales, frente a igual situación, mascaban chicles y reían”

Resumiendo tantas opiniones, enumero mis puntos de vista:

1- Se impone concebir al Béisbol integralmente, como un complejo fenómeno económico-social,  cuya reforma o actualización, no me preocupa la palabra, implica en Cuba decisiones políticas.

2- Los peloteros son tan profesionales como nuestros médicos, cumpliendo misiones en la patria o en otras tierras del mundo. Sin obviar su peculiar condición de deportistas, merecen oportunidades similares a las de los demás profesionales.

3- La actual estructura del campeonato nacional está sobredimensionada. Japón, con diez veces nuestra población y una renta per-cápita veinte veces superior, tiene menos conjuntos en su torneo élite e inclusive, menos atletas en activo dentro de cada conjunto.

Un bodeguero de mi barrio ilustra la anterior conclusión: “Producimos excelentes prospectos que luego se estancan porque aquí es fácil batear por encima de 350 y conectar más de 25 jonrones por temporada. Diferente es cuando juegan en los Estados unidos, porque muchos y muy buenos se fueron y allí los promedios bajan sin dejar de ser considerados por esto grandes atletas.”

La Pelota no es ajena a la realidad del país, marcada por las plantillas infladas y el sub-empleo. El aludido bodeguero vuelve a la carga: “Nunca antes un equipo nacional fue preparado con tanto esmero y miren lo que pasó. Si seguimos sin cambios, será como dice el refrán, ¡tanto nadar y nadar, para morir en la orilla!”
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Vicente Morín Aguado. [email protected]

 

2 thoughts on “Pelota y política regresan a Cuba

  • Estoy completa y absolutamente de acuerdo con el escritor del articulo, se esta llevando al extremo la politica con respecto a los atletas, RESULTADOS: CONOCIDOS, demas esta ampliar sobre el tema, el dia que los dirigentes de Cuba cambien la politica obsoleta y llena de ideologia Stalinista, el dia que dicho gobiuyerno cubano deje de tratar a sus ciudadanos como esclavos en tiemp;os modernos, ese dia entonces volvera a brillar Cuba, en todos los aspectos …

    PD: Tengase en cuenta que la presion psicologica de todos los atletas de todos los otros equipos, es FRESCA en comparacion a la que llevan los atletas cubanos, cuales padecen de miseria muchos, junto a sus familias, y no se pueden concentrar por tanto del todo en lo que estan haciendo; habria que preguntarle a Yuliesky en que estaba penzando, donde tenia su cabeza, donde era el punto de concentracion en el juego cuando cometio esos 4 errores,… Yo como minimo no lo dejo vestir mas nunca el uniforme del Cuba … hay mucho talento en Cuba, mucho, en cuanto a Baseball se refiere. Que lastima el mal manejo universal del sistema cubano ….

  • oiga amigo, con todo y los errores que hizo, estoy seguro que si mañana yulieski se va para la mlb coge un contrato mucho más grande que el de yunel escobar, en 3b nunca jugaria por encima de yulieski, en el ss discrepo de su elección tambien, alexei ramirez y el grillo serian los 2, pues para que en segunda abra jugando jose miguel fernandez, como vas a dejar fuera a ese peloterazo que fue novato en el clasico y bateo más de 500, en primera si prefiero a kendrys en vez de abreu, en los jardinez concuerdo que cespedes este en el center field, y bueno necesitamos a todos los mejores lanzadores cubanos que hay en la mlb, para poder dominar a los demas equipos, cuando cuba tenga eso, ganara un clasico, sino nunca vera ese podio, porque los mejores peloteros, mientras no les abran la puerta, se seguiran yendo.

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