Sobre historias, creencias y medios sin discriminación
Rogelio Manuel Díaz Moreno
HAVANA TIMES — La publicación de mi diatriba contra lo que parece un ciclo de cine cristiano en la televisión estatal cubana ha motivado un buen debate en estos sitios. En este, los comentaristas han hecho referencia a la película Ben Hur. Sin reservas de ningún tipo, afirmo que la vi con total agrado, y nunca me preocuparía por su relación con la religión judeo-cristiana. Otras películas han representado versiones más o menos libres de seres de la mitología griega y la escandinava, y las he apreciado con igual gusto.
La película sobre el arca de Noé, protagonizada por Russel Crowe, constituyó el epicentro de mi descarga. Insertada en la programación en una estructura diferente, yo la hubiera podido ver con otra mirada, sin darle la misma connotación. Por ejemplo, como parte de un ciclo de cine de aventuras. O un ciclo de catastrofismo. O de películas protagonizadas por Crowe. O de películas sobre distintas religiones, con esta en representación del cristianismo.
Se podía haber manejado de lo más bien como un producto cultural, con sus valores y defectos, que un crítico de cine podrá señalar mucho mejor que yo. Lo que encuentro repudiable, bajo todo punto de vista, es la pretensión de algún grupo de favorecer una doctrina religiosa mediante la manipulación de los medios de comunicación masivos de un estado presuntamente laico.
Mientras escribo esto, precisamente, trasmiten por la televisión otra ceremonia católica, relacionada con la Virgen de la Caridad del Cobre. El reconocimiento que se le está haciendo a esta figura en los altos niveles de la Iglesia tiene gran relevancia para muchas personas de nuestro país. Sería justo y perfectamente pertinente que se cubriera, con carácter netamente informativo, una acción de tal relevancia.
Tampoco me opondría a que su Iglesia empleara sus propios medios para divulgar la misa celebrada, íntegramente. Pero espero que los practicantes racionales comprendan que el Estado no debe entregar un espacio proselitista tan estratégico como la televisión pública.
Este espacio ni siquiera pertenece al Estado, ente abstracto, ni al grupo de burócratas del Instituto Cubano de Radio y Televisión, sino a todos los ciudadanos, católicos y protestantes, ortodoxos y abakuás, yorubas y Nueva-Era y hebreos y musulmanes y hasta ateos, que conviven en la Casa Cuba.
Tal vez yo pueda entender algún tipo de compromiso y no proteste tanto contra una trasmisión de una misa navideña, si se programa poco después la ceremonia de la Letra del Año. No se deberá olvidar tampoco otras actividades específicas que se soliciten, organizadamente, por parte de las distintas congregaciones religiosas ¡y también de los colectivos ateos! Y así, compartiendo el espacio de todos entre todos, alejamos el fantasma de la intolerancia que tanto daño nos ha hecho.
Repito una convicción, que no es solamente mía. La violación del carácter laico e imparcial del Estado y de los medios públicos de divulgación, es una violación de las libertades de todos los ciudadanos de todas las creencias.
Se viola esa libertad al imponer un mensaje religioso único a quien no lo quiere recibir, desde la televisión que mantiene con sus impuestos o con su trabajo. Se crea una atmósfera que discrimina las otras creencias, que las invisibiliza y las devalúa. Se perjudica, por último, a la misma fe religiosa que se pretende favorecer, pues ya la voz que llame al creyente no será la voz interior, o la de otros hermanos de fe, sino la del Gran Hermano con sus propios propósitos. Que ya sabemos, historia y libros de texto censurados mediante, que no son propósitos para confiar.
Bueno Rogelio, yo estoy de acuerdo que las tv públicas no sea usadas así; pero te queda pedir que hayan Tv no públicas (en otras palabras privadas), que puedan poner lo que deseen con el dinero de los que las pagan y entonces, sí entendería todo lo que planteas, no vi en ningún lugar que tu hables de que se creen esos tipos de Tv, si no eres capas de hacer eso, entonces todo es una perreta.
Me parece que Rogelio obvia que en la TV también se han transmitido filmes sobre otras religiones, por ejemplo recuerdo con agrado el filme Samsara (budismo), así como documentales que abordan, de una forma u otra, diferentes religiones. Rogelio habla de discriminación, lo cual creo no viene al caso, como ejemplo se puede citar al Canal Educativo que transmitió ciclos completos sobre la presencia africana en Cuba, incluyendo programas centrados en temas religiosos y con especialistas de primer nivel hablando del tema.
Y sigue «Juana con la campana», y, ni siquyiera advierte las contradicciones en que se mete;
«violación del carácter laico e imparcial del Estado»
Lo primero que tendría que revisar son sus conceptos de lo que es ser imparcial, y de lo que es un estado laico.
La primera violación del carácter laico e imparcial , sobre todo esto último del Estado es usar la TV , previamente robada a sus verdaderos dueños, para hacer proselitismo político por más de 50 años a favor de una dictadura , de una ideología y de un partido único. Nunca se nos preguntó a los cubanos, ni aun en una simple encuesta, que queríamos y que no queríamos ver en la Televisión en Cuba. ¿Que una programación estrictamente religiosa debe estar lejos de una televisora publica? Estoy de acuerdo. Pero si es así… ¿permitirán que las distintas denominaciones religiosas establezcan y administren sus propias radioemisoras y televisoras que respondan a sus doctrinas y prácticas?
Y dale conque católico. …. Que no señor, que no.
Que Noé era judío, judio de antes de Cristo, ni siquiera tuvo chance de negarlo.
Que la cosa católica viene despues de Jesús y que ni siquiera todos los cristianos son católicos.
Asi que Noé, o una peli sobre él, pudiera ser interesante para judíos, católicos, eevangélicos, adventistas del septimo dia, episcopales, maronitas, ortodoxos rusos o griegos, ¡y hasta para los musulmanes! Y uno que otro ateo o agnóstico que simplemente le gusten las peliculas.
Es mas, Noe es incluso anterior a las doce tribus de Israel y a Moises
El problema es que Rogelio no se da cuenta (Y ello no es por bruto, sino porque no quiere darse cuenta), de que no se pueden defender los derechos de unos, a costa de negar le los derechos a otros, que es lo que ha hecho la dictadura durante más de medio siglo: Algunos derechos (Porque, ni siquiera todos) para los que piensan como ellos, y los demás que se jodan.
A Rogelio le resulta fácil, porque siempre estuvo del lado al que les respetaban algunos derechos. Nunca sufrió de verdad la otra parte.
Rogelio:
En honor a la justicia, «nuestra» TV lleva decenios prestándose para múltiples «tareas» que con frecuencia han sido ajenas, y hasta contrarias, al interés social, o al menos de importantes sectores sociales. ¿Por que te empeñas sólo en señalar el aspecto religioso? Con ello estás demostrando notable estrechez de miras.
Buena esa, me gustó tu comentario. Saludos.
Pero nadie se da cuenta de que «nuestra» tv solo ha servido como vehiculo a la religion oficial del estado desde siempre? Por que no escribir diatribas en contra de bodrios como La Mesa Redonda que no es otra cosa que un concilio tan interminable como los seculares que ya conocemos? y los actos politicos que emulan las homilias eclesiasticas y demas? Vamos….
Isidro
en el mundo hay muchas cosas importantes. Sembrar boniatos, curar enfermos, pintar cuadros artísticos. Mi trabajo fundamental solo aporta a lo de curar enfermos, de hecho, solo una parte de ellos, los que llevan radioterapia para el cancer. Espero no consideres eso una demostración de «estrechez de miras». Cada cual se mueve por motivaciones específicas. en el sitio de blosgs Cubava.cu, por ejemplo, hay bitácoras dedicadas solamente a series coreanas, otras al anime japonés. Espero no consideres a sus autores, personas de miras estrechas. Yo tomo muy en serio la separación entre Iglesia y Estado, y me agito mucho cuando percibo que no se respeta. Eso no merma para nada tu propia potestad de animar los temas que más muevan tu propio interés.
¿La Mesa Redonda? Hombre, esa sería una de las peores pérdidas de mi tiempo que se me pueden ocurrir. Aparte de que casi nadie las ve.
Pero Rogelio, porque no hace lo mismo que hace con la mesa redonda, de no mirarla? O mejor aún que se agite parejo contra todos los programas de adoctrinacion que estado impone en la tv?
Si absurdamente no existe tv privada, entonecs el deber de la tv publica debes er convertirse en una plataforma de acceso igualitario para todos. Tanto derecho tiene el ateo como el creyente de que sus preferencias se difundan.
El comandante, hasta donde se sabe, no permitio ceremonias religiosas o algo parecido en television, hasta el viaje del papa en 1998, asi que esa separacion que a Rogelio le gusta tanto ha estado siempre ahi.
Por otro lado la pelicula de Noe o la de Ben Hur, tendran contexto religioso, pero al final son obras de arte y todos tenemos derecho a disfrutarlo. es notmal en muchos paises que las ceremonias relacionadas a simbolos religiosos o patrios se transmitan por tv, esto incluye saludos por parte de cardenales, del papa, de los rabinos,o del Dalai Lama si es el caso.
El verdadero problema es por que carajo, el gobieno cubano no permite que la television y la radios sean tambien d ecaracter privado y asi Rogelito puede tener su teelvision publica aburrida como pasa en todos lo lugares del mundo.
Rogelio:
Muy de acuerdo. Tú estás en todo tu derecho, y eso no es lo que te señalo. Pero siendo una persona inteligente – cómo me consta que eres -, quizás compartas conmigo el juicio de que no es la ocasional aparición de la Biblia (y sus derivados) en la pequeña pantalla lo que más nos puede afectar como sociedad en conjunto en estos momentos. De hecho, y si te soy franco, creo que más que mal nos haría incluso un poco de bien, en medio de tanto desbarajuste social, tener algo «espiritual» en TV, pues si algo me consta es que muchos creyentes y religiosos sinceros – católicos incluidos – a través de diversas épocas en Cuba han dado ejemplos de solidaridad con el prójimo, de honestidad y sentido de la justicia, de probidad y entereza moral. Pero a pesar de todo esto, en la época en que los «comisarios rojos» tenían la última palabra en nuestros medios masivos de comunicación – TV incluida, y de eso no hace mucho- , se estimulaba el ateísmo a rajatabla, se asumía toda religión o creencia como «opio de los pueblos» y «rezago de la sociedad burguesa», y se condenaba al basurero de la historia todo lo que no compaginara con el entonces oportunistamente predominante «materialismo dialéctico».
Pero claro, no hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista, y como me decía mi vieja – que como espiritista que fue toda su vida, sufrió en carne propia lo que te cuento – «no se puede escupir hacia arriba, pues te puede caer en la cara». Hoy parece llegado el momento de rogarle lo mismo a Cachita, que a Jesucristo, que a Alan Kardec, para que salven lo que queda de la islita, porque, mi amigo, la cosa pinta fea, fea…
Y así, con el mejor ánimo de debatir, te pregunto: ¿Qué debería ofendernos más: una olvidable y apócrifa aventura de Noé, o la constante e indeclinable burla que se hace al negro en tantos y tantos programas humorísticos, en esa misma TV pública que se supone que represente a todos los cubanos?…Y te estoy poniendo el caso más «noble» y que de seguro es del interés de unos cuantos que no pueden pasar por blancos…
Pero Rogelio ¿Cuantas veces tendremos que decirte que eres libre de apagar la televisión?
La televisión pública cubana tiene la obligación de transmitir lo que le guste al público cubano.
El comandante se casó por la iglesia católica.
«Opino con Rogelio que en una televisión pública de un estado declarado laico no deben existir programas que favorezcan a ninguna religión. Televisar una religión (películas, misas, santorales, sacramentos) es institucionalizar esa religión, hacerla oficial.
Las religiones son respetables como aspiraciones espirituales personales.
Cuba y España son países aconfesionales o laicos, por tanto no deben emitir nada católico ni de otras religiones, o lo deben hacer de todas las religiones presentes en la nación por igual. El no hacerlo merma la libertad de todos.
Sacar una tendencia espiritual religiosa del ámbito de lo privado y hacer programas o campañas, es corromper esa creencia íntima, destruirla, porque quién está detrás de hacerla oficial está buscando dinero y poder. Nunca lo espiritual debería de salir de lo privado.
Ejemplos de que la católica es una institución poderosa aferrada al diablo del poder lo tenemos en España: es vergonzoso, intolerable que con todo el mal que ha hecho la jerarquía católica durante cuarenta años de dictadura franquista -asociándose al poder del Generalísimo sanguinario, apoyando juicios sumarísimos a luchadores por la libertad, aliándose con quienes enviaban a la cárcel a gente inocente, separando a los bebés recién nacidos de sus madres legítimas en los hospitales para entregar esos bebés a familias pro-franquistas adineradas- aún tengamos que soportar en 2014 la emisión de una misa cada domingo por la televisión pública. Es un insulto, una burla a todos los españoles.
Nuestra Constitución establece que ninguna confesión tendrá carácter estatal.
A través de una televisión pública al servicio de los ciudadanos-as nunca se debe hacer burla al negro, ni emitir frecuentemente películas de Noé y sus secuaces bíblicos, ni misas. Lo que debe emitir la pública -sin ser nunca aburrida, y les aseguro que es posible- es educación en valores para promover la solidaridad, la igualdad y el respeto a las minorías, a todas las minorías. El lobby católico es uno de tantos que extiende sus garras para intervenir en muchos medios de comunicación públicos en muchos países.»