Tania Bruguera: “Ellos no van a ganar, porque el arte los trasciende”

Por Adonis Milán

HAVANA TIMES – La artista Tania Bruguera en el mes febrero inauguró una exposición en el Museo de Arte Moderno de Nueva York; ella ha cosechado una sólida carrera internacional amén de que el Gobierno cubano le ha saboteado tres exposiciones en el extranjero.

Bruguera sigue liderando y apoyando proyectos culturales dentro de Cuba, en lo que se destaca la creación del instituto Hannah Arendt. Por estos tiempos se realizan como actividad del instituto una serie de talleres en los que estarán invitados como profesores diferentes artistas y humanistas de todo el mundo.

Su trabajo como activista es destacado por quienes buscan la libertad de expresión. Le hice esta entrevista al final del año pasado, días después de ser arrestados los dos junto a otros artistas, por intentar estrenar una obra de teatro que estaba bajo mi dirección. Su taller corría peligro, porque ella estaba involucrada, pero su dignidad, generosidad, solidaridad y profundas convicciones sobre hacer lo correcto la definieron una vez más.

HAVANA TIMES: ¿Cuál es la idea inicial de estos talleres?

Tania Bruguera – Este es el segundo que realizamos. El primero fue presentado por Critic Art Ensamble, fue un taller sobre estrategias que usa este grupo de artistas para activar temas de protestas y demandas activistas. El que se terminó hoy se llama Preguntas para el futuro de Cuba, y fue impartido por dos personas, el artista Greg Sholette y la curadora de arte Olga Kopenkina.

Durante las sesiones se hicieron presentaciones de distintos colectivos activistas hechos por artistas. Las acciones que han hecho, los recursos que han utilizado, los procesos de legitimación y deslegitimación cuando los artistas que se convierten en activistas, fueron los temas que tratamos.

Hoy hicimos un ejercicio que era ¿Qué pasa cuando se quita un centro de poder y deja un vacío de poder? ¿Qué preguntas le haríamos a alguien dentro de diez años en Cuba?

HT: ¿Es uno de los objetivos del instituto educar a los artistas y desbloquear pensamientos que la institución se propone bloquear?

TB: El instituto Hannah Arendt tiene dos públicos ideales, uno, los artistas que quizás están condicionados por las limitaciones que ponen las instituciones. Hay un grupo de artistas jóvenes que no se sienten identificados con las tendencias artísticas o con los procesos de legitimación de las instituciones en Cuba. Pueden encontrar aquí otra opción, un espacio de crecimiento artístico y de pensamiento.

Tenemos otro público ideal que es el cubano de a pie que pase por ahí y vea el proyecto. Las opiniones de esas personas son parte importante de lo que debatimos, hoy, por ejemplo, hablamos de como en otros países el consumismo desplaza la ideología y se convierte en sí mismo en una ideología. Existen lugares donde no hay ciudadanos, sino consumistas, eso es un futuro potencial para esta nación. Somos un espacio en el que podemos repensar el futuro y ver qué ha pasado en otros territorios, qué nos interesa o no de esos lugares, y qué nos interesa de nuestro lugar.

¿Crees que el objetivo de los grupos opositores es solo derrocar al Gobierno, no los ve con un proyecto de nación sólido?

TB: No quiero generalizar, porque hay muchos proyectos de oposición. Pero el artista tiene una posibilidad que quizás carece un opositor, el creador tiene la posibilidad de invitar a soñar en una estructura que no está predeterminada. El artista-activista puede ofrecer recursos para que en un momento de caos político y social la gente no sienta miedo, sino una especie estímulo para que se incorporen.

El arte trabaja con el imaginario, en este caso con el imaginario político. Me gustaría que todo el mundo usara el arte, no que fuera artista, creo que el arte da una posibilidad de incorporar muchos puntos de vista. La oposición tiene su proyecto político y lo que hace es trabajar para incrementar su política, es un camino que tiene otras exigencias de coherencias, por eso el mundo artístico puede tener la oportunidad de ser más flexible.

HAVANA TIMES – ¿Crees eso tiene que ver con usar el arte como un medio para lograr transformaciones en tu postura de activista y, a su vez, transformar realidades?

TB: Creo que el arte es una herramienta introductoria para ciertos temas que a las personas les son difíciles, para compartir inseguridades e indefiniciones sin que haya que seguir una doctrina. Es lo opuesto a lo militar, por lo tanto, es una opción muy necesaria en un país donde todo el discurso es militar.

HT: Háblanos sobre el suceso de represión que recibimos como grupo de artistas independientes, hace pocos, a mano de la Seguridad del Estado ¿Cuál fue tu posición como artista que asume el rol de activista?

Me parece un síntoma de debilidad y de miedo que un gobierno tenga que ejercer el poder desde lo micro, que tenga que ir a cada una de las casas para asegurarse que se está haciendo algo con lo cual ellos no están de acuerdo. Un gobierno no está para meterse en la vida de las personas, sino para tener una estructura administrativa que asegure la justicia social y que todo el mundo esté protegido.

Este gobierno está haciendo exactamente lo contrario. Lo que encontramos fue un gesto de su miedo. Impidieron el paso a entrar a una casa particular, lo cual es ilegal, ellos hacen las leyes y las violan constantemente. No quieren que tengas tu pequeñito espacio de libertad. Todo fue por una simple obra de teatro que íbamos a ver un grupo de gente, y la Seguridad impidió que se hiciera.

Están trabajando muy mal y esa obra la vamos a poner. Lo importante para mí en este momento es el arte que es crítico, que se opone y disiente, y por encima de lo que ellos hagan nosotros vamos hacer lo nuestro. No van a vencer, aunque nos cierren los espacios, nos metan presos y difamen de nosotros. Ellos no van a ganar, porque el arte los trasciende.

Ahora cogieron a los que vinieron a dar el taller, los amenazaron de deportación y meterlos en problemas con el Gobierno de Estados Unidos. Aun así realizamos los siguientes tres días del taller.

HAVANA TIMES – ¿Intentaste negociar con la Seguridad del Estado, en este caso con la teniente coronel Kenia para que te dejaran hacer el taller?

TB: Para nada, ellos hablaron y dijeron que era ilegal. Le pregunté ¿por qué si todo el mundo está haciendo su proyecto cultural, yo no puedo hacer el mío? Me dijeron porque es CR (Contra Revolucionario), bueno yo también soy CR. Fue cómico cuando me dijeron que los únicos que pueden hacer activismo político son ellos: el Gobierno, les respondí que por definición eso no es activismo, no sabían de lo que estaban hablando. Incluso les dije: vayan, ustedes también necesitan aprender.

HT: En el primer taller trataron de intimidar a los panelistas y ahora lo hicieron de nuevo ¿Están subiendo la parada?

Me di cuenta la otra vez que cada día del taller había un incidente, que podía poner en peligro la continuación del taller. El primer día no pasó nada, porque todo fue en secreto; el segundo se llevaron preso a Luis Manuel Otero; el tercero Emigración fue a ver a los invitados; el cuarto me interrogaron y cada día lo estaban haciendo de manera tal que había que suspenderlo, pero nunca se suspendió. La idea es que pase lo pase no se suspenda.

Este segundo sí ha subido un poco más la parada con los invitados, amenazan deportarlos pero no lo hicieron. El primer día fue sorpresa, el segundo pasó todo eso de las detenciones; al día siguiente le dieron a los invitados Greg y Olga una citación para emigración; los interrogaron y les prohibieron entrar a mi casa que es la sede del instituto, lo cual es ilegal que la Seguridad haga esto.

Pero nosotros, como somos creativos y somos la respuesta a la represión de este país, una represión rígida, poco creativa y repetitiva; teníamos un plan B que era dar un taller de edición de cine por Miguel Coyula y después poner la obra de teatro de Lynn Cruz Así se hizo todo. Mientras nos estaban interrogando se estaba trabajando, decidimos que seguiríamos con los invitados extranjeros, pero no en la sede y entonces fue peor para la Seguridad del Estado, porque lo hicimos en la calle.

HT: El arte independiente en Cuba es una prueba de resistencia ¿Cómo te planteas su futuro?

TB: Hace unos meses me está gustando mucho que veo que se están uniendo los artistas que hacen crítica de la realidad desde el teatro, el cine, las artes plásticas, la escritura y la danza, estamos todos unidos ahora. Eso es muy especial, quizás no dura mucho tiempo, porque la Seguridad se dedica a sembrar bombas de tiempo en todos los grupos, pero mientras dure es algo bello y mientras subsista tendremos un frente consolidado para usar los términos de ellos que son militares. Nos estamos retroalimentando todo el tiempo, eso muestra la solidaridad. El taller no se suspendió cuando nos interrogaban, porque estaba ahí un cineasta y una actriz. Esto hay que defenderlo, es un momento especial que hay ahora.

HAVANA TIMES – ¿Cuáles son las expectativas que tienes y tiene el instituto sobre el futuro de Cuba?

TB: El instituto está trabajando a largo plazo, pero pensando desde el presente. Se han demostrado que las expectativas en Cuba de proyectos y planes siempre pueden ser desarticuladas y la desesperanza puede ser la única carta que te dejan. Quiero vivir el momento y no esperar nada, porque en este país uno tiene muy poco control. De lo único que puedes tener control es tu fe en el cambio. Lo importante para mí es crear un espacio donde las personas se sientan libres.