Un joven profesor en una academia bicentenaria

Yanelys Núñez Leyva

Aluan Arguelles
Aluan Arguelles

HAVANA TIMES — A propósito de conmemorarse -el pasado 18 de enero- un aniversario más de la fundación de la Academia de San Alejandro, conversar con uno de sus profesores más jóvenes, Aluan Argüelles, nos permitirá conocer el funcionamiento del más antiguo centro de su tipo en Hispanoamérica.

HT: En tu consideración ¿es ahora mismo San Alejandro una referencia importante dentro de la enseñanza artística nacional?

ALUAN ARGÜELLES: La Academia de San Alejandro, por ser bicentenaria, constituye una referencia necesaria y obligatoria en el sistema de enseñanza artística en el país, así como para la historia del arte cubano y la cultura nacional.

Actualmente, producto de los cambios y nuestra incorporación al Centro Nacional de Escuelas de Arte (CNEart), la institución ha devenido oficialmente una referencia para el sistema, debido a que los programas de estudios que se imparten en el resto de las escuelas de arte del país son creados y se experimentan primero en San Alejandro. Además, la escuela cuenta con cátedras y talleres muy específicos, únicos en la Isla en este nivel de enseñanza.

HT: ¿Cómo es el proceso para la entrada en esta institución?

A: Mediante las pruebas de aptitud, que no son más que la antesala o muestra de la cualidades y habilidades que puede o no poseer el aspirante: dibujo al natural y creativo, pintura, escultura y una última de cultura general, que recientemente se hace oral.

HT: ¿Qué tipo de estudiantes se acercan a la escuela?

A: Bueno, la escuela es completamente abierta en ese sentido, cualquiera con habilidades, aptitudes y sensibilidad para con el arte puede ingresar. Solo no califican aquellas personas que no cuentan con la edad que actualmente admite la Academia. Antes el espectro de personas que se acercaba era más grande, porque había otras posibilidades como el curso para trabajadores y para egresados de duodécimo grado que favorecía a otro tipo de interesados, pero eso se eliminó hace ya un tiempo.

Foto: robinthom.photoshelter.com
Foto: robinthom.photoshelter.com

HT: ¿Cómo enfrenta San Alejandro la carencia de recursos que vive el país?

A: El centro no está exento de esa escasez de recursos, no obstante, no puedo dejar de mencionar los esfuerzos que hace la dirección cada año para que los nuevos estudiantes comiencen con una base decente de materiales. Pero, no tener los materiales que uno sueña -y esto es algo que repito constantemente en mis clases-, no puede ser una limitante absoluta para la creación, pues es quizás esto uno de los atractivos del proceso creativo que enfrenta el artista formado en la Isla. Nosotros como profesores, constantemente debemos estar buscando alternativas y soluciones que respondan al programa de estudio, sin acudir a la supresión de ejercicios importantes.

HT: Según tu experiencia, primero como estudiante y luego como profesor, sientes que ha habido algún cambio, alguna evolución?

A: Cambios siempre hay. Después que me gradué en el año 2002, se creó una cátedra de arte digital, un taller de serigrafía, el proyecto pedagógico Cascarilla, la reparación total de las dos galerías.

HT: ¿Qué se propone el claustro de profesores con los diversos cursos que se imparten en la escuela?

A: Nuestro claustro es muy diverso, lo integran profesores que prácticamente fundaron la escuela pero también otros muy jovenes, recién graduados de la Academia. Sin embargo, todos perseguimos, compartimos una misma idea, a pesar de las grandes diferencias: que el estudiante se gradúe con herramientas y bien preparado para su carrera.

De la serie Sad Diamonds (Diamantes tristes) de Aluan Arguelles. Aceite sobre lienzo, dimensiones 67 por 51 pulgadas.

HT: ¿Qué tratas de ofrecer de forma particular a tu grupo de estudiantes?

A: Actualmente, junto al profesor Julio César Moracén, imparto clases de Escultura a alumnos de primer año. Nos interesa que desde el inicio comiencen a leer, a prepararse para ser artistas cubanos, persistentes, que no sean ingenuos. Que sean profesionales, criticos siempre y, sobre todo, que trabajen mucho.

HT: ¿Dónde podemos acercarnos a las actividades escolares que ellos realizan?

A: Los estudiantes de San Alejandro tienen muchos privilegios. La Fundacion Ludwig es uno de los espacios que acoge al alumnado en sus muestras, exposiciones, conferencias, etc., también están la sala Covarrubias del Teatro Nacional, el Centro Provincial de Artes (Luz y Oficios), y algunas galerías municipales.

Existe igualmente un proyecto que conduce el profesor Pulido, en el barrio desfavorecido de la Dionisia, en el Vedado, donde los estudiantes intervienen el espacio emplazando esculturas realizadas con materiales alternativos, reciclados.

San Alejandro. Foto: ahs.cu

Y por supuesto, la propia Academia también es sede de exposición de los estudiantes, aunque ahora las galerías que poseemos están subutilizadas, pues no tienen una programación regular y los estudiantes pocas veces tienen acceso a mostrar en ellas sus trabajos.

HT: ¿En qué punto de su trayectoria artística, según tu propia vivencia, se encuentra el alumno de San Alejandro cuando se gradúa de la Academia?

A: El alumno de San Alejandro durante todo los cursos tiene cierto roce con la vida real de un artista cubano profesional, pues, al igual que sus colegas, se enfrenta al proceso de producción con escasez de materiales y de espacios expositivos. Eso va formando su espíritu.

Pero funciona como todo, algunos aprovechan su paso por allí y otros no.

HT: ¿Qué le falta a San Alejandro?

A: Más actividad, más interacción con el público. Le falta una proyección más ambiciosa, ser más profesional y conectarse, seguir actualizando los programas de estudio para estar al nivel de las academias de referencia del mundo.

Yanelys Nuñez

Yanelys Nuñez Leyva: Escribir es exponerse, desnudarse ante la mirada inquisitiva de todos. A mí me gusta escribir, no porque haya desarrollado una verdadera afición por el nudismo, sino porque me fascina componer palabras, pensarme historias, frases que conmuevan, imágenes que provoquen disímiles sensaciones. Aquí tengo un espacio donde hablar de arte, de la vida, de mí. Al final, sentirse bien con lo que uno hace es lo que importa; ya sea con ropa o sin ella.

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One thought on “Un joven profesor en una academia bicentenaria

  • Lo siento mucho y no quiero ser un aguafiestas, pero afirmar que “La Academia de San Alejandro, por ser bicentenaria, constituye una referencia necesaria y obligatoria en el sistema de enseñanza artística en el país…” es un poco ingenuo ?Sólo por ser tan “vieja”? Pienso que se es referente por un magnífico trabajo realizado. -Lo que creo que, también, felizmente, es el caso.

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