Mi concierto de los Rolling Stones en La Habana

Fotorreportaje por Yolvik Chacón

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HAVANA TIMES — El mismo día que se hizo pública la noticia confirmando el concierto de los Rolling Stones en La Habana, decidí luchar un pasaje, fue algo casi increíble, dos días después ya tenía el boleto en mis manos.

En Venezuela desde hace unos años, es muy difícil conseguir pasaje para un destino como Cuba; podría costar hasta 1.000 usd. Yo tuve la suerte de poder conseguir mi pasaje a precio de dólar oficial (13.50 bolívares por 1 USD en aquel momento) sin intermediarios, por lo que fue algo casi increíble”.

Ya puesto a viajar, me preocupaba que mi visita coincidiera con la llegada de Obama, por suerte lo hice un día después.

Mi estancia transcurrió contando los días que faltaban para el concierto, llamé a mis amigos y amigas que viven en La Habana para concertar lugar y hora de encuentro ese día, por suerte algunos de ellos y ellas también querían ir.

rs17Salimos desde Alamar, las guaguas pasaban repletas, seguramente de personas que también irían; tuvimos que esperar por tres autobuses, hasta que al fin nos montamos, al pasar el túnel ya se sentía una energía muy agradable.

Cerca de la Plaza de la Revolución paramos a recoger a otro de mis amigos, desde su casa caminamos hasta la Terminal de ómnibus para comprar cervezas, una persona nos dijo que solo allí conseguiríamos, ya que estaba prohibido ingerir bebidas alcohólicas en el concierto, y ningún local del Estado las estaba vendiendo.  La temperatura rondaba los 38 o 40 grados centígrados,  y el sol quemaba, así que las cervezas vinieron de maravilla para  el recorrido hasta la Ciudad Deportiva.

Alrededor de las siete de la noche la buena energía y la euforia de la gente se sentía entre la multitud que llenaba el lugar, por suerte bastante amplio.

No era sencillo estar cerca de la tarima, pero lo intenté para lograr hacer alguna foto. Curiosamente, una mujer blanca con acento estadounidense me insultó en inglés y hasta ofreció patear mi trasero, si no me retiraba del lugar donde estaban ella y un grupo de extranjeros; me hice la que no entendía y hasta pudo parecerle que yo era sorda, porque no reaccioné de ninguna forma, no quería que nadie me echara a perder ese día especial.

Me enfoqué en recorrer el espacio y buscar “the back stage”, a ver si lograba ver a los músicos, no tenía invitación y mucho menos credencial; mientras hablaba con una mujer de seguridad se me ocurrió preguntarle si habría alguna posibilidad de pasar por un pasillo donde solo pasaba gente con invitación y le dije que venía de Venezuela.  Me comentó de muchos conocidos y familiares que estaban o habían estado en ese país de misión, al parecer le caí bien, me dijo que ella no tenía problema si me agachaba y pasaba por debajo de la cerca, pero que si alguien de seguridad me veía, ella no se metía en eso, y antes que terminara de hablar ya estaba del otro lado.

Ya del lado de los invitados, pregunté a unos muchachos cómo habían conseguido la invitación; me dijeron que se las entregaron en los centros de trabajo, y un extranjero me dijo que se la habían dado en el hotel Nacional.

Personalidades de la cultura cubana.
Personalidades de la cultura cubana.

Por esa zona me encontré con algunas personalidades cubanas, pero nada de los Rolling Stones. Aproximadamente a las 8:45 pm se encendieron las luces del escenario, y de lejos logré ver la entrada magistral de Mick Jagger y Keith Richards, seguidos de Ron Wood y Charlie Watts, también entraba el resto de los nuevos integrantes de la banda, mientras la multitud gritaba y aplaudía emocionada, fue una sensación increíble.

En pocos minutos escuché los primeros acordes de la guitarra de Keith Richards, y empezó el concierto con Jumping Jack Flash.

El sonido era envolvente y de mucha calidad, estas fueron algunas de las palabras de Mick Jagger en Español: “Sabemos que años atrás era muy difícil escuchar nuestra música en Cuba, pero aquí estamos tocando para ustedes. Definitivamente los tiempos están cambiando”.

Interpretaron mi canción favorita Gimme Shelter, junto a la talentosa cantante neoyorquina Sasha Allen, con una letra que habla de violencia, revueltas sociales y la guerra de Vietnam. Su coro es “It’s just a shot away” (“A solo un tiro de distancia”), jamás olvidaré la emoción que sentí en ese momento.

También cantaron otras de mis preferidas: Paint it Black, Brown Sugar, Honky Tonk Women, Miss You  y,por supuesto, un himno más que conocido en todo el mundo Sympathy for the Devil.

Cuando vea el documental recordaré que estuve allí, algo único e irrepetible.

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