Cambios en la pelota cubana

Por Ronal Quiñones

Heriberto Suárez.  Foto: cubasi.cu
Heriberto Suárez. Foto: cubasi.cu

HAVANA TIMES — Parece que el actual comisionado nacional de béisbol en Cuba, nombrado apenas a finales del pasado año, está enfrascado en cambiar en serio varias cosas dentro del organismo que preside.

Nada más asumir en el cargo, Heriberto Suárez se mostró como un hombre sabedor de los muchos problemas que afectan al deporte nacional de los cubanos, y que han influido en el descenso de los resultados internacionales de esta disciplina.

Bajo el mando de Higinio Vélez, quien se mantiene al frente de la Federación cubana, un cargo mucho más simbólico, la Comisión se caracterizó por su falta de previsión, casi nulo contacto con la prensa, poca preparación de sus directivos e improvisación, mucha improvisación. Además, las indisciplinas aumentaron considerablemente, en buena medida por la poca preparación de los árbitros, que siguen añorando una Academia independiente para formarse y mejores condiciones desde todo punto de vista.

La nota la dio esta vez la democión de Víctor Mesa de su cargo como director técnico de la selección nacional, para el cual había sido propuesto por el propio Vélez hasta 2017, cuando se celebrará el próximo Clásico Mundial. Tomada en un inicio como una buena metodología, porque permitía al estratega trabajar con luz larga y establecer métodos de trabajo, en la realidad fue poco práctica porque las nóminas variaban demasiado de un año a otro y terminó siendo impopular por las actitudes asumidas por Mesa en más de una ocasión.

El no poder trabajar con un grupo considerable de jugadores (solamente eran fijos los contratados en Japón) con motivo de las numerosas deserciones o sanciones por intentos ilegales de abandonar la Isla, echó por tierra el criterio técnico de una labor sostenida.

Victor Mesa
Victor Mesa

Además, el manager de la selección se mantuvo al frente de Matanzas en el Campeonato Nacional, y tenía un aura de intocable, porque se le permitía prácticamente todo. A Matanzas fueron a recalar varios peloteros de otras provincias, algunos hasta de equipos Cuba como el lanzador Jonder Martínez y el torpedero Dainier Moreira, quien no había vestido la franela tricolor nunca y lo hizo a las órdenes de Mesa, hasta que abandonó al equipo en Puerto Rico, en la Serie del Caribe de este año.

A nivel popular también se le atribuía la responsabilidad por eliminar las conferencias de prensa, en las cuales nunca se sintió a gusto, y otros detalles como cambios de horarios en algunos juegos para dar más descanso a sus jugadores, prácticas de santería dentro del estadio, la entrega de prebendas a sus peloteros, no usuales en este contexto, y hasta el haber mandado a un pelotero a agredir con un bate a un lanzador rival.

Pues bien, Suárez decidió dar un giro de timón y nombró como nuevo manager del conjunto cubano a Roger Machado, flamante campeón con Ciego de Ávila en el más reciente torneo doméstico. Vale recordar que Machado pidió la liberación luego del nombramiento de Mesa como director por cuatro años, al sentirse con poca motivación para dirigir a Ciego, aunque regresó al año siguiente. Además, poco antes del drástico cambio, causaron encendidas polémicas unas declaraciones de Alfonso Urquiola, en las cuales denunciaba distintos males que afectaban la pelota cubana actual, incluyendo la persona de Víctor Mesa y quienes lo apoyaban. Urquiola, campeón nacional en la pasada campaña y titular de la Serie del Caribe de este año con Pinar del Río, remató diciendo que no quería seguir dirigiendo en Cuba mientras existieran estas condiciones, y todo parece indicar que fue la gota que llenó el vaso para rematar el despido de Mesa.

Según se anunció, Machado dirigirá al Cuba en el venidero tope con Estados Unidos y los Juegos Panamericanos de Toronto, y la próxima temporada pudiera ser otro el director técnico, en dependencia de lo que suceda en la Serie Nacional.

Con este tema en el tintero nos dirigimos a la Terminal de Lista de Espera de La Coubre, en La Habana Vieja, donde varios de quienes esperaban por su turno para viajar intercambiaron criterios.

Roger Machado.  Foto: baseballdecuba.com
Roger Machado. Foto: baseballdecuba.com

José Manuel, trabajador ferroviario, se mostraba contento por la decisión, según él esperada por casi todo el pueblo. “¿Hasta cuándo íbamos a soportar las malcriadeces de Víctor Mesa? Fue muy bueno como jugador, y como técnico tiene también sus méritos, pero se le subió la fama para la cabeza y quería hacer lo que quería en la pelota. A él se le permitía todo, hasta poner un Elegguá en el banco sentado al lado suyo, como hizo este año. Por eso me alegró que no haya ganado el campeonato, y que lo hayan quitado.”

“Todo eso es verdad”, dice Armando, “pero así no se hacen las cosas. Hay que respetar las decisiones que se toman, y si dijeron que eran cuatro años, eran cuatro años. Lo que pasa es que debió ser como pasa en todas partes, que el técnico del equipo nacional es solamente técnico del equipo nacional, ese es su trabajo, no dirigir también en la Liga de su país. A él le afectaron sobre todo las cosas que ocurrieron con Matanzas, las cañonas que metió de vez en cuando, las misas en el estadio…”

“Compadre”, interviene Blas, “lo que pasa es que los demás también tienen derecho. Si él no ha sido capaz de ganar un título todavía, con todas las marañas que ha hecho, cómo va a seguir siendo el capataz de la pelota cubana. Los otros se sacrifican más que él, porque no tienen las condiciones que él tiene en Matanzas, y ganan. Entonces, ¿cómo les vas a decir que sigan dirigiendo sin poder aspirar a nada más? Eso no tiene lógica. A mí no me gusta tampoco el cambio constante de directores, pero tiene que haber competencia para que la gente no se acomode.”

Entonces participa en la conversación Emilia, quien escuchaba desde su silla. “la pelota no es nada más salir a jugar. Es un espectáculo que ve todo el mundo, hasta los niños, y no es agradable observar la manera descompuesta en que se dirige a sus peloteros. Si eso lo hace fuera de Cuba afecta la imagen del país. Yo no sé si Roger está más capacitado como director, pero por lo menos se lo ganó en el terreno, y por lo que he visto es un caballero. También me simpatizó mucho el de la Isla, que con un equipito logró eliminar a Matanzas y casi termina siendo campeón.”

Solamente el tiempo podrá evaluar lo atinado de esta decisión, pero al menos a nivel popular, parece haber gran consenso en que se hizo lo mejor.

One thought on “Cambios en la pelota cubana

  • es una lastima que las opiniones solo hayan sido tomadas en la lista de espera en La Habana, ,los Industrialistas nunca han aceptado a Victor, es completamente falso y calumnioso decir que envio a un pelotero para que agrediera al lanzador con un bate, ni en los momentos mas candentes del debate nacional que genero esta trifulca, a nadie se le ocurrio, y opiniones se expresaron por miles, Victor no necesita que nadie lo defienda, lo unico que le faltaba lo logro para asombro y admiracion de los amantes de la pelota en Cuba que son millones, solo los Industrialistas optaron por callar ante la evidencia, pues lograr que un equipo de Matanzas, no ya que discutiera, llegara a la final, puede considerarse toda una hazaña en este deporte donde ganan los peloteros y pierden los manager, recientemente leia una opinion con relacion al supuesto avance y predominio del futbol en Cuba, decia,”Victor Mesa es el vivo ejemplo de que en Cuba levantas una piedra y sale un pelotero”, muy bien se gano su apodo de “el loco”, ha sido uno de los pocos peloteros (no quiero ser absoluto) por los cuales valia la pena, pasar por las incomodidades de ir a un stadium en Cuba, la pasion que siente Victor cuando esta en un terreno, casi se le ve salir por los poros, recientemente estubo en Miami, muchos comentan que ha sido un show donde quiera que ha llegado, y a pesar de su compromiso evidente, asi lo expreso,(algo que en Miami muchos no le aceptan,) fue contundente y hasta provocador cuando dijo que regresaba a dirigir a Matanzas, si querian, le falto la cubanisima expresion: (sino me voy pa’casa la p…), ese es VICTOR MESA.

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