Una mirada al diseño escénico nacional

Aunque la disciplina hoy ocupa un espacio mayor en el pensamiento teatral nacional y en la visualidad de algunos montajes para la escena, todavía sus derroteros no señalan hacia un sendero de rosas

Por Maya Quiroga

Fotos: Cortesía de la Galería Raúl Oliva

HAVANA TIMES — Mucho ha cambiado en la vida del curador Geanny García desde aquel lejano 23 de julio de 2008, cuando comenzó a laborar como especialista de la galería Raúl Oliva, fundada por iniciativa del diseñador Jesús Ruiz.

Entonces, se abría un nuevo capítulo en la historia del diseño escénico cubano, al que seguiría la apertura, en agosto de 2009, de la Cátedra Rubén Vigón –adscrita al Centro de Estudios del Diseño Escénico (CEDE)- y de su Centro de Información especializada.

Geanny se considera un joven afortunado. En los últimos siete años ha podido completar su formación en la disciplina del diseño escénico, sobre la base de la teoría y la praxis. Laborar en la curaduría de múltiples exposiciones le ha posibilitado conocer a grandes creativos formados antes del triunfo de la Revolución.

“Recibí las enseñanzas de mi maestro Jesús y de una generación integrada por buenísimos diseñadores, como Eduardo Arrocha, quien ha sido otro maestro para mí, Salvador Fernández, Otto Chaviano, Ricardo Reymena, Nieves Laferté y el propio Raúl Oliva, que no conocí en vida. De María Elena Molinet aprendí muchísimo cuando inauguramos su exposición personal”.

El joven profesor de la Facultad de Arte Teatral de la Universidad de las Artes (ISA) también ha estado en contacto con una generación intermedia, integrada por egresados de la primera graduación de la Escuela Nacional de Arte.

“Los admiro muchísimo porque ahora mismo están en pleno auge y tal vez se reconocen menos. Esa generación la integran Erick Grass, Manolo Garriga, Alain Ortiz, Vladimir Cuenca y la desaparecida Miriam Dueñas”, confiesa quien acaba de participar en la Cuatrienal de Praga con una exposición nacional de diseño escénico cubano, formada por propuestas alternativas para espacios no tradicionales, con una materialidad propia y que le aportan a la escena otra calidad visual.

Con la desaparición física de Jesús Ruiz, termina una generación de grandes diseñadores escénicos cubanos, ¿Cuánto te aportó desde el punto de vista profesional trabajar directamente con él en los últimos años de su vida?

Geanny García: Para mí siempre aprender de los mayores ha sido algo fundamental. Con Jesús aprendí asimilé casi todo en materia de exposiciones y mucho en materia de diseño. Ya tenía una experiencia previa con el profesor Manuel Alcaide, quien estudió en una academia soviética, pero el aprendizaje con Jesús fue fundamental.

Los conocimientos que me enseñó los podré aplicar toda la vida. Él hablaba mucho de cómo uno presenta un proyecto, incluso de la proyección personal, y de cómo uno debe ir vestido para lograr determinados objetivos.

A pesar de ser de formación autodidacta su obra era tan buena, porque tenía la gran virtud de saberse observar a si mismo y de criticar su trabajo. Eso lo heredé un poco de él, sobre todo, en las exposiciones. Nuestro trabajo siempre está sometido a valoraciones constantes, incluso recién concluido sabemos las debilidades que tiene.

Al cabo de siete años de fundada la galería, ¿consideras que ha alcanzado el objetivo de visibilizar el diseño escénico que se hace en la Isla?

Geanny García: Hay una visibilidad mayor. El espectador promedio lo reconoce un poco más y sabe qué es el diseño escénico. El ingreso a la carrera en el ISA es un poco más masivo y consciente también.

Pero hasta que no se logre la calidad en la imagen que necesita el teatro cubano no habremos cumplido el objetivo. Eso es lo más difícil y Jesús lo sabía. Aquí hemos realizado talleres de corte de patrones históricos, hemos hablado de escenografía, de la historia del traje.

Hasta que no exista un personal especializado, hasta que no se logren expresiones distintas sobre la escena y hasta que los diseñadores y directores no tomen conciencia y tengan una mayor capacidad crítica, no se habrá cumplido nuestro sueño.

Ya cuentan con la revista de diseño escénico DE, pero tampoco es muy conocida.

Geanny García: La revista es otro de los logros de la Galería y un paso más para el reconocimiento del diseño escénico. Está en ciernes todavía. No tiene los mismos años de la galería pero va por el mismo camino.

Pocos diseñadores nos dedicamos a reflexionar sobre el diseño escénico, muchos menos a criticar las puestas en escena. Eso es algo a lo que aspiramos, porque los teatrólogos tienen algunas herramientas para hablar sobre esa especialidad, pero no todas las necesarias.

Hace seis años estás vinculado a la docencia en el ISA. ¿Qué ha significado esa otra faceta?

Geanny García: Siempre me ha gustado esa otra parte de mi vida. Ya tenía experiencias previas con la docencia en la Escuela de Instructores de Arte y en una secundaria básica. Es algo que me fascina, pero en el ISA es muy especial porque imparto la disciplina que estudié.

Todos los aprendizajes que he recibido aquí en la galería me han servido para trasladarlos a la Academia, siempre con una conciencia muy grande cuando estoy impartiendo las clases, de que mi conocimiento es muy reducido, porque estoy empezando ahora. Mi trabajo en la praxis del diseño es realmente escaso y esa sinceridad, que me enseñó Jesús, es el primer elemento que coloco sobre la mesa cuando estoy frente a los alumnos.

Trato de trasladar, de la mejor manera posible, todo esos conocimientos que me han legado. El trabajo en la galería ha sido fundamental, porque te puedo decir, con toda certeza, que conozco una gran parte del diseño escénico cubano. Una debilidad nuestra es que ignoramos mucho nuestra historia.