Trova Atrevida

Por Dariela Aquique

Maria Teresa Vera

HAVANA TIMES, 25 agosto — Escuché en el noticiero, un comentario sobre el Festival de la Canción Política, celebrado en Guantánamo a principios de agosto.  Me pareció de muy mal gusto el nombre de dicho evento y me pregunté: ¿es que se hace canción política en Cuba?

Para disipar dudas, pregunté al respecto y se me comentó que los participantes fueron trovadores, en su mayoría las promociones más jóvenes.

Esto provocó, que hiciera una revisión en la historia trovadoresca de nuestro país, desde sus inicios con la Vieja Trova o Trova tradicional, pasando por el movimiento de la Nueva Trova, en sus dos etapas y llegando hasta la Novísima Trova o Postrova, como algunos culteranos se han dado en llamarle.   Y como resultado es este articulo, que quiero poner a consideración de los lectores.

Un poco de historia de la creación

En Santiago de Cuba nació el estilo musical llamado Trova.  De bohemios músicos; guitarra bajo el brazo recorriendo sus calles, interpretando sus canciones en parques, plaza, bares o esquinas.

Sara Gonzalez (i) con Marta Campos. Foto: Caridad

Natural de estos lares, el compositor y guitarrista llamado José (Pepe) Sánchez se convirtió en el padre de la canción trovadoresca cubana, al que sucedieron nombres como el genial Sindo Garay, los hermanos Matamoros, los hermanos Hierrezuelo, María Teresa Vera y una pléyade que conformaron los cultivadores de este estilo.

Un repertorio que resultó novedoso para su tiempo, canciones de amor, pero también textos picarescos y satíricos y hasta el doble sentido de las canciones, como las de Ñico Saquito fueron haciendo el cancionero de la trova cubana.  A estos músicos, aunque no fue su intención les tocó competir con géneros tomados más en serios como el son o el bolero, sin embargo terminaron ganando la aceptación del público.

La trova aunque siempre popular, llegó a ser difundida por medios como la radio.  Y desde sus inicios tuvo muchos y disimile exponentes haciéndola aún más rica y diversa.  La herencia de estos bardos, quienes en sus letras y estribillos reflejaron el amor, el sentir, la realidad de su época y esa génesis eminentemente musical de la que están dotados los cubanos; fue bien recibida por generaciones posteriores que le dieron continuación, renovándola, sin negarla y la que se denominó nueva Trova.

Las nuevas tendencias

Pablo Milanes. Foto: cubadebate.cu

En los años 60 y 70, eran incontables los géneros y ritmos musicales de moda en todo el mundo.  Entre tantos apareció un tipo específico de canción de autor, que partía del folclore popular de donde era oriundo el artista, para crear nuevas composiciones fusionadas con otras sonoridades.

Este tipo de Nueva Canción siempre tenía implícito cierto compromiso social.  Y estaba relacionada frecuentemente con movimientos políticos, nacionalistas e izquierdistas en boga por aquellos tiempos a causa de los conflictos existentes y lo que hacía diferenciarse del resto de la canción moderna.

La Nueva Trova Cubana surgió a fines de la década de los 60 y principio de los 70 y que bien puede relacionarse con este tipo de la llamada Nueva Canción.  Los creadores de este movimiento fueron un grupo de cantautores, cuyas composiciones no transitaban por los canones de la canción habitual.  Influenciados por la trova tradicional, el feeling (género de la canción cubana, así llamado porque decíase se cantaba con sentimiento), el rock inglés, la bossa-nova brasilera y el pop español, así como algunos elementos del folclor latinoamericano.

Gerardo Alfonso. Photo: Irina Echarry

El empleo de elementos del rock, no muy bien visto por el oficialismo, ya que en aquel periodo todo lo aludía anglosajón era considerado diversionismo ideológico, hizo que llegarán a censurarse a fines de los 60 algunas actuaciones en televisión de estos artistas.

Sin embargo muy pronto las letras y actitudes creativas de los principales exponentes de dicho movimiento  evidenció que estaban motivados por todo lo que acontecía en aquellos primeros años de la Revolución, aunque nunca dejaron de tener contenida una que otra crítica hacia temas específicos de la sociedad, si bien de manera subliminal.

Por el año 1967 algunos de estos músicos se vinculan a la Casa de las Américas (importante centro cultural del país) y realizan sus primeras grabaciones de discos, los que fueron primeramente colectivos.  Un concierto que tuvo por escenario la antes citada Casa, el 18 de Febrero de 1968 y cuyos anfitriones fueron Silvio Rodríguez, Pablo Milanés y Noel Nicola, fue el comienzo de la aceptación oficialista de estos.

En 1969 se crea el Grupo de Experimentación Sonora del ICAIC (Instituto Cubano de Artes e Industria Cinematográficas), dirigido por el músico Leo Brouwer y que se encargaba mayormente de crear la música para los documentales y películas que el ICAIC producía.  Estuvo integrado en gran parte por los músicos que luego formaron el nuevo movimiento trovadoresco.

