Mi primer juego de béisbol cubano

Por Robert Short

La postemporada en el Estadio Lationamericano. Foto: Caridad

HAVANA TIMES, 14 de abril— Mientras me preparaba para mi primer viaje a Cuba, puse algunas cosas en mi lista de “actividades priorizadas”.  Tomar un mojito, escuchar jazz cubano, fumar un buen Cohíba y, por supuesto, presenciar algún juego de la Serie Nacional de Béisbol de este país.

Como soy estadounidense, el béisbol ha formado parte de mi vida desde que nací.  Recuerdo que iba al estadio desde muy pequeño, animando mis peloteros favoritos y miraba los partidos en la televisión.  Incluso ahora soy tan fanático a este deporte como lo era entonces.

Siempre he escuchado que en Cuba la pelota también era muy seguida, incluso más que en Estados Unidos, por lo que me atraía mucho la idea de ver algún desafío de la Liga cubana.  Pero no solo ver el enfrentamiento como tal, sino toda la experiencia en sí, principalmente la multitud y cómo animan a su equipo, discuten con los fanáticos contrarios y entre los de su propio bando, etcétera…

Antes de realizar mi viaje seguía el Campeonato Cubano de Béisbol y vi que los equipos de Industriales y Las Villas se encontrarían en la gran final.  Cuando leí la programación, no lo podía creer, el 3er, 4to y 5to desafíos tendrían lugar en La Habana exactamente durante los mismos días de mi viaje y que estaríamos en la capital de la Isla.

Como he presenciado tantas partidos de las Grandes Ligas durante toda mi vida, crecí con la costumbre de pagar absurdas cantidades de dinero para ver un juego de la temporada regular, sin mencionar las finales. Así que cuando llegué al Estadio Latinoamericano y supe que las entradas costaban solamente 1 y 3 pesos, me sorprendí.  Pensé que quizás todos los buenos asientos ya habían sido vendidos.

Fanáticos del equipo capitalino. Foto: Caridad

Sin embargo, compramos dos entradas y encontramos dos excelentes lugares por primera base y en la sombra.  Me sorprendió llegar dos horas y media antes y encontrar a los seguidores en medio de una fiesta vespertina.  La música en los altavoces, los seguidores con bongoes y cláxones, bailando y dando ánimo como si fuera el final del noveno inning.

Cuando se acercaba la hora de realizar el primer lanzamiento y el estadio iba completando su capacidad, podías sentir que la intensidad del público aumentaba.  Mientras la multitud lo animaba, el León Azul, la mascota del equipo Industriales, se paraba en el campo corto y le daba una paliza a una gigante lata de jugo de naranja que representaba las naranjas villaclareñas.

Cuando finalmente comenzó el encuentro el Latino parecía estar completamente lleno.  Los aficionados se apilaban hombro a hombro en los bancos.  Las aceras estaban repletas de fanáticos que se empujaban luchando por una mejor vista.

Hubo un cambio definitivo en el humor de los presentes cuando se lanzó la primera pelota.  Todo el mundo se concentró en la lid y se animaban increíblemente si el equipo de casa hacia una buena jugada o anotaba alguna carrera.  Había una gran diferencia en la energía de la multitud en un partido de pelota en Cuba en comparación con uno de las Grandes Ligas en Estados Unidos.

En mi país los espectadores tienden a sentarse y relajarse entre cada jugada y antes del comienzo de cada entrada, mientras en Cuba los apasionados se levantan de sus asientos, cantan, corean, ondean banderas y carteles.  Era por mucho una atmósfera más excitada en el Estadio Latinoamericano.

De forma general, fue una experiencia maravillosa presenciar un juego de pelota cubana en un escenario completamente distinto de los que había estado anteriormente. Ver a los cubanos tan entusiasmados con este deporte que ha sido gran parte de mi vida fue realmente un gran placer.

One thought on “Mi primer juego de béisbol cubano

  • A pesar de ser una sana alegría, otros articulistas de este “Financial” o “New York” Times tropical tachan esta alegría de circo o enajenación, no entienden que BEISBOL es sinónimo de PASION en Cuba, quizas no les guste la pelota, ademas para uno de ellos las fiestas populares tampoco, porque según él solo son riñas y cerveza aguada barata…. me alegro que lo haya disfrutado, alegría semejante aprecié sólo en Brasil pues tuve la suerte de visitar ese país durante una final de la liga estatal en Bahía, es decir, la final del campeonato de futbol del estado de Bahía, pero no tuvimos la suerte suya, cuando fuimos a sacar las entradas ya estaban agotadas, me imagino como sería entonces la final nacional. Sin la pelota no seríamos cubanos.

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