Maykel Sotomayor, un joven innovador de la plástica cubana contemporánea

Helson Hernández

HAVANA TIMES— Maykel Sotomayor es un joven creador de las artes visuales que hoy definen el camino de este quehacer en la isla, motivado por el llamado arte objetual y el paisaje, después de haber incursionado en el humor gráfico. Conversa sobre su obra e inquietudes con Havana Times.

HT: ¿De su acercamiento a las artes plásticas que podemos contar?

Maykel Sotomayor: Puedo decir que siempre me he propuesto el hecho de estar creando con sinceridad en lo que hago. Creo que la posibilidad de que la obra sea mostrada, es muy alentador para un artista. También el intercambio con los espectadores es muy útil, saber que piensan sirve en ocasiones para la conformación de otras piezas.

Tuve la suerte de poder publicar y formar parte de la ubre del humor, suplemento humorístico del periódico La calle del medio. Posteriormente recibí el premio a la categoría de humor general en el Tercer Salón Nacional de Humor Juvenil en San Antonio de los Baños, y actualmente soy miembro de la Asociación Hermanos Saiz. Si hay algo importante y con sentido de avance para un joven artista, es que su trabajo sea atendido y se le escuche.

HT: ¿Que aporto el estudio académico a la actual proyección artística de su obra?

MS: El graduarme de San Alejandro jugó un papel primordial en cuanto a la madurez artística que pude adquirir y orientación a las ideas que estaba manejando. Pero no fue hasta el tercer año de estudio en la academia que sentí esa vibración con la que uno se identifica profundamente, y que sabes, vas a llevar contigo por un buen tiempo o toda la vida. Fue en el año 2007 con el grupo las nuevas fieras, un taller de pintura dirigido por la profesora y artista de la plástica Roció García en que expuse en público sobre una pintura actualizada, enfocada fundamentalmente hacia el estudio de la pintura Fauve.

Estilo desarrollado a principio del siglo XX, donde se trabajaba con las áreas y la intensidad de los colores vivos entre otras cosas, eso fue una escuela para mí. Los profesores encargados venían bastante frescos del I.S.A y eran bastante generosos con sus conocimientos, lo cual nos forjaba a los estudiantes de conceptos bien contemporáneos, y nos mantenía con la chispa encendida y las ganas de producir un arte más allá de lo conformemente estético. Esto hasta me ha servido de base para la producción de mi obra actual.

HT: Respecto a su labor en la pintura percibimos ciertas características que marcan una diferencia.

MS: Creo hoy día es muy complicado el hecho de hacer una marcada diferencia desde la manera de pintar. Sí me parece que puede haber diferencia, y es en cuanto a lo que un artista puede decir de lo que hace.

Las herramientas de un pintor desde lo técnico vienen cargadas de muchos antecedentes. Esto es interesante y enriquecedor según como se vea. Pero también hay una rica tautología dentro de las ya conocidas formas de pintar. Si por algo me he esforzado ha sido por que la pintura me sirva de portavoz de lo que hay dentro de mí, y mis preocupaciones giran en torno a ello. No trato de buscar la impresión de lo novedoso en lo que hago. Si no la incitación hacia lo reflexivo. Creo que tal vez por este camino, pueda haber una diferencia.

HT: El paisaje ha constituido una identidad en su obra pictórica?

MS: Me mueven cuestiones existenciales del ser humano, tan vigentes hoy día en la sociedad contemporánea, como lo suelen ser la sospecha y la duda, cuales llevo a mi trabajo referidos precisamente desde el paisaje, y una pintura fundamentalmente gestual y expresionista. Del paisaje me interesa el momento o lugar que tenga algo vibrante para comentar. Cuando me fijo o pienso en él, lo hago de una manera bastante figurada sobre lo selectivo que suelo ser con sus elementos. Pinto solo lo indispensable para fomentar un discurso a través de él.

Siento un resonar en la naturaleza y un murmullo que me hace verla, como testigo de hechos y acontecimientos. Me seduce esa calma que se puede apreciar en el campo, y la manera en que esto se invierte cuando es manipulado. Puedo decir que me considero un intérprete de lo que a mi forma de ver sucede en el paisaje,  y todo lo que hago es compartirlo.

HT: ¿Se considera parte de los jóvenes que mueven sus ideas creativas en función de inquietudes relacionadas con su sociedad?               

MS: Para mí lo difícil es desligarse de esa sociedad. Te puedo decir que es mi musa. Como mismo lo sublime y lo bello te llevan a la realización de una obra, también lo hace las diferencias contradictorias entre hombres. Hasta este minuto la mayoría de mis piezas son movidas por ello.

HT: Sobre la influencia del humor grafico en su labor creativa.

MS: Una vez graduado de San Alejandro y salido del servicio militar, siento la necesidad de comunicación de una manera inmediata, es decir voy sintiendo un mayor compromiso con mis idea e inquietudes, que cada vez se hacían mayores y necesitaban de un medio bastante veloz. Este medio estaba dotado de estas cualidades.

Del humor gráfico puedo decir que dejé para mi trabajo actual, recursos que me resultan muy útiles a la hora de formular un discurso. Estoy hablando de la ironía, el doble sentido. Características estas que han sido bien tratadas, no solamente dentro del humor gráfico sino también en la plástica. Casi siempre visto a través de una crítica social. Para decir verdad, todavía me levanto con ganas de hacer un dibujito…

HT: ¿Casita con C de Coco?

MS: Este proyecto empezó como un ejercicio del antojo, tenía ganas de hacer un trabajo que hablase de mis inquietudes desde el paisaje, solo que en este caso fuese más práctico y espontaneo. Así empecé una serie donde el soporte era cartulina cromada recortada en pequeños formatos en aguadas con acrílico, eran dibujos, recuerdo que tenía días que producía más de diez, y no por tener esta facilidad pecaban de falta de forma y contenido, todo lo contrario.

Esta serie vino a ser la matriz de mis ideas. Fue con ella que me vi definido en procesos que antes me costaban un poco más de trabajo. Y luego de acumular unas cuantas decidí organizar una muestra personal. Una que hablase del poder del paisaje ligado a la fuerza que puede tener una idea a través de un dibujo ingenuo, casi como de un niño. Era el depositar un gran peso sobre algo muy liviano. Un contenido que observado desde un dibujo infantil, pudiera ser detonante.

Siempre me ha llamado la atención las cosas sorprendentes, esas que te dicen algo que no esperas…

HT: ¿Como vislumbra la continuidad de su futuro en las Artes Plásticas de la isla?

MS: Estoy culminando una muestra de pintura muy importante para mí, de la cual todavía no dispongo de un espacio, pero si quiero que esté a tono con el sacrificio depositado en ella. Ahora mismo tengo mucho deseo de organizar expos colectivas donde se pueda sentir el poder de una pintura joven, despojada de prejuicios y sustancial en discurso. Que más puedo decir, empiezo ahora, me queda mucho por recorrer y tengo muchas ganas de seguir creando.

HT: ¿Arte objetual en el trabajo de Maikel?

MS: Básicamente estas piezas existen desde el reciclaje de materiales de pintura, que van quedándose en desuso, dígase tubos de pintura, paleteas para mezclas… En la medida que pinto voy conservando todo esos objetos que contribuyen a la realización de un cuadro y que luego van desapareciendo.

Me interesa el aprovechamiento de materiales que han sido desechos en pintura, para construir escenas que traten de cobrar una apariencia humana, a partir de tubos de pinturas vacíos, y no tan vacíos, platos desechables.

Todo esto traducido desde el expresionismo objetual en función de proponer una visualidad que tiene como objetivo personificar lo que ha sido des-personificado. Este trabajo no es más que una extensión de los principios que he venido tocando en la pintura, más aún en mis primeros trabajos.