El disco grabado de esta agrupación tenía títulos como: Cuba va, Fusil contra fusil, Un hombre se levanta, La nueva escuela o la Canción de los CDR.  Estos si fueron muestra de lo que podría llamarse canción política, aunque no fueron más que reflejo de su tiempo.

William Vivanco. Foto: Yandi Fragela

Se constituyó públicamente y legalmente como Movimiento de la Nueva Trova en la ciudad de Manzanillo, el 2 de diciembre de 1972, luego de una caminata efectuada desde Playa Las Coloradas (lugar por donde desembarcará el yate Granma) hasta el centro de la localidad manzanillera.

Los integrantes y fundadores de este movimiento más reconocidos fueron Silvio Rodríguez, Pablo Milanés, Noel Nicola, Vicente Feliú, Sara González y un poco más tarde Augusto Blanca y Amaury Pérez, entre otros.  Estos todos con una canción comprometida con el proceso revolucionario, tuvieron gran difusión en los medio, contando incluso con un espacio televisivo, que llevaba por nombre Te doy una canción, un tema de Silvio.

Esta etapa primera de la Nueva Trova se desarrolla en las décadas de los 60 y 70, pero ya en los 80 y los 90 despuntan una serie de figuras importantes dentro del movimiento, con una expresión y un sentir diferente y por tanto no les haría corre con la misma suerte de admisión que sus antecesores.

Los Topos

Jóvenes con nuevas inquietudes en coyunturas harto difíciles como los 80, donde se vivió el segundo éxodo masivo más grande de la historia del país, después de los 60.  Los hechos de la embajada del Perú, las salidas por el Mariel, los actos de repudio, la guerra de Angola, las becas a Europa del este, las misiones a Libia y Nicaragua, los muñequitos rusos, era el contexto en que se desarrolló la canción de la Nueva Trova en su segunda fase.

Silvio Rodriguez. Foto: Caridad

Los más relevante Carlos Varela, Frank Delgado, Gerardo Alfonso, Santiago Feliú, Pedro Luis Ferrer, Alberto Tosca, Xiomara Laugar y un poco después Raúl Torres, Polito Ibáñez o Alejandro Bernabeu.

A estos últimos les tocó ser como todo cubano protagonistas de los angustiosos 90 y el tristemente celebre periodo especial, tras la caída del campo socialista y del tercer éxodo conocido como los balseros

Sus canciones reflejaron esta realidad, acuciantes críticas sociales y un fino sarcasmo, cual el usado por los viejos trovadores tradicionales en los 50 al hacer burlas de la sociedad de su época.  Tuvo como consecuencia la incomprensión de sus textos por los grupos dirigentes y la censura prohibió inclusive la divulgación de sus temas en los medios y las disqueras no grababan sus discos.

Hasta hace poco tiempo la difusión de estos era mínima, en unos casos más que en otros, como Frank Delgado o Pedro Luis Ferrer.  En estos momentos hay más apertura con su obra musical, pero no puede decirse que gocen de la promoción que tienen otros, inclusive con creaciones de inferior calidad artísticas, pero las que no entran en contrapunteo con el clásico slogan de: lo que no se debe decir…. 

A este grupo le valió el alias de Los Topos, porque su música y sus textos estuvieron mucho tiempo soterradas.  Y por supuesto a no estar, “según algunos.” comprometida con el proceso revolucionario, esta no les merecía el calificativo ni de política, ni de nada.

Los de hoy

Como el ciclo perfecto de las cosas de la vida, todo regresa al origen, renovado, pero con un acento común la trova cuban actual se devuelve a sus raíces.  La cancionistica trovadoresca va de todo un poco se fusiona con lo más rico de las tendencias musicales internacionales vigentes y retro.

Kelvis Ochoa. Foto: Caridad

Canta a la vida, no se parcializa, ni se esquematiza, no son ya los años de efervescencia revolucionaria, donde algunos jóvenes identificados con el momento histórico, hicieron sus canciones de corte político en cierta medida.  No son tampoco los tiempos de revelación social y cambios en la sociedad y la mentalidad de los cubano, donde afloró el resentimiento y la frustración por la promesa irrealizada.

Es esta una generación más desprendida y despierta, que lucha, canta y tributa el legado de los viejos trovadores, a los antológicos temas de Silvio, Pablo o Noel, que da continuidad a los textos inteligentes y ya imprescindibles para los cubanos de Carlos Varela, Frank Delgado o Raúl Torres.

Gema y Pavel, Rolando Berrio, William Vivanco, Karel García, Kelvin Ochoa, Boris Larramendi, Atanay Castro, Vanito Brown.  y muchos más, hacen de la novísima trova una parte indispensable de la música y la cultura nacional.

Pero, ¿canción política?, creo que esa no existe en Cuba, fue quizás una etapa de entusiasmo, por eso me resulta obsoleto el nombrecito del Festival de trovadores.  La trova si va a adjetivarse, en cualquier tiempo siempre será atrevida.