Obiní Batá, una sonrisa para el tambor

Irina Echarry

The Obini Bata group in concert.  Photo: trabajadores.cu
The Obini Bata group in concert. Photo: trabajadores.cu

HAVANA TIMES, 10 dic. – Obiní, en lengua yoruba, quiere decir mujer.  De un grupo de mujeres que rompen tabúes religiosos y culturales, trata el documental Una sonrisa para el tambor, del realizador cubano  Damián Francisco Pérez Téllez, que se exhibe en otra de las buenas muestras de esta 31 edición del Festival: Hecho en Cuba.

Obiní Batá es la única compañía folklórica, en la isla, integrada solo por mujeres.  Ellas lucen su talento cantando, bailando, recitando y… ¡horror!  Tocando tambores batá.

El director no quiso correr riesgos, se tomó el cuidado de explicar al público neófito -mediante entrevistas a varios estudiosos de la cultura afrocubana-  cuál es el dilema alrededor de los tambores batá.

Uno de los entrevistados, Alfredo O’Farrill, refiere que estos tambores fueron vistos por primera vez en un cabildo negro de la Habana Colonial.  Al inicio eran tambores comunes.  Luego, como consecuencia de la necesidad de comunicación entre los hombres y los orichas, decidieron fundamentarlos.

El “fundamento” no es más que una ceremonia en la que se le introduce al tambor un oricha llamado Añá, encargado de propiciar la comunicación con el mundo de los muertos.

Damian Fernandez
Damian Fernandez

Para el machismo y los tabúes religiosos, la mujer -a causa de su naturaleza poco confiable, quizá por su menstruación-  no puede tocar este tipo de tambor.

Pero no todos los tambores batá está fundamentados.  Da igual, cuando las personas se empeñan en prohibir, lo hacen a lo grande.

En una de esa ocasiones en que se celebraba el Día de los Padres, en los inicios de la década de los 90, Cármen Méndez y Armando Jaime (integrantes del Conjunto Folklórico Nacional), tienen una hermosa idea: que las mujeres canten, bailen y toquen para agasajar a los hombres.  Toquen los tambores.  Los tambores batá.

Desde entonces Eva Despaigne, fundadora y directora de Obiní Batá, quien ya llevaba 20 años en el Conjunto Folklórico Nacional, no ha querido separarse de los Batá.  Aunque separarse del Conjunto fuese una elección riesgosa, Eva quiso asumirla.

Bata drums.
Bata drums

Ella, y las otras 5 muchachas, imprimen al instrumento una sensualidad que no se la imprime el hombre.  Aseguran que Obiní no se hizo para competir con los hombres ni faltar el respeto a lo sagrado.  Aunque muchos le dieron la espalda, les auguraban un futuro efímero, las Obiní recuperan la importancia que ha tenido la mujer dentro de la cultura africana.

Si algún día tuviera que dejar de tocar mi tambor -confiesa una de sus integrantes- es mejor dejar de existir, porque para mí es lo máximo, es como tocas las estrellas.”

La directora, sin embargo, al final del documental fue menos poética, quizá más consecuente consigo misma, con todo lo que ha tenido que batallar para llevar adelante el proyecto y todos los obstáculos que tendrá que continuar venciendo para que su trabajo sea valorado, para que muchos religiosos (y oportunistas) dejen de mirarlas con menosprecio o como violadoras de reglas sagradas.

Eva -como primera mujer percusionista del Batá- lanza su grito sereno, divino y contundente: “con nosotras el Batá amanece, sonríe; y si alguien dijera que Obiní Batá tiene que dejar de existir, se arrepentiría.”

One thought on “Obiní Batá, una sonrisa para el tambor

  • En lo referente a los Ilú o Tambores Batá (que estén consagrados) no se puede ver como cosa de tabúes ni de machismo, sino en el espectro de las Reglas y Normas de una Religión, las cuales no pueden ser alteradas a conveniencia de simples mortales. Esas damas pueden tocar sus tambores, siempre y cuando no estén debidamente consagrados dentro de la liturgia yoruba. Ellas, prudentemente, se comportan como artistas, no como religiosas. Son dos campos o esferas distintas

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