Cuba cumplió primer objetivo en Clásico beisbolero

Por Ronal Quiñones

HAVANA TIMES — Por los pelos, pero ya Cuba cumplió con su objetivo de colarse en la segunda ronda del IV Clásico Mundial de béisbol.

Con un mínimo gasto ofensivo, la escuadra caribeña logró derrotar a China y Australia, por lo que pasó como segunda de su grupo, detrás de Japón, y a partir de este sábado se las verá contra los propios nipones, Israel y Holanda, en una instancia que no sobrepasan desde la versión inicial de 2006.

A diferencia de las ediciones precedentes, con esta novena no hay muchas expectativas, por lo que puede considerarse que ya cumplieron con su meta.

Eso piensa mucha gente, pero ya se sabe que a los peloteros cubanos se les somete a muchísima presión en cualquier torneo que enfrenten, y muchas veces eso da al traste con los buenos resultados. Ahora sería mucho peor exigirles demasiado, pues la mayoría no tiene gran experiencia internacional y el nivel que enfrentarán en esta segunda ronda debe ser bien alto.

Con una reglamentación diferente para los lanzadores (ahora serán 85 los lanzamientos permitidos, 20 más que en la primera ronda), adquiere mayor importancia el abridor de cada desafío, por lo que el mentor Carlos Martí debe inclinarse por sus mejores cartas:

Vladimir Baños contra los israelíes, Lázaro Blanco contra los japoneses, y Vladimir García ante los holandeses.

Precisamente en el pitcheo han estado buena parte de las interrogantes en la actuación cubana, pues se ha visto demasiado descontrol en la mayoría de los serpentineros, que se meten en conteo y reciben conexiones al estar debajo.

En cuanto al bateo, la dirección del equipo prácticamente no ha apelado a la banca, algo muy necesario en un torneo tan corto, donde cada juego prácticamente es de vida o muerte, y las pocas oportunidades hay que aprovecharlas. El caso más sonado es el del camarero Carlos Benítez, quien ha conectado un solo imparable en 10 turnos al bate.

¿Qué dicen los analistas del Parque Central?

En la célebre peña del Parque Central de La Habana el pesimismo tras la derrota contra Japón fue dando paso a un estado de ánimo un poco mejor.

“Contra Japón no se jugó bien”, dijo Pedro Luis para comenzar el debate. “Vinieron a batear al final, cuando empezaron a creerse que se podía, pero eso fue lo más importante, que se soltaron y luego lograron vencer a China y Australia. Es verdad que no fueron victorias amplias, pero victorias al fin. A este nivel no se puede esperar que noqueen, y menos con el nivel que tiene el equipo cubano y sus rivales.”

“Yo creo que Carlos Martí tiene que ser más agresivo”, comenta Yoandry. “A Benítez había que sustituirlo cuando vino a batear con las bases llenas y un solo out. Ahí se perdió una buena oportunidad de anotar. De no ser por el jonrón de Despaigne, nos hubiéramos lamentado por no haber hecho ese cambio. Luego en el octavo también había que sentar a Yoelkis Céspedes, porque no era su noche. El muchacho bateó muy bien en los dos primeros juegos, pero los australianos parece que lo estudiaron bien. Esos detalles no se les pueden escapar a los técnicos, porque para eso llevaron a los demás.”

“Yo también hubiera sacado a (Yosvany) Alarcón en cualquiera de esas dos oportunidades”, coincide Carlos. “Hay que acordarse en el primer Clásico, que no eran regulares ni (Yoandy) Garlobo ni (Ariel) Borrero. Salieron de emergentes, la dieron a la hora buena, y se quedaron jugando. El primer día esto se dio con (Guillermo) Avilés y Alarcón, pero no les han dado más oportunidades. En este tipo de torneos no se pueden desaprovechar las pocas chances, y más ahora que los contrarios van a regalar menos.”

“Estamos de acuerdo”, interviene Marcos. “Es verdad que a la defensa (Yordan) Manduley no está habituado a jugar segunda base, pero el juego se gana por carreras, y tampoco es la base más difícil de jugar ni mucho menos. No podemos estar regalando outs. Frederich Cepeda no está conectando mucho, pero por lo menos se embasa por bases por bolas, y eso también es válido. Si él no deja llegar a Despaigne, ya estuvieran de regreso en Cuba, pero Benítez ni boletos coge. El equipo que menos carreras le hizo a China fue el de nosotros, y fue dominado por un pitcher (Bruce Chen) que llevaba dos años sin tirar una pelota, eso da la medida de que la ofensiva está bastante floja.”

“Lo que no puede seguir fallando es el pitcheo”, señala Damián. “Hasta ahora han escapado, pero se les ve regados, no ponen la bola donde quieren. Así le pasó a Australia contra Despaigne, el pitcher se metió en conteo, y llegó el batazo. Nos puede pasar a nosotros también, porque además de dar muchas bases por bolas, se enredan demasiado. Hasta Blanco estuvo flojo en eso, y él es uno de los más controlados.”

“Si eso lo hacen contra Israel, que ya se vio que batea, estamos muy mal”, asegura Alejandro. “Australia dejó muchos hombres en base, pero no vamos a tener tanta suerte en los próximos juegos. Hasta ahora lo mejor ha sido la defensa, salvo el primer día que a (Yurisbel) Gracial se le vio muy nervioso en tercera. Por suerte ya cogió confianza, y es de los pocos que está bateando todos los días. Es otra prueba de que cuando no se le mete presión a los peloteros se pueden esperar buenos resultados. Nadie debe exigirles más de lo que realmente pueden dar, porque en honor a la verdad, este equipo si pasa a semifinales es un milagro, un resultado similar al del primer Clásico.”

En sentido general, es positivo el estado de ánimo apreciado en esa peña, termómetro de lo que sucede en toda Cuba, en primer lugar porque no quedaron eliminados, lo cual sí hubiese sido considerada una mala actuación. A partir de ahora, todo lo que logren en sus venideras salidas al Tokio Dome (contra Israel el sábado, según la hora de Cuba, y Japón y Holanda el lunes) será positivo.