Puente musical de Cuba: Gerardo Alfonso

By Osmel Almaguer

Gerardo Alfonso

HAVANA TIMES, 16 nov.  — Gerardo Alfonso nació en La Habana en el año 1958.  Se inicia como trovador bajo la influencia de la Nueva Canción cubana.  Ingresa en la Brigada Hermanos Saíz con una dilatada promesa de visitar otros países.  En 1982, todavía sin cumplir su sueño, tocando en una esquina del Vedado y luego en la Casa del Joven Creador; conoce a Donato Poveda, Alberto

Tosca, Santiago Feliú, etc.

Posteriormente ha compartido escenario con María Bethania, Pablo Milanés, Silvio Rodríguez, Carlos Varela, Frank Delgado, entre otros.

Su obra, construida a partir de la década de los ochenta, se mantiene en la actualidad como un referente ineludible de la trova cubana.  Desde entonces ha logrado insertar temas a través de todas las épocas.  Yo te quería María, Paranoico, Sábanas blancas y Son los sueños todavía, así lo demuestran.

Sus propuestas textuales le han asegurado un lugar en el corazón de los cubanos, y su  trabajo de fusión, una alta evaluación entre la crítica especializada.  Sus canciones incorporan elementos de la música latinoamericana, fundamentalmente la brasileña y la caribeña, pero también ha sabido aprovechar su raíz citadina y popular, en una gama de mezclas que va desde el rock y el reggae, hasta el rap y el guaguancó, sin abandonar su esencia trovadoresca.

Prefiere ahondar en temáticas como el amor, el hombre y la sociedad, la vida, etc.  Sus temas han sido interpretados por el Grupo Moncada, Santiago Feliú, Ireno García, entre muchas otras figuras y agrupaciones de la música cubana.

Su discografía incluye Volando hacia la luna (1990), Los lobos se reúnen (1993), Diviértete un poco (1994) y Sábanas blancas (1996).   Asimismo aparece en varias producciones discográficas, antologías de la Nueva Trova y de la música cubana en general.  Ha compuesto para varios filmes y documentales.

Quisiera

CD Volando hacia la luna (1990)

Nunca falta el tiempo de empezar / nunca el riesgo se corre de más / aunque todo parezca ya sin sentido / ya no sé si volvamos a amar /nunca sé cuando vas a pasar / estoy viviendo en un mundo desconocido /si no pudiera verte más en el camino / si no quedara solución /quisiera que este canto y este amor dieran contigo / que caigan las paredes de lo prohibido / que toda tu salud y tu bondad tengan un nido/ quisiera

La distancia nos va a separar / la distancia nos va a separar / porque tiene poderes definitivos / y creer que se puede esperar / es besarse a través de un cristal / donde solo se siente silencio y frío / si no pudiera verte más en el camino / si no quedara otra solución / quisiera que este canto y este amor dieran contigo / que caigan las paredes de lo prohibido / que toda tu salud y tu bondad tengan un nido / quisiera / quisiera / quisiera

Las letras de las canciones trovadorescas casi siempre suelen, en una primera lectura, aproximarnos a la relación del trovador con un ser importante en su vida.  Ya sea una persona amada, un idilio o, enfocadas desde ángulos diferentes, la causa de su pesar, el objeto de su aborrecimiento.

En el contexto de las Nueva y Novísima Trova cubanas, sus exponentes se caracterizan por un comprometimiento social y político, ya sea en contra o a favor de la Revolución, reflejado en la mayoría de las canciones.

Así, a medida que escuchamos estas letras y queremos pensar en temas tan aparentemente intrascendentes como un amor perdido o añorado, sus autores nos hablan de temas de mayor interés para la colectividad.

Quisiera es una de esas canciones en las que se entrelazan el deseo –universal al fin y al cabo- de una sociedad mejor, de una libertad definitiva, o dicho en otras palabras, de muchos de los ideales humanos.

El tema de esta canción parece ser la separación entre dos personas que se aman.  Alejadas por paredes que se me antojan invisibles, y que podrían sugerirnos el tema del exilio, o las misiones

internacionalistas, tan comunes en las últimas décadas.

A Gerardo no parece interesarle dejar nada amarrado, y lo digo en cuanto a los sentidos que puede abarcar la letra de su canción.  Es, desde este punto de vista, un poema genuino, que despliega sus alas dejándonos con nuestros propios límites de pensamiento e interpretación.

Y como la poesía se propone siempre llegar al infinito, podríamos seguir profundizando indefinidamente hasta alcanzar límites insospechados, y llenar esta página de interpretaciones también confusas, pero prefiero recomendarles que escuchen la canción, y luego me cuenten.

(*) El Puente Musical Desde Cuba – Este material es parte de una serie con el fin de promover la comunicación entre la gente de las diversas regiones del planeta.  Estaré utilizando una narración sencilla para hacer llegar al público interesado el mensaje que trasmiten esas canciones cubanas que por su escaso potencial comercial y las dificultades que supone su traducción, a veces permanecen en un estancamiento comunicacional, a pesar de ser verdaderas joyas de la cultura cubana.