Una sorpresa en la Ópera de León, Nicaragua

Por Martin Gunnarsson Kulldorff*

Teatro municipal en León, Nicaragua

HAVANA TIMES – Como extranjero que este mes pasé algunos días tratando de relajarme en León, tuve la oportunidad de ver una ópera en el Teatro Municipal. Estaban interpretando a Luisa Fernanda, una zarzuela romántica española de los años 30. Fue una producción muy agradable, pero había un aspecto confuso. ¡Algo que era muy extraño!

La pequeña orquesta de Camerata Bach tocó maravillosamente bien la hermosa música. El coro, Gran Coro INCANTO, fue excelente, con algunos de sus miembros realizando un excelente trabajo doblando en papeles menores, incluido Nelson Escobar como El Saboyano. Una pequeña compañía de baile agregó color y movimiento en el escenario.

De los cantantes principales, Lisbeth Barrios fue fantástica como la duquesa Carolina, mientras que Elisa Picado y Josué Osorio se desempeñaron muy bien en los papeles de Luisa Fernanda y Don Vidal, respectivamente. La parte confusa fue la del cantante en el papel masculino principal de un soldado español, el coronel Javier Moreno, quien al final recupera el corazón de su amada Luisa Fernanda.

Cantó mejor de lo que podría haberlo hecho yo, y estaba en sintonía, pero aunque yo estaba sentado cerca del frente, no pude escuchar ni un tercio de lo que estaba cantando, y cuando aumentó el volumen, como deben hacerlo en ocasiones los cantantes de ópera, no fue nada agradable. ¿Por qué elegirían a un cantor tan débil para el papel masculino principal, con una voz que uno podría escuchar en la producción de una escuela secundaria? Aquello no tenía ningún sentido en absoluto.

La única vez que su voz débil y apenas audible tuvo algún propósito teatral, fue durante una escena, al final del segundo acto, cuando la gente de la ciudad se enfrentaba al soldado, ¡con el coro cantando enérgicamente ¡muera !, ¡muera !, ¡muera! Hacia un coronel que se marchitaba gradualmente.

Normalmente aplaudo a todos después de un espectáculo, pero en la llamada para el coronel, mis manos se quedaron quietas, ya que no podía ser tan hipócrita. El público nicaragüense fue más generoso, al aplaudir cortésmente. Cuando salía del teatro, también me sentí confundido al ver una mujer soldado con un arma pesada bajando del balcón. ¿Por qué los militares estarían en la ópera, y armados hasta los dientes? Muy extraño eso.

Laureano Ortega en el papel masculino prinicipal.

Al darme cuenta de que el nombre del cantante masculino principal era Laureano Ortega, sospeché y realicé una búsqueda rápida en Google, a pesar de que es un apellido común. ¡Resulta que quien cantaba era el hijo del presidente!

Unos días más tarde, Nicaragua jugaba béisbol contra Cuba en el estadio de León. Fue un encuentro muy emotivo con excelentes jugadores, que terminó con un empate a 1. Por suerte, ninguno de los jugadores nicaragüenses llevaba el nombre de Ortega, en cuyo caso Cuba seguramente habría ganado. Para que un país tenga éxito, siempre debe usar el mejor talento disponible.

En la orquesta de Camerata Bach y en el Gran Coro INCANTO, Nicaragua tiene dos tesoros maravillosos. Es importante promover el arte y la cultura y es agradable cuando los miembros de la familia presidencial se interesan personalmente en tales asuntos. Sin embargo, en lugar de ocupar un lugar central para sí mismos, podrían dejar espacio y promover talentos nuevos, más jóvenes y más capaces. Teniendo en cuenta la calidad del coro INCANTO, hay mucho talento subutilizado en Nicaragua, y eso es un buen augurio para el futuro del país.

Martin Gunnarsson Kulldorff es un ciudadano sueco que adora la cultura, la historia y la belleza natural de Nicaragua, así como la amabilidad, hospitalidad y pasión de los nicaragüenses.