Rodando Papa Hemingway en Cuba

Entrevista con el director Bob Yari

Foto: cortesía del Havana Film Festival de Nueva York



Por G. Isabelle Abad

HAVANA TIMES — El Décimo Séptimo Festival de Cine Habanero, que se desarrolla anualmente en Nueva York, cerró con el estreno estatal de Papa Hemingway en Cuba, la primera película hollywoodense filmada en Cuba desde el triunfo de la Revolución cubana de 1959. Dirigida por el iraní-estadounidense Bob Yari, quien produjo obras notables como El Ilusionista y Crash, ganadora de un Premio Oscar, la película enfrentó muchos obstáculos para finalmente lograr ser filmada en la Isla.

Yari superó trabas debido, en gran medida, a las limitaciones del embargo de Estados Unidos contra Cuba, así como aclimatarse a trabajar con un equipo de filmación extranjero en un país foráneo. Según Yari, el 90 por ciento del equipo era cubano, y el 95 por ciento de las escenas se filmaron en la Isla.

Basado en una historia real, Papa Hemingway en Cuba narra la amistad especial entre el periodista del  Miami Herald, Denne Bart Petitclerc y el icónico novelista estadounidense Ernest Hemingway durante la Revolución cubana. El guión fue escrito por el propio Petitclerc, como una especie de autobiografía de su estadía con Hemingway.

A pesar de que, en su momento, Yari se sometió a un estricto proceso de licenciamiento por parte del Departamento de Tesoro de Estados Unidos. Hoy en día, los recientes cambios normativos permiten que ciertas personas bajo la jurisdicción estadounidense puedan filmar ciertas películas sin realizar solicitud formal alguna al Departamento de Tesoro (como está ocurriendo actualmene con la octava saga de Rápido y Furioso). También es importante tener en cuenta que en Cuba también existen restricciones a las cuales adherirse.

A través del panel de Q&A, así como de conversaciones y correos electrónicos personales, tuve la oportunidad de, en nombre de Havana Times, realizar directamente algunas preguntas a Bob Yari acerca de su película.

HT: Ya que Papa Hemingway en Cuba fue filmado bajo el actual embargo y antes del deshielo Estados Unidos-Cuba, ¿qué tipos de obstáculos tuvo que superar para obtener el permiso del gobierno de Estados Unidos?

BY: Tuvimos que conseguir una licencia especial de la OFAC y del Departamento de Estado para poder rodar en Cuba. En un principio se negaron. Nos tomó cerca de dos años convencerlos. Muchas reuniones, cartas de senadores y escritos sobre cómo nuestra película era un “docu-drama”, que, igual que un documental, archivaba una historia real en los mismos lugares históricos que ocurrieron.

En el Havana Film Festival de Nueva York, de izquierda a derecha: Cristina Morrison, Adrian Sparks y Bob Yari. Foto: G. Isabelle Abad

 

HT: ¿Cuánto se rodó en Cuba?

BY: El 95 por ciento del filme se rodó en la Isla, incluyendo las escenas que representan localizaciones de Miami. El único lugar de Estados Unidos está en la secuencia del “orfanato”,  al principio del largometraje, que se supone es Seattle en invierno.

HT: ¿Tuvieron que transportar algún equipo especial a Cuba desde los Estados Unidos, y existían restricciones gubernamentales o aduanales?

BY: Sí. Tuvimos algunos problemas con la aduana cubana; retuvieron algunos soportes y  nunca más los devolvieron. Pero la mayoría de los equipos que trajimos fueron y regresaron  sin mayores dificultades.

HT: ¿Pudieron pagarles a los trabajadores cubanos directamente o lo hicieron a través del gobierno? ¿Los salarios eran razonables? ¿Estados Unidos puso limitaciones a los sueldos?

BY: Filmamos justo cuando el gobierno cubano permitió que ciertos miembros del equipo recibieran el dinero directamente. A pesar de que teníamos que pagar tasas de mercado al ICAIC por la mayoría del equipo de filmación cubano, el personal solo recibió su salario estatal. A los que le pagamos directamente, mantuvieron sus salarios a precio de mercado. Pagamos salarios justos, pero, como se ha explicado, los salarios no siempre terminan en mano del trabajador. Los Estados Unidos pusieron límites en lo que podíamos gastar en Cuba en los miembros de nuestro equipo, pero no había ninguna restricción directa sobre los salarios.

HT: ¿Cuánto tiempo necesitaron para filmar?

BY: Seis semanas.

HT: ¿Cómo les surgió la idea de hacer una película sobre la relación de Denne Bart Petitclerc con Ernest Hemingway?

BY: Lo recibí como un guión terminado. Me encantó la historia de Denne y sus experiencias en Cuba, pero estaba convencido de que la historia debía ser rodada en la Isla.

HT: ¿Hubo limitaciones sobre dónde o cómo podía filmar?

BY: Siempre tuvimos permisos / autorización oficial para filmar, pero no hubo ninguna limitación inusual.

HT: ¿Cómo fue el proceso para obtener el permiso del gobierno cubano para filmar una película en Cuba?

Foto: G. Isabelle Abad

BY: Hubo cantidad de “papeleo”, pero el gobierno fue muy colaborador y servicial. Nos permitió un acceso sin precedentes a las locaciones y a las embarcaciones.

HT: ¿Cómo fue trabajar con cubanos en una película de Hollywood, en comparación con el trabajo que realizan sus coterráneos en los Estados Unidos? ¿Hubo choques culturales o beneficios culturales?

BY: Los cubanos son un pueblo muy laborioso e innovador. Se las arreglaron para hacer mucho con poco durante las últimas décadas. Sin embargo, no estaban acostumbrados al ritmo de las películas estadounidenses. Esa fue la principal diferencia / desafío. Pero como son tan apasionados con el cine y con Hemingway, se ajustaron y trabajaron en sincronía con nosotros para que se pudiera terminar a tiempo. Las dos culturas trabajaron bien juntas y realmente no hubo ningún enfrentamiento.

HT: ¿Qué lo que más o lo que menos le gustó de rodar en Cuba?

BY: Lo que más disfruté fue interactuar con el pueblo cubano. Y lo que menos, la falta de infraestructura y estándares de negocios que apoyen una producción (por ejemplo, una empresa de preparación de comidas).

HT: ¿Qué consejo les daría a los directores de cine que estén interesados en rodar alguna filmografía aquí en la Isla?

BY: La preparación es la clave. Pasar el tiempo para saber lo que falta y prepararse para eso.

HT: ¿El gobierno cubano censuró alguna parte del filme?

BY: Realmente lo esperaba una vez que presentáramos el guion. Y estábamos pidiendo tanto. Estábamos pidiendo no solo permiso para filmar en Cuba, sino también para acceder al museo, a la casa, y a todos los otros lugares frecuentados por Hemingway.  Pedimos un guardacostas cubano y armas de los militares. Así que pensé que con seguridad vendrían y volverían a editar el guion para nosotros.

Pero en realidad, para nuestra sorpresa, no ocurrió nada de eso. Leyeron el guión, y creo que lo hicieron, porque Hemingway es tan amado en Cuba por el pueblo, como mismo el amó al pueblo cubano…  y eso llegó incluso hasta el gobierno. Creo que hasta el Estado, porque esta era una historia sobre Cuba, y la respetaron; realmente no hubo ningún tipo de censura para con nosotros. No cambiaron ni una palabra. Nos dejaron hacer el guión como quisimos.