El Salón de la Infamia

Por Ronal Quiñones

HAVANA TIMES — Dedicados a venerar lo más sagrado en los campos más disímiles, los salones de la fama pululan por todo el mundo, son fuente de prestigio para quienes los integran, y lugar de culto para quienes los siguen. Pero en esto, Cuba también es diferente.

Luego de décadas en las cuales nadie se ponía de acuerdo si se retomaba o dónde se ubicaba, finalmente el Salón de la Fama del Béisbol cubano resurgió con aparente fuerza hace dos años. Omar Linares, Luis Giraldo Casanova, Braudilio Vinent, Orestes Kindelán y Antonio Muñoz fueron los cinco agraciados en esa primera exaltación, con toda justicia, aunque pudieron ser más por la cantidad de tiempo transcurrida desde la nominación anterior, realizada a inicios de los 60 del pasado siglo.

Bueno, del lobo un pelo, habrán dicho los ingenuos en 2014, ya habrá tiempo de hacer justicia a otros estelares peloteros. Pero nada de eso, luego de saltarse olímpicamente el año 2015, ahora se conoce (aún extraoficialmente), que ya está lista la nueva Clase, y sale descarnadamente la realidad que se preveía desde el principio: el Salón es otro elemento más para hacer política a través del deporte.

Los nuevos integrantes del recinto (todavía sin sede) serían el lanzador Luis Tiant y el torpedero Willy Miranda de la etapa profesional, mientras que el pitcher Pedro Luis Lazo fue el único elegido de los que jugaron en Series Nacionales. De entrada, es increíble que se coloque a Tiant en la etapa profesional, porque esa fue antes de 1959, y él hizo méritos durante los 60 y 80, y tampoco es lógico nominar a Miranda por encima de Tany Pérez, miembro del Salón de la Fama más importante del mundo, el de Cooperstown.

Ahí no termina todo, lo más llamativo es que dejaron fuera a Antonio Pacheco por segunda ocasión, cuando ya desde la primera elección era absurdo. Pacheco estaba en la nómina entregada del Comité de selección al Instituto Cubano de Deportes y Recreación (Índer) desde diciembre pasado, pero los directivos no lo aprobaron. Son los 25 miembros del Comité, más los cinco peloteros elegidos en el 2014, los encargados de votar, pero en evidente fraude, y sucumbiendo a presiones, en vez de a sus propios conocimientos del béisbol, algunos de los encargados le negaron la entrada al Capitán de capitanes y este se quedó con apenas el 47 por ciento de los votos, cuando necesitaba el 75 para ser seleccionado.

Por esta situación, se rumorea que varios de los miembros del Comité de Votantes presentarán su renuncia próximamente, para no seguir formando parte de esa farsa.

Aunque reiteramos que todavía no se ha hecho oficial la nueva exaltación, a pesar de que se realizó desde diciembre del año pasado, ya los aficionados en la calle muestran su indignación por lo que se avecina.

Lo que dicen los fanáticos

Raiko, un abogado que vive en el Cerro, nos comentó que esto no tiene ni pies ni cabeza. “En Cuba ha habido muy pocos peloteros que le puedan hacer sombra a Pacheco. Ya desde la primera ocasión era una falta de respeto que no lo colocaran en la lista, pero claro, como se fue para Miami, ya no cuenta. Yo quisiera que Kindelán, que es uno de sus grandes amigos y seguro uno de los que votó por él, se fuera también a ver qué se iban a hacer. Pacheco es uno de los peloteros más completos que han jugado, no solo en Cuba, y si esto de verdad fuera como debe ser, ya estaría en el Salón.”

“Por eso es que nadie se cree lo que hace la Comisión Nacional”, dice René. “Todo empezó muy bien, hasta que ellos metieron las manos. Me acuerdo que uno de los más entusiastas era (el cineasta) Ian Padrón, pero sabía lo que venía. En la carta pública que hizo cuando se fue de Cuba mencionó esto del Salón. Él mismo invirtió mucho tiempo y dinero para tratar de darle seriedad a esto, y chocó de nuevo con los dirigentes, que siempre se roban todo para meter la política por el medio.”

“Es que siempre es igual”, le apoya Triana, “es la misma piña de toda la vida. La misma que dice cuáles peloteros integran la selección nacional, aunque no hayan rendido nada, la que le da contratos en el exterior a los peloteros que a ellos les conviene, en fin, la mafia total.”

“Es una total vergüenza que Cuba no tenga su Salón de la Fama”, prosigue Máximo. “Otros países latinoamericanos, con mucha menos historia que nosotros, tienen el suyo y lo respetan, aquí ni siquiera se ponían de acuerdo en dónde lo ponían, que si en el Latino, que en el Palmar de Junco, que en el antiguo Vedado Tennis Club, hasta en eso quería mandar la Comisión Nacional.”

“Luis Tiant se salvó porque ha venido a Cuba y no ha dicho nada raro, si no, tampoco clasificaba, y Miranda porque ya está muerto”, comenta Silvio. “De todas maneras, lo pusieron en un saco que no le toca, porque nunca jugó pelota profesional en Cuba. Eso quiere decir que con la gente que maneja esto, jamás podremos ver ahí ni a Pacheco ni al Duque ni a Contreras, y la lista sigue creciendo.”

“Imagínate que si le hicieron eso a Pacheco, que tantos títulos nos dio, ¿qué quedará para los demás?”, se pregunta Yuri. “Hasta después de retirados les van a estar exigiendo que no se salgan de la raya. A este paso, no subirá nadie la próxima vez.”

Desgraciadamente, llevan razón muchos de estos planteamientos, y ha perdido toda credibilidad tanto el Salón, como los votantes, que tampoco fueron todos merecedores de tal privilegio, pues se encontraban periodistas con menos de una década de trabajo en el béisbol, por solamente mencionar a algunos. Esta iniciativa, largamente acariciada por la afición cubana, deberá replantearse desde sus cimientos o seguirá siendo presa del descrédito total y el repudio de los verdaderos seguidores de la pelota cubana.