Un fotógrafo cubano en Francia

Por Yanelis Núñez Leyva

Yuri Obregón en Paris
Yuri Obregón en Paris

HAVANA TIMES — Yuri Obregón (1979), fotógrafo cubano, graduado del Instituto Superior de Arte (ISA) regresó hace pocos días de su primer viaje al extranjero. Sus impresiones sobre el “encontronazo” con otro mundo son recogidas en esta breve entrevista con Havana Times, donde además reflexiona sobre el comportamiento del arte contemporáneo en la Isla.

HT: Desde el 3 al 18 de octubre de 2015 estuviste visitando Francia, ¿qué te llevó allá?

Yuri Obregón: Tuve la posibilidad de viajar a ese país mediante la invitación realizada por la galería de arte NegPos, para exponer mis trabajos en su espacio junto a otros dos fotógrafos cubanos. Es una galería que se especializa principalmente en exposiciones de fotografía, acogiendo muestras de artistas de diferentes partes del mundo para promocionarlas en Francia y en otros países de Europa.

HT: ¿Cómo describirías esa experiencia? ¿Fue un gran impacto? ¿Qué lugares visitaste?

YO: Al ser mi primer viaje fuera de Cuba tuve sensaciones muy extrañas. En ocasiones perdía la noción de dónde estaba, pensaba si era real o no lo que estaba viviendo, me inclinaba a buscar códigos o símbolos representativos del país como la Torre Eiffel, el museo del Louvre, el Molino Rojo o el propio metro, en fin, algo que indicara que verdaderamente estaba afuera.

Así estas perfecto.
Así estas perfecto (2012)

Las personas también te hacen sentir lo mismo, aunque que en menor medida, pues uno tiende a buscar puntos en común con relación a la realidad cubana, que es la experiencia vivida, y esa búsqueda incondicional hace que dejes de ver a los demás como extranjeros (aunque en este caso el extranjero era yo).

Y es que el ser humano generalmente tiene el mismo comportamiento en cualquier parte del mundo. Cuando visitaba algún club nocturno podía ver a la chica plástica, al bobo, al pinchador, al borracho o al pesao… simplemente estaba entre personas. Lo mismo pensé cuando visité barrios de la periferia, me resultaron muy parecidos a algunos lugares de Cuba, salvando la distancia por supuesto.

Creo que todo ese remolino de sensaciones se debía a la necesidad que tenemos los cubanos de explorar cosas fuera de nuestro país, y por eso vemos el viaje como algo supremo. Es como el náufrago que por fin abandona la isla o el pedacito de tierra que lo mantenía prisionero, la partida le da una sensación de libertad indescriptible, aunque siempre tenga como opción regresar.

HT: ¿Cómo fue la recepción de tu trabajo?

Un elefante cantandole a la luna.
Un elefante cantandole a la luna. (2013)

YO: Mi obra tiende a ser un poco o bastante chocante, y las personas necesitan un tiempo para poder digerirlas, dialogar con ellas, comprenderlas. Pero creo que al público francés le fue más fácil, principalmente con las obras de la serie Sagradamente Obsceno, que aún está en proceso. Muchos de los que se me acercaron fue principalmente por las obras de esa serie, ya que les parecían impresionantes y creativas, fueron buenos comentarios en general.

HT: ¿Qué opinión te merece el panorama artístico que pudiste ver?

YO: Creo que el público europeo en sentido general ha convivido mucho con el arte, en toda su expresión, en particular los franceses, que fueron la meca del arte mundial durante mucho tiempo y poseen poderosas instituciones que dan fe de esa sapiencia, como por ejemplo el museo del Louvre, el Centro Pompidou, el museo Picasso, etc.

MG_5641Tienen una formación sólida en cuestiones artísticas, y eso los hace un público interesante para cualquier artista, más aún para los noveles.

HT: ¿Existe algún tipo de conexión con Cuba en ese aspecto?

YO: Tristemente creo que no. Desde mi punto de vista considero que nosotros no apreciamos el arte en realidad, sino más bien las modas. Nuestro arte está muy contaminado por aspectos extrartísticos que priman por delante del amor al arte.

No interesa mostrar lo más interesante que se está gestando en la Isla, sino aquello que responda a beneficios personales. Muchas veces vemos exposiciones que se adjudican el término de novedoso, y sientes que no hubo una investigación a fondo, que en verdad no está lo más significativo, sino los amigos, el piquetico, la gente de la guara (esto no lo va a entender todo el mundo) o aquellos que les reporten algún provecho económico. Esto hace que mucho del buen arte o, al menos, con un toque más sincero se pierda.

HT: ¿Crees que con el cambio que parece venir existirán más propuestas como estas para artistas cubanos jóvenes como tú?

YO: En estos momentos hay muchas personas interesadas en Cuba por diferentes motivos. Todos sentimos que algo está cambiando, para bien o para mal, y que el pueblo cubano va a entrar en otra etapa. Los artistas son muy agudos en sentir esos cambios y en sacarle provecho en función de la obra. Eso lo saben muy bien las personas que se mueven en el mundo del arte, que lo ven como una buena oportunidad para presentar o adquirir productos artísticos que puedan generarles intereses de todo tipo.

MG_5705HT: ¿Algo que quieras agregar como parte de esta experiencia de viaje?

YO: Creo que el hecho de viajar hace que uno vea mejor las cosas, se te hace fácil ver las dos caras de la moneda, y eso permite hacer un juicio justo con relación a nuestro contexto. Nosotros somos una islita pequeña que brinda, en realidad, pocas opciones.

Visitar Francia me dio la posibilidad de vivir nuevas experiencias, de ver que no somos el ombligo del mundo, pues hay muchas personas que no saben que Cuba existe, y en ocasiones ni les interesa saberlo.

Pero al mismo tiempo me pude dar cuenta que no todo lo foráneo es el paraíso, que hay muchas cosas imperfectas, a pesar del gran desarrollo existente. Uno antes de salir tiene una vaga noción de lo que es en realidad el primer mundo, y lo que conlleva ser un habitante del tercer mundo, pero con el viaje eso se transforma y se logra ver todo más claro.