Maraca y los Monterey Latin Jazz All Stars en Cuba
Por Irina Echarry, Photos: Caridad
HAVANA TIMES, 17 de enero — Desde muchos días antes las pocas entradas disponibles al público se agotaron. La gente sabía que habría un espectáculo de lujo en la sala García Lorca del Gran Teatro de la Habana, pero no había tanta preocupación, el mismo Maracas anunció que habría una pantalla en el Parque Central para que todo el que quisiera pudiera escuchar el jazz que nos regalaría, en la noche del 12 de enero, el proyecto Maraca and The Monterey Latin Jazz All Stars.
Pero a último momento a alguien se le ocurrió que el frío y el jazz no son compatibles y eliminaron la pantalla, dejando en ascuas a buena parte de la población habanera.
La gente que cada día transita por ese parque emblemático de la ciudad se quedó con deseos de escuchar en vivo al duo de Horacio “el negro” Hernández, el baterista cubano que desde hace años vive en EEUU y Giovanni Hidalgo, puertorriqueño radicado también en EEUU, a quien se le puede confundir con una máquina de sonido, sus manos se mueven con una rapidez impresionante sobre las tumbadoras. Ambos se lucieron en la interpretación de Manteca, de Chano Pozo.
También hubiesen podido disfrutar de Julio Padrón en la trompeta, el joven Harold López-Nussa al piano, el tecladista Yusef Díaz y el bajista Feliciano Arango, todos cubanos y de gran talento. Así como la orquesta de Cámara de la Habana, dirigida por el maestro Iván del Prado que con sus cuerdas impregnó de lirismo desde la Camerata Guanguancó, de Guido López- Gavilán hasta temas de puro latin jazz.
Pero lo que más lamenta el público que no pudo ver el concierto en vivo es la actuación de otros artistas foráneos como David Sánchez, de Puerto Rico; Hugh Fraser, trombonista canadiense que ha visitado la isla en varias ocasiones; o Sayaka Katsuki de Japón, la única mujer invitada, que hizo vibrar a todos junto a las cuerdas de su violín.
Nuestro pueblo de la capital debe estar incómodo porque alguien decidió no instalar la pantalla en el Parque Central, e impidió que se escuchara el tema que lleva el mismo nombre del parque y en el que intervinieron todos los músicos invitados al maravilloso concierto.
Solo los que entramos al teatro pudimos ser cómplices de una noche realmente iluminada, donde cada una de las estrellas que subió al escenario brindó su música y su luz.
Maraca nos dejó con ganas de volver a escuchar la fusión de la música clásica cubana del siglo XIX con el jazz. Fue un espectáculo impresionante donde hasta la escenografía (que simulaba edificaciones del barrio de Centro Habana) era impecable.
Lástima que no hayan puesto la pantalla para que todos los cubanos que quisieran desafiaran el frío y escucharan las magníficas interpretaciones de Los tres golpes, de Cervantes; o Presentