Mario Conde caminará por las calles de La Habana

Por Disamis Arcia Muñoz  (Progreso Semanal)

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HAVANA TIMES — Verlo cobrar vida entre los muros y plazas de esta Habana de inicios de siglo; detenerse unos minutos en la cadencia de su caminar o en el tono sarcástico y medio ronco de su voz afectada por el uso y abuso del alcohol y el tabaco; dejar de imaginar esta o alguna otra de las escenas descritas al final de cada novela para verlas concretarse en la pantalla.

Todo eso puede dejar de ser una mera ilusión para muchos de los cubanos que se han acercado en algún momento a las historias de Mario Conde, un detective cubano que nació, creció y sigue alimentando allá en Mantilla la imaginación y la persistencia del escritor Leonardo Padura.

Hasta su casa llegó Progreso Semanal para confirmar los rumores acerca del inicio de la filmación, aquí en la urbe habanera, este 18 de mayo, de cuatro películas inspiradas en Pasado Perfecto, Máscaras, Vientos de Cuaresma y Paisaje de Otoño, las novelas que introdujeron al policía devenido vendedor de libros usados en la literatura policial cubana.

Conversamos con Padura sobre la serie, los actores, quiénes la están filmando, hasta qué punto ha estado involucrado en el proyecto, y qué ha representado para él participar, una vez más, en todo el proceso de adaptación de sus novelas a la pantalla.

Bueno, -comenta Padura- ahora mismo estamos en una situación que yo llamaría “al borde de cumplir un sueño”. Hace 15 años vino aquí a mi casa un director de cine español con el proyecto de hacer una película sobre una de las novelas de mi personaje de Mario Conde, y comenzamos a trabajarlo. Hubo incluso unos productores que estaban interesados, pero en un momento determinado se frustró. Productores y directores españoles, franceses, italianos, hasta daneses, alemanes… han estado interesados. No lo habíamos logrado hasta ahora que estamos, como te digo, a punto de cumplir un sueño: dentro de unos días comienza el rodaje aquí en La Habana de esta serie de cuatro películas para televisión, de 90 minutos cada una. Una de esas películas va a ser también para el cine: la que está inspirada en la novela Vientos de cuaresma, será la primera de esta serie.

El productor que desencadenó el proceso, quien tuvo la idea, es un alemán que se llama Peter Naderman, con una productora que se llama NatCom, y que tiene mucha experiencia en el trabajo de series de televisión, especialmente de series policiacas, del tipo de las que se están haciendo sobre todo en los países nórdicos (en Suecia, Dinamarca), que hay series de todo tipo, pero hay series de una gran calidad cinematográfica.

El director será un joven realizador español, se llama Félix Vizcarret. Él tiene un largo de ficción que está inspirado en una novela del escritor español Fernando Aranburu, es decir que ya en su trabajo tiene relación con la literatura. Tenemos además, por fortuna, un equipo de actores cubanos de primera calidad, están ahí desde Jorge Perugorría, que va a hacer el personaje de Mario Conde.

Van a estar grandes figuras del cine, la televisión y el teatro cubano como Aramís Delgado o como Enrique Molina, jóvenes como Carlos Enrique Almirante que recientemente en la película Fátima tuvo una actuación memorable, Vladimir Cruz, Mario Guerra, Alina Rodríguez, es decir, actores de primer nivel. Tenemos un casting espectacular.

El personaje de Tamara lo va a encarnar una actriz cubana que está radicada en Colombia en estos momentos. Se llama Laura Ramos. Una mujer bellísima –Tamara tiene que ser una mujer bella- ya en los 40 años, porque hemos movido la historia a un momento indeterminado de finales del siglo XX principios del siglo XXI, porque las novelas transcurren en el año 89, pero por problemas de producción nos hacía falta que avanzara un poquito en el tiempo.

¿Y no se corre el riesgo de perder el contexto?

El contexto cubano ha cambiado, por supuesto. Del año 89 hacia acá ha cambiado mucho; pero había un problema que yo tuve en las novelas. Cuando yo escribí la primera de las novelas, Pasado Perfecto, la ubiqué en el año 89 porque la empecé a escribir en el año 90, y después cuando fui a escribir la segunda, ya estábamos en pleno Período Especial, y me di cuenta de que si yo hacía avanzar en el tiempo estas historias iba a caer en un punto en el que las investigaciones de Mario Conde prácticamente iba a ser imposible realizarlas. Por esto es lógico hacer este salto, por encima de los años más difíciles del Período Especial para lograr un ambiente de una cierta normalidad.

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El hecho de escribir un guion a partir de un libro, de una obra propia, es un proceso muy complicado porque incluso se convierte por momentos en algo doloroso. Entonces, la estrategia que hemos seguido es que Lucía ha sido quien ha ido al frente con el machete desbrozando el camino y yo voy detrás de ella retocando el trabajo. En la estructura y en la adaptación de las novelas ha sido muy importante, fundamental, el trabajo de Lucía –Lucía López Coll, mi esposa y coguionista de los proyectos audiovisuales anteriores- y también el de Félix Vizcarret porque, al sumarse el director, ya empieza a haber una mirada fílmica del texto literario, que es el guion.

Hay un problema muy complicado en este tipo de productos y es que tiene que competir en un mercado donde hay en estos momentos una oferta ilimitada. Se están haciendo series de carácter policiaco prácticamente en todo el mundo y es un mercado muy difícil. Creo que la calidad del trabajo de guion, de dirección, de actuación es lo que va a caracterizar esta serie. Van a ser unos policiacos como nunca se han hecho en Cuba. Esto es algo completamente diferente, porque hemos tratado de que la vida cubana respire en esta serie, en las historias, en los personajes, en la forma de hablar, en la forma de moverse, de mirar, de comportarse, de sufrir, de sentir, de tener expectativas, de tener nostalgia, de tener frustraciones… hemos tratado de que todo eso se conserve.

Una de las razones por las que Mario Conde –o la tetralogía- rompe tantos esquemas en la literatura cubana es precisamente por la autenticidad del personaje, la autenticidad de las historias. A la hora de hacer el guion, a la hora de estar involucrado en un proceso de filmación que también depende del financiamiento, del mercado al que va dirigido, ¿cómo ha lidiado con estos elementos?

Yo creo que la autenticidad y la cubanidad de estas películas están garantizadas, primero, por su origen literario. Las novelas pueden garantizar que la mirada sobre la realidad cubana y sobre la forma en que se presentan estas historias tengan una perspectiva muy interior, desde la propia realidad. Una de las razones por las que yo me involucré en los guiones –a mí no me gusta escribir guiones, no me gusta escribir para cine, yo prefiero escribir novelas-, fue precisamente para tratar en todo lo posible de conservar esa perspectiva auténtica en estas películas. Con mucha frecuencia se han hecho películas en Cuba por productores y directores extranjeros que dan una visión un poco folclórica, exótica, populista o a veces políticamente intencionada, en un sentido o en otro de la realidad cubana. Aquí queremos que esté la visión más auténtica y verosímil posible y hemos trabajado mucho en eso, y los productores y el director lo han respetado.

Hablando del personaje Mario Conde, en cierta forma, después de la tetralogía, con Adiós Hemingway, o La cola de la serpiente, por ejemplo, al final de cada una de ellas da la impresión de que usted un poco se despide de Mario Conde; pero siempre regresa en una nueva historia ¿le está pasando algo similar a lo que le sucedía a Arthur Conan Doyle con su personaje de Sherlock Holmes?

Los personajes que se repiten en varias novelas son muy complicados porque en un punto determinado empiezan a tener una vida independiente. Como un personaje construido para una novela que después se convirtió en el personaje de una serie que ya va por ocho –con Herejes ha aparecido en ocho novelas-, Mario Conde se ha movido en el tiempo. Su vida ha cambiado, ya no es policía, ahora se dedica a comprar y vender libros viejos, el contexto es distinto, el año 89 primero, después el momento de salida del Período Especial pero todavía con esos ramalazos muy fuertes en La Neblina del ayer; ahora en Herejes, una historia que ocurre en los años finales de la primera década del siglo… todo esto hace que Conde haya tenido una evolución, se haya ido moviendo, y en ese movimiento ha ido creciendo como personaje e independizándose de mí.

Yo pensé, cuando terminé Herejes, estar un tiempo sin escribir novelas de Mario Conde pero la realidad cubana a veces le entra a uno de una forma que lo remueve y empecé a escribir ahora otra novela con Mario Conde. Voy a tratar de que siga siendo un poco un cronista de la vida cubana, desde su perspectiva, desde su experiencia, desde su visión generacional, y que vaya contando cómo evoluciona la vida cubana. Llegará un momento en que tendré que despedirme, o él se despedirá de mí, no lo sé, eso puede pasar también.

Pero lo que sí te puedo garantizar es que yo le estoy muy agradecido, por lo que me ha dado, por lo que me ha permitido. A través de él yo he logrado conectarme y reflejar una realidad cubana que no es la única visión de la realidad que existe, por supuesto. Y además, me ha permitido crecer como escritor. Si yo no hubiera escrito las novelas de Mario Conde no hubiera podido escribir después novelas como La novela de mi vida, o El hombre que amaba los perros porque Mario Conde me permitió un desarrollo de mis posibilidades, de mis capacidades como escritor muy importante.

En esa visión personalísima que hace Mario Conde de la realidad cubana, y que en su evolución puede percibirse cómo va aumentando la angustia y la decepción, ¿cuánto hay de Leonardo Padura, la persona, en Mario Conde?

Mario Conde ha ido, como ya te dije antes, evolucionando a lo largo de estos años, desde que lo creé en el año 1990-1991, y yo también he evolucionado; pero la realidad cubana también ha evolucionado y creo que en toda esa evolución se producen mutaciones en la realidad, en la sociedad, en el pensamiento de las personas.

En el caso de Mario Conde y en el caso mío se produce otra mutación que es muy importante: cuando yo empecé a escribir estas novelas yo tenía 35 años, y este año voy a cumplir 60 y los años no pasan por gusto. Los años te van dando una perspectiva de la vida que inevitablemente está cargada de la experiencia que has vivido. Eso es inevitable y puede tener muchas manifestaciones, entre ellas, tu nostalgia por el pasado crece, es inevitable.

Ya no eres la misma persona que fuiste y te gustaría serlo. Tienes esa nostalgia. Te vuelves un poco pesimista. Yo creo que eso hace que uno sienta ese cierto desencanto que puede expresar el personaje de Mario Conde. Porque también la realidad cubana es una realidad muy contradictoria, en la que un día te ríes y te alegras, y al otro día te enfureces y tienes que llorar porque muchas veces no sabemos exactamente en qué país estamos viviendo, en qué situación estamos viviendo, hacia dónde vamos, y eso crea una cierta incertidumbre.

No es lo que le ocurre precisamente a Mario Conde, es más bien lo que me ocurre a mí con algunas cosas que veo. Aunque eso sucede en todas partes y con todas las personas. Lo que yo trato con el personaje de Mario Conde es un poco reflejar en una historia ya cerrada cómo se manifiestan estas actitudes, y por ejemplo, en la nueva novela que estoy escribiendo ahora, decidí que ocurriera algo históricamente muy importante: la novela va a terminar el 17 de diciembre a las 10 de la mañana, porque yo creo que el 17 de diciembre de 2014 a las doce del día comenzó otra historia y es una historia que está en proceso…

10 thoughts on “Mario Conde caminará por las calles de La Habana

  • Particularmente a mi me gusta como escribe padura ,pero poner a perugorria en el personaje de mario conde,ahi en mi opinion la cagan,perugorria seguira viviendo de lo que le dio el personaje de fresa y chocolate,pero actor,lo que se dice actor,es malisimo.

  • Estoy contentísimo junto a millones, con la nueva etapa de Padura, perdón, Mario Conde.

  • No me gusta nada Perugorría en ese personaje. Enrique Molina,si fuera mas joven, lo haría perfecto. No me digustaría Alberto Pujols.

    Perugorría no tiene la capacidad de desdoblamiento necesaria para encarar un personaje de tantos matices como Mario Conde.

  • Coño, en Cuba no tenemos otro actor para ese personaje?, Perugorría ya sale hasta en la sopa; yo creo que si Elpidio Valdés se enferma al otro día Perugorría sale actuando en su lugar

  • He leído varios de los libros de Padura y me gusta. Ojala que salga bien este projecto.

  • Digo lo mismo. ¿es que en Cuba el único actor que hay es Perugorria?. O es que tiene de por vida el privilegio de ser el prota en todo lo que se haga en Cuba?

  • No quiero ser un aguafiestas, pero me huele, desde ya, bastante fétido la realización de esas películitas para la televisión cubana -la más ñoña, arcaica y chea del mundo-; dirigidas por un españolito que no lo conocen ni en la esquina de sus casa-, producida por un alemán (quienes en materia televisiva no se ganan ni un roscón de reyes-); y vuelve la noria a dar la vuelta: (sobre)actuada con “grandes figuras del cine, la televisión y el teatro cubano” -veáse los mismitas caras deterioradas y añejas de siempre-; traer a una actriz cubana residente en Colombia (ya que; al parecer, en la isla sólo quedan “cascos”) porque “Tamara tiene que ser una mujer bella”. !Ah! -y para más inri- ?el “prota”? -déjame pensar….- !!!!Perrugorría!!!!! (!Vaya sorpresa y novedad!) La verdad es que no me lo podía imaginar. !Ay! !mi Cuba! ? A dónde fue a para tu originalidad?

  • Las carencias histriónicas del Pichi tienen mucho que ver con quién lo dirija y el contenido del guión. El cine vinculado a los grandes circuitos de exhibición, dentro y fuera de Cuba, lo ha explotado hasta la saciedad, encasillándolo de paso en el papel del eterno galán, que más de una vez le ha quedado grande, ya sea por el poco vuelo de la historia, o por deficiencias del director o el propio actor. Sin embargo, ha demostrado carisma en cortos como Frutas en el café, o Brainstorm, que coincidentemente son cortos de bajo presupuesto.

  • Adoro lo que escribe Padura, y vamos a ser optimistas con la puesta enpantalla.

  • Coincido con la inconformidad de que sea Perugorría quien haga el personaje de Mario Conde. Se lo comenté en vivo al propio Padura en su momento. Un lamentablemente desatino de casting. Al parecer primó más la amistad entre Padura y Perogorría y la “aureola cosmopolita” de este último para promocionar el mismo fuera de Cuba.
    Desafortunado casting tener que ir a buscar a una actriz radicada en Colombia por su belleza, decir eso es cuando menos una indelicadeza para con las actrices que radican en el patio
    Coincido con la opinión de que el único papel bueno de Perugorría fue el de Fresa y Cholate pero no me atrevo a volverla a ver para no concluir que no haya sido la propia fuerza del personaje, la calidad del film y el momento histórico en que se produjo, lo relevante más que la actuación en sí.

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