Sábado con el Conjunto Folklórico

Irina Echarry

Conjunto Folklórico Nacional de Cuba

HAVANA TIMES, Sept. 17 – El Conjunto Folklórico Nacional de Cuba, es un río de aguas siempre renovadas, fiel a sus fuentes primigenias, notó el investigador Rogelio Martínez Furé

María Teresa tararea el estribillo de algún canto que  aprendió de sus ancestros.  Ella piensa que su nieta también debe conocer la letra porque “es algo que sirve para la vida.  Ayuda a ser mejor persona creer en un santo, seguir sus instrucciones.”

La nieta mira con los ojos llenos de luz al escenario, ve moverse a las bailarinas de un lado a otro, vestidas de rojo, con movimientos eufóricos.  “yo voy a bailar así” dice mientras aplaude.

El público que asistió el fin de semana al Teatro América tuvo la oportunidad de ver un buen espectáculo ofrecido por el Conjunto Folklórico Nacional, que ya cuenta con  45 años de labor.

María Teresa, quizá sin saberlo, tiene muy claro el objetivo que persigue la compañía desde que se fundó: rescatar los valores danzarios y musicales de la cultura popular tradicional de Cuba.

Vea una galería de fotos de este espectáculo
en el siguiente enalace
: A Night with Cuba’s Conjunto Folklórico

Coreografías que representan  diferentes deidades adoradas en la religión afrocubana.  Colores que identifican a cada una de ellas, sus accesorios y movimientos  acompañan los ritmos que se riegan por todo el teatro.  El espectáculo tiene un nombre: Ritmos de Cuba.

Y abarca también el cha cha chá, el mambo popularizado a fines de los años 40 por Dámaso Pérez Prado, la rumba que nació en los solares cubanos con la gente más humilde y que hoy en día es universal.

En honor a la verdad, las más conmovedoras fueron las danzas dedicadas a Yemayá, dueña de las aguas marinas, diosa madre de todos los orishas; y a Babbalú Ayé.

Las bailarinas que danzaban alrededor de Yemayá lucían sus trajes blanquiazules que    simulaban las olas del mar.  El que nos rodea por todas partes.

El orisha de las enfermedades y las plagas salió tambaleante con una gran carga de dramatismo en su baile, conquistando al público desde el inicio, haciendo gala de sus dotes histriónicas.

El que abre los caminos (o los cierra), el dueño del futuro: Elegguá, fue otro de los mejor representado, desde el punto de vista  danzario.

María Teresa siguió tarareando hasta el final.  El teatro en pleno cantó plegarias y canciones a los orishas.

Algunos seguían el ritmo con los hombros o los pies. Otros no conocíamos muy bien las letras de las canciones, y eso no fue impedimento para que, junto al resto, nos felicitáramos por haber escogido pasar  la noche del sábado 12 de septiembre junto al Conjunto Folklórico Nacional.