Me sigue gustando Miguel Bosé

Por Alejandro Langape

Miguel Bose (der) en el concierto “Paz sin fronteras” en La Habana en el año 2009. Foto: lahabana.com

HAVANA TIMES – En el 2009 la iniciativa del cantante colombiano Juanes logró que la otrora Plaza Cívica José Martí, de La Habana, se viera colmada de cubanos que no asistían a un desfile o acto de masas, que no gritaban y/o portaban consignas a favor del proceso revolucionario, sino que simplemente querían escuchar a músicos de diversas tendencias, con maneras muy personales de decir.

Entre los invitados extranjeros que Juanes consiguió sumar a ese concierto Paz sin fronteras estaba Miguel Bosé, el hombre que en los ochenta había hecho suspirar a tantas chicas

imaginando un amante bandido, que recogió el sino trágico de Carmen en Sevilla, ese racial canto a la ciudad española que tiene un color especial.

Como todos los protagonistas del evento, Bosé entregó gratuitamente su arte al público cubano, como había hecho el 16 de marzo del 2008 en el Puente Internacional Simón Bolívar, en la frontera colombo-venezolana, y como ha hecho en otras ocasiones (hecho que no puede pasarse por alto en una época en que muchos artistas cubanos y extranjeros solo se mueven al son del que paga más).

Emocionado ante la enorme cantidad de espectadores que se congregaban en la plaza, Bosé dijo: Hoy estamos todos aquí cumpliendo un sueño de la concordia, de la unión y el diálogo. La Paz es lo más poderoso. No hay que decir mucho más, el hijo de torero y exmis fue portada en los medios cubanos que elogiarían su interpretación de El muro, junto al gnomo Carlos Varela

En 1996, el propio Bosé había subido a la tribuna política para dar su apoyo al PSOE de Felipe González, que ese año caería en las elecciones generales españolas ante el PP encabezado por José María Aznar. No me quiero ni puedo olvidar de estos trece años de gobierno socialista, había sido el mensaje de Bosé entonces y aquí también despertó simpatías.

¿Por qué recuerdo todo esto?, pues porque Miguel Bosé ha vuelto a cantar en la frontera colombo-venezolana, porque ha expresado allí opiniones “políticas”, y esta vez no han sentado nada bien en los predios oficiales de nuestro país y, como suele ser habitual, la respuesta en los medios ha sido desacreditar al intérprete, cuestionar el momento actual de su carrera (por suerte aún no les ha dado por hurgar en la vida personal del artista), lo cual no deja de resultar curioso en un país que últimamente ha recibido con alharaca mediática a cantantes y/o grupos musicales que fueron populares veinte años atrás.

O sea, el Bosé que critica al Gobierno de Nicolás Maduro ya no es el tipo de izquierdas simpático, el sensual español cuya ambivalencia sexual en el escenario recordara a aquel maravilloso demente Freddie Mercury.

Es que en Cuba las opiniones de los medios oficialistas sobre cualquier personalidad importante en cualquier manifestación artística (o simplemente notable) suelen ir del azafrán al lirio, o dicho más llanamente: cambiar de palo pa´ rumba.

Así, recuerdo la nota que en las páginas de Cubadebate reflejaba un concierto dado por Joaquín Sabina y Joan Manuel Serrat, en Israel. El titular decía algo así como que los dos populares intérpretes españoles cantaban allí mientras las bombas caían sobre la franja de Gaza.

No hay que ser muy sagaz para que se sospeche que el redactor de la nota relacionaba dos hechos que transcurrían absolutamente en paralelo, sin interconexión alguna y cualquier lector avispado podría preguntarse si los ciudadanos israelíes solo por vivir allí no tienen el derecho de disfrutar en vivo de esos y otros artistas, al margen de las políticas que lleve adelante su Gobierno y con las que esos mismos ciudadanos que corearon las canciones del catalán y el andaluz podrían no estar de acuerdo.

Bosé, como ya les contaba, fue uno de los artistas que casi once años después regresó a la frontera colombo-venezolana, el 22 de febrero de 2019, otra vez convocados a un concierto por la paz. Figuras como Alejandro Sanz o Juanes también repitieron presencia y se sumaron muchas de las voces más conocidas de la canción en Latinoamérica.

Miguel Bose en el concierto “Venezuela Live Aid” del 22 de febrero de 2019.  Foto: diariodelcauca.com.co

Él, como persona que no se esconde, según ya hemos visto, pidió (herejía suprema) que Nicolás Maduro abandonase el poder en pro de una solución pacífica a la crisis que vive Venezuela. Bastó para execrarlo, para que se cuestionara su talento y se mirara con lupa todo su quehacer.

Pero no fue el único sobre el que recayeron las sospechas de una carrera fraudulenta, de declives insalvables. José Luis Rodríguez, El Puma, Paulina Rubio, Alejandro Sánz, el propio Juanes, ahora parecen no ser tan buenos músicos como se suponía.

Es que cuando algún famoso dice lo que piensa, y esa línea de pensamiento responde a los intereses del Gobierno cubano, todo está bien, y hasta puede ser que se le invite a la Isla, pero, ay amigo, si las declaraciones ya no son tan convenientes… bueno, que le pregunten a Pedro Almodóvar, por ejemplo.

En los últimos días ha estado en Cuba la banda Blonde y pronto nos visitarán Andy y Lucas, un dúo español que entre sus temas de éxito incluyera alguno de una compositora cubana. No sé qué dirán ellos después de actuar en Cuba, pero algo es seguro, cualquier pronunciamiento un poco fuera de lo que las autoridades cubanas consideran políticamente correcto haría de esta visita un adiós y hasta siempre.

En tanto esperamos a ver qué ocurre (los cubanos somos émulos de Job en eso de la espera), regreso a mis auriculares, a escuchar Morena mía, porque, como creo firmemente en aquello de que para gustos hay colores y flores y, a despecho de los vaivenes de nuestras autoridades que a veces logran descolocarme, a mí me sigue gustando Miguel Bosé.

2 thoughts on “Me sigue gustando Miguel Bosé

  • El arte tiene eso..es libre pero siempre responde a la misma libertad de opinión de quien posee la musa inspiradora y Miguel Bosé, quien de paso digo me encanta siempre es así…de pensamiento libre…bien por su arte genial…

  • A los artistas no se les puede cuestionar tanto, trabajan y crean, a Bob Dylan solo le reclamaban canciones políticas, canciones protestas, y él dijo que no tenía ningún mensaje que decir cuando lo entrevistaban. Se puso en sus trece cuando lo quisieron encasillar en el folk, se abrió a sonidos nuevos como el rock y comenzó a usar sonidos modernos y a experimentar otros niveles con la música.

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