Nuevos tiempos se avecinan para los grabadores cubanos

by Maya Quiroga

Octavio Irving en su taller.
Octavio Irving en su taller.

 

HAVANA TIMES — Octavio Irving Hernández Jiménez es un artista que goza de gran reconocimiento nacional e internacional. Se ha desempeñado como promotor cultural, docente y metodólogo de artes plásticas. Ha participado en más de 40 exposiciones colectivas y ha inaugurado ocho muestras personales.

Irving egresó de la Academia de Bellas Artes San Alejandro en el año 2000 y luego, del Instituto Superior de Arte en el 2006. Con el actual director del Taller Experimental de Gráfica de La Habana conversamos a propósito del presente y futuro de esa manifestación artística en la Isla.

HT: En el año 2007 obtuviste el Premio La Joven Estampa, que auspiciaba la Casa de las Américas desde 1987. Ese evento, dirigido a promover el quehacer de grabadores latinoamericanos y caribeños menores de 35 años, lamentablemente ya no existe. ¿Cuánto contribuyó ese premio a tu carrera profesional?

Octavio Irving: Fue muy importante, pues era uno de los certámenes que más reconocimientos les otorgaba a los artistas de la región del Caribe y América Latina. A partir de la exposición que realicé en 2009 en la Casa de las Américas, muchos especialistas e instituciones encargadas de promover las artes plásticas empezaron a tener en cuenta mi obra.

Por esa misma fecha, la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac) realizó un crecimiento excepcional a partir de una propuesta de que ingresara un miembro por cada sección como  reconocimiento al trabajo realizado. Por la sección de grabado entré yo. Dos años después comencé a presidir esa área en la UNEAC y luego planteé la necesidad de rescatar los espacios de concurso de grabado, porque la mayoría de los miembros de esa sección eran los artistas que hoy trabajan en el taller.

HT: Entonces decides retomar el Encuentro Nacional de Grabado

OI: La última edición se había celebrado en el 2007. Tres años después me propuse reelaborar todas las bases del Encuentro. Por supuesto, lo consulté con el Consejo Nacional de las Artes Plásticas (CNAP). El presidente, Rubén del Valle, estuvo de acuerdo conmigo y creyó oportuno y necesario que, al menos, un evento de concurso se mantuviera vivo. Por eso organizamos la VIII edición del Encuentro Nacional de Grabado en el año 2013.

HT: ¿Cómo llegas a la dirección del TEGH?  

OI: A la dirección del taller me fue empujando el haber formado parte de la comisión organizadora del Congreso de la Uneac, en cuyas reuniones previas se debatió, dentro de la sección de grabado, sobre el trabajo y la proyección futura del TEGH. Como resultado, me propusieron asumir la dirección del taller y hace dos años y medio que realizo esta labor.

HT: ¿Hay una continuidad entre lo que fue el taller en sus inicios y lo que es hoy?

OI: La realidad del TEGH hoy en día es bastante diferente, a tono con los nuevos tiempos. De hecho, nos encontramos en un debate constante con el CNAP sobre cuál va a ser el futuro del taller. El grabado siempre fue una práctica colectiva, aún lo sigue siendo, pero esa realidad ha ido cambiando.

Actualmente se ha consolidado mucho el trabajo independiente. Los artistas cuentan con sus propios espacios para la creación. Eso, unido a la escasez de recursos por parte del Ministerio de Cultura para poder solventar la creación gráfica en el TEGH, nos ha llevado a ese debate sobre si el taller seguirá siendo presupuestado.

Pienso que dejará de ser este espacio libre donde los artistas vienen a crear, sin tener un resultado previamente planificado, y que va a derivar hacia una práctica diferente, en la cual el taller legitimará o apoyará la creación a partir de proyectos muy específicos, interesantes o viables desde el punto de vista de los recursos.

Octavio Irving resaltando los detalles.
Octavio Irving resaltando los detalles.

HT: A pesar de todo lo anterior, ¿el taller continúa siendo un espacio para la creación joven?

OI: Hay muchas figuras jóvenes que se acercan al taller buscando legitimidad, visibilidad y respaldo para la producción de sus obras y la realización de sus proyectos. Ellos siempre se han interesado en este lugar, pero también las figuras ya establecidas dentro del gremio de grabadores —de 60 o 70 años— continúan mostrando interés en participar, no solo en el encuentro, sino en toda la programación mensual de exposiciones que hemos mantenido durante el año.

Paralelo a eso, cuando descubro un nuevo talento, trato de impulsarlo. Por ejemplo, conocí la obra de Marcel Molina Martínez en Cienfuegos, en un recorrido en el cual iba como metodólogo de Artes Plásticas. A partir de ahí comencé a interesarme por su trabajo. Felizmente obtuvo el Gran Premio en el anterior Encuentro Nacional de Grabado.

HT: ¿Tienes tiempo para tu obra personal en medio de tantas responsabilidades diarias?

OI: Nunca he abandonado mi obra como artista de la plástica. En la Duodécima Bienal de La Habana tuve una muestra personal dentro del proyecto Zona Franca, en la Fortaleza San Carlos de La Cabaña. De hecho, unas esculturas ambientales y utilitarias mías fueron seleccionadas para formar parte de un proyecto de intervención pública en los espacios físicos exteriores e interiores de una tienda de modas en Madrid.