Pablo Milanés en el Puente Musical desde Cuba

Osmel Almaguer*

Pablo Milanés. Foto: www.cubadebate.cu

HAVANA TIMES, 21 dic.— Uno de los íconos del movimiento de la Nueva Trova cubana.  Caracterizado por mantener una posición de crítica hacia los errores que, a su juicio, se han cometido en la conducción de la Revolución Cubana, sin dejar de defenderla por ello.

Nació en la ciudad de Bayamo (capital de la provincia de Granma), Cuba.  Estudió música en el conservatorio municipal de La Habana.  En sus comienzos estuvo muy influenciado por la música tradicional cubana y por el feeling.

En 1965, luego de algunas incursiones en el panorama musical del patio, publica Mis 22 años, considerada por muchos el nexo de unión entre el feeling y la Nueva Trova Cubana, incluyendo nuevos elementos musicales y vocales que serían precursores de la música cubana que vendría después.

Comienza a tomar partido por las causas sociales, surgiendo en sus temas la preocupación por lo que le rodea.

Ofrece su primer concierto con Silvio Rodríguez en la Casa de las Américas.  Ésta sería la primera muestra de lo que más tarde, en 1972, surgiría como el movimiento musical popular de la Nueva Trova.

En ese mismo lugar conocería a los miembros de la élite cultural y musical de otros países americanos con los que compartía sus preocupaciones sociales.  Violeta Parra, Mercedes Sosa, Daniel Viglietti, Chico Buarque, Simone, Vinícius de Moraes, Milton Nascimento y Víctor Jara, entre otros muchos.

Como compositor, ha tocado diversos estilos, entre ellos el son cubano y la canción protesta a finales de los sesenta.  Ha pertenecido al Grupo de Experimentación Sonora y ha compuesto temas para el cine.

A principios de los años ochenta, Pablo Milanés forma su propio grupo.  Esta etapa se caracteriza por la riqueza de los recursos musicales utilizados y por la variedad de los géneros entremezclados, aunque sus contenidos siguen teniendo un fuerte trasfondo social.

Un álbum importante en la vida de Pablo Milanés fue el titulado Querido Pablo, un disco homenaje grabado con algunos de sus grandes amigos, y en el que participan gente de la talla de Víctor Manuel y Ana Belén, Luis Eduardo Aute y Mercedes Sosa, entre muchos otros.

Este disco tuvo una secuela en 2001, que llevaba el título de Pablo Querido.  Veinte años después, un buen puñado de artistas se vuelven a reunir para cantar al son de Pablo Milanés.  En esta ocasión, además de amigos “clásicos” de Pablo, se unen artistas de la nueva música pop, como Fher (el cantante del grupo mexicano de rock Maná), Marco Antonio Muñiz y Armando Manzanero.

Ha grabado los discos en solitario: Versos sencillos de José Martí (1973), Canta a Nicolás Guillén (1975), La vida no vale nada (1976), No me pidas (1977), El guerrero (1979), Aniversarios (1979), Filin 1 (1982), Acto de fe (1982), El pregón de las flores, (con Lilia Vera, 1983), Años 1 (con Luis Peña, 1983), Ao vivo no Brasil (en vivo en Brasil, 1984), Querido Pablo (1985), Comienzo y final de una verde mañana (1985), Años 2, (con Luis Peña y Cotán, 1986), Buenos días, América (1987), Trovadores (con Armando Garzón, 1987), Proposiciones (1988), Filin 2 (1989), Filin 3 (1989),  Identidad (1990), Canto de la abuela (1991), Filin 4 (1991), Filin 5 (1991), Años 3 (con Luis Peña, Cotán y Compay Segundo, 1992), Canta boleros en Tropicana (1994), Evolución (1994), Igual que ayer (con Caco Senante, 1994), Orígenes (1994), Plegaria (1994), Si yo volviera a nacer (con María Felicia y José María Vitier, 1995), En blanco y negro (con Víctor Manuel, 1995), Despertar (1997), Vengo naciendo (1998), Días de gloria (2000), Live from New York City (en vivo en la ciudad de Nueva Cork, 2000), Pablo Querido (2002), Como un campo de maíz (2005), Líneas paralelas, (con Andy Montañez, 2005) y Regalo (2008).

Crecí escuchando las canciones de Pablo Milanés por la radio.

Eran los años ochenta.  Él y Silvio eran una suerte de cantores sagrados del proletariado.  Mostraban al mundo la sensibilidad del hombre socialista.  Conciencia social, comprometimiento político con un proceso destinado a mejorar las vidas de todos, o a salvarlas, como escuchara muchas veces, “gracias a la Revolución estás aquí.” y era una gran verdad.

Pero en aquella época todavía los años no me habían convertido este ser desconfiado y huraño que todo lo cuestiona, que intenta pasar cada partícula de información por el más fino tamiz.

Tenía cuatro, cinco, seis o siete años, y no entendía bien lo que “Pablito” decía en sus temas musicales.  El radio VEF de fabricación soviética, o que sé yo de cual país, reproducía día a día un estribillo que decía “jamás nuestra tierra, tuvo tanto amor, ni tan bello fruto, salió del sudor.”

La canción que más me gustaba era Ámame como soy.  Estaba lejos de aprender a leer entre líneas, de conocer esas sutilezas privativas de los adultos, de ser víctima y cliente de la maldad del mundo.  Por el momento era inocente, casi tanto como los mayores.  El pueblo cubano compartía un nivel de ingenuidad del que escapaban escasamente hombres como Pablo Milanés.  Visionarios, por así decirlo, privados de expresarse como deseaban.

Ámame como soy es una de las canciones arquetípicas de esa época.  Cuando pienso en ella es imposible no acordarme de esos personajes que en la primera mitad del siglo XX aparecían en las revistas y tiras cómicas.  Personajes como El loquillo, El Bobo y Liborio, arquetipos del cubano, que servían a sus realizadores para expresar en código mucho de lo que hubiera sido imposible decir con claridad.

Para bien o para mal, las limitaciones en la censura coadyuvaron a una búsqueda más profunda y poética en el uso del lenguaje, y en esa búsqueda fue protagonista el movimiento de la Nueva Trova.  Es una gran contradicción, sin embargo, que en el prototipo de canción revolucionaria, predominara el tono intimista.  En la letra de esta canción se puede ver con claridad:

Ámame como soy

Ámame como soy, tómame sin temor / tócame con amor, que voy a perder la calma.  / Bésame sin rencor, trátame con dulzor / mírame por favor que quiero llegar a tu alma.  / Amar es un laberinto que nunca había conocido / desde que yo di contigo quiero romper ese mito.  / Quiero salir de tu mano venciendo todos los ritos / quiero gritar que te amo y que todos oigan mi grito.

Ámame como soy, tómame sin temor / tócame con amor, que voy a perder la calma.  / Bésame sin rencor, trátame con dulzor / mírame por favor que quiero llegar a tu alma.

Lo bello es lo que ha nacido del más puro sentimiento / lo bello lo llevo dentro, lo bello nace conmigo.  / Yo quiero sientas conmigo tan bello como yo siento / juntar esos sentimientos y hacer más bello el camino.

(*) El Puente Musical desde Cuba: Este material es parte de una serie con el fin de promover la comunicación entre la gente de las diversas regiones del planeta.  Estaré utilizando una narración sencilla para hacer llegar al público interesado el mensaje que trasmiten esas canciones cubanas que por su escaso potencial comercial y las dificultades que supone su traducción, a veces permanecen en un estancamiento comunicacional, a pesar de ser verdaderas joyas de la cultura cubana.