¿Qué es un artista Independiente?

Javier Moreno Díaz

Ilustración por Yasser Castellanos sobre el decreto 349 del gobierno cubano, diseñado para prohibir todo tipo de arte independiente en la Isla.

HAVANA TIMES – Emborronar cuartillas con definiciones seudoacadémicas podría ser una alternativa para llenar un espacio, lo cierto es que el artista de por si es independiente en cuanto a libertad y sitio donde desarrolla o expresa su obra.

Desde el músico de salón, hasta el más vilipendiado grafitero, el artista depende de su propio esfuerzo personal y espiritual para darle vida a su obra o moverla en el ambiente propicio donde será admirada o detractada por el público.

Hasta cierto punto, el artista institucionalizado también es independiente, pues da cuenta de lo que le conviene mostrar a la oficialidad y en la mayoría de los casos busca lugares donde presentar su verdadero sentir. No se puede calificar a este tipo de oportunista descarado, aunque ese peyorativo es lógico mirado fríamente, en un país donde las libertades civiles se ven deprimidas, él recurre al enmascaramiento de su yo, y miente.

Recuerdo una cita de alguien que rezaba: los escritores y los artistas, en general, son los mayores mentirosos del mundo.

La verdad y la mentira son entes delgados que se fracturan según el punto de vista, el lugar, o el momento; un artista independiente pasa por alto cánones y rigores de academia, impone más que propone una alternativa de pensamiento que influirá a la larga en el modo de vida de su entorno. Dada que su condición es la de cronista real del pueblo y desde el pueblo, siente igual que este la cotidianeidad que los oprime, o les detiene en un letargo camaleónico.

El artista independiente, se encarga de subvertir el estatus quo social y en su quehacer desenmascara las estrategias institucionales o académicas para viabilizar otro tipo de percepción de la realidad avasalladora de estos tiempos. Desde el lugar donde se encuentre, comúnmente, defiende la libertad de expresarse hacia y en todos los niveles, según su concepción particular del entorno, sin censurar la opinión pública que se tenga de él, aunque no esté de acuerdo con esa opinión.

Al artista fuerte o verdadero no le importa el estatismo, pues decide mantenerse en un continuo flujo y, por ende, su movimiento contagia y obliga.

Por tanto, definirlo es como definir a la poesía, lo inasible, la maravilla, escapa a toda lógica o concepción.

¿Depende de del propio artista entrar en la aceptación social?

Hay artistas que, por convicción o proyección, escapan a cualquier orden, por tanto, no se preocupan por esta pregunta, esperan por la evolución social, y si son juzgados o no, sienten la satisfacción de haber influido según su postura en esta dirección lógica que el hombre moderno ha tomado como horizonte. De cualquier manera, los problemas son y serán reflejados de una forma u otra gracias a su oportuna mirada objetiva, propuesta contundente, gústele al poder o no.

Entonces ¿qué es un artista independiente?

Es el ser en sí mismo cuya inocencia es su mejor arma contra lo establecido, una inocencia anciana y madura cuya razón primordial estriba en abrirnos la razón

Es aquel al cual las instituciones gubernamentales quedan como meros villorrios de mugre y sal inoperante, absurdas literas donde no vale la pena echarse un sueño, ya que matan al sueño mismo.

Un artista independiente es paradigma de modernidad cuando es verdadero y dolor de cabeza social en todas sus formas.

El que consume su obra también la completa y realiza, volviéndose así en defensor y vocero de la libertad plena.