Anier García: “Para llegar a grandes cosas hay que empezar desde abajo”

Por José A. Rodríguez

Anier Garcia

HAVANA TIMES – Pese a llevar una década ya fuera de las pistas, el primer campeón olímpico cubano en 110 metros con vallas se mantiene bastante bien físicamente, con unos 115 kilogramos de peso en sus 1,92 metros de estatura. En conversación con Havana Times reconoce que añora su época de esplendor.

“Me siento activo todavía, sueño que compito y a cada rato me pongo bravo, porque no puedo bajar de peso como quisiera”, nos dice desde su apartamento, en la frontera entre los municipios habaneros de Centro Habana y el Cerro.

“Para llegar a grandes cosas hay que empezar desde abajo, el talento se potencia con los valores que te enseñan desde la casa, en la escuela. Mi época fue muy competitiva, con los ingleses, los estadounidenses, los alemanes y hasta algunas individualidades en el Caribe. Cualquiera podía ganar, pues las cosas estaban muy parejas.”

Anier García, nacido en Santiago de Cuba, saltó a la gloria al conquistar la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Sydney, Australia, en el año 2000. No era un título esperado, pues a pesar de codearse con la elite de su modalidad, el santiaguero no había podido coronarse en ningún Campeonato Mundial.

Así explica lo ocurrido en la capital de Nueva Gales del Sur: “Estaba muy concentrado, sabía lo que quería y estaba bien preparado. Llevaba un año casi perfecto, desde el principio en la gira bajo techo, cuando hice 7.37 segundos, la tercera mejor marca del mundo en los 60 metros con vallas.

 “Recuerdo la final como si fuera hoy. En el carril tres, a esa hora de la noche, de madrugada aquí en Cuba, yo miraba solamente la meta, ni siquiera las vallas que tenía delante. Como siempre acostumbré, hablé por teléfono poco antes con mi mamá, y con su bendición, salió el resultado (13.01 segundos, con lo cual destrozó su marca personal). Mi mamá no podía ver el televisor por los nervios y solamente la escuchó por radio. Luego sí ha visto el video, y como yo, a cada rato lo vuelve a ver, porque es como regresar en el tiempo al día más feliz de mi carrera deportiva.”

Anier García en una conferencia de prensa.

HT: Anteriormente, solamente Alejandro Casañas había coqueteado con el oro olímpico, con dos platas en 1976 y 1980, pero el tuyo fue el primer oro a ese nivel…

AG: En ese momento no tenía conciencia de nada, ni de la historia ni de lo que era ser campeón olímpico. Actualmente es que lo valoro en su punto, porque con el paso del tiempo te das cuenta del impacto que eso tiene en el mundo. He dictado conferencias fuera de Cuba y siento el reconocimiento de los atletas de hoy, no solo por la medalla, sino por el esfuerzo que eso conlleva.

HT: Para los Juegos de 2004 enfrentaste varios problemas de lesiones y no eras favorito tampoco, pero sacaste un bronce que supo a oro…

AG: Fue un año terrible. Desde el anterior me lesioné en los Panamericanos, cuando me rompí el bíceps femoral. En la cuarta valla sentí un tirón, pero seguí hasta el final, y luego me dijeron que era de operación. Yo no quería operarme y luego de varias evaluaciones decidieron darme tratamiento por 15 días de reposo casi absoluto para ver cómo evolucionaba.

Increíblemente, cuando me volvieron a ver, el derrame interno se había recogido y estaba cicatrizando por dentro. Se decidió, entonces, seguir con el tratamiento durante seis meses, con fisioterapeuta personal, sesiones de piscina, etc. Y con el apoyo de todos, que fueron como una familia para mí, me recuperé mentalmente y poco a poco empecé a competir.

Primero fueron eventos de mediano nivel, hasta que 15 días antes de Atenas logré marcar 13.33. Al momento le dije a mi entrenador, Santiago Antúnez, que ya estaba listo. Unos días más tarde hice 13.30 en Zúrich, y eso fue todo antes de la Olimpiada. Allí corrí cuatro veces, pero todas fueron como finales para mí, hasta que en la definitiva alcancé ese bronce peleado, porque fue muy estrecho (hizo 13.20 y hubo que acudir al photo finish). Yo sentí sabor a oro y me puso súper feliz, porque era la medalla de la disciplina, del coraje.

Iba a competir también en Beijing (2008), pero, apenas un mes antes, en una competencia en Polonia, sufrí una lesión en el aductor. Cuando llegamos luego a la base del atletismo cubano en Guadalajara, España, los médicos estaban valorando si seguía, pero yo mismo consideré que ya era el momento del adiós. Tenía solamente 32 años y podía durar un poco más, pero esa vez no me salvaba de la operación y preferí retirarme.

HT: De alguna manera Dayron Robles tomó tu relevo…

AG: Al igual que todos los técnicos, yo le veía unas condiciones increíbles. Los juveniles entrenaban primero en el estadio Panamericano, pero él siempre se quedaba a ver los entrenamientos del equipo grande, y eso siempre me llamó la atención. Le dije que su momento iba a llegar por esa disciplina que mostraba.

Luego de mi retiro me quedé como asesor de Antúnez durante dos años en los que aprendí mucho. Trabajé en México, tanto en 110 como en 400 con vallas, con muy buenos resultados, porque mis alumnos bajaron por primera vez de 14 segundos en 110 en los últimos 20 años. Actualmente me mantengo apoyando la formación de nuevas figuras en las vallas cubanas.

HT: ¿Qué puede decir Anier del Anier fuera de las pistas?

AG: Mi principal hobby es la música, soy enemigo de fregar, y amante de la comida criolla. Lo que más valoro en una persona es la lealtad. Soy sencillo, pero a la vez tengo un temperamento fuerte, y a veces me molesto en exceso cuando algo no me gusta. Cuando era deportista siempre conté con el apoyo de compañeros de equipo como (Javier) Sotomayor, (Iván) Pedroso y Yoelbis Quesada, que siempre andábamos juntos y todavía lo hacemos cuando podemos. Internet nos mantiene en contacto cuando estamos lejos, y cada vez que hay una oportunidad nos reencontramos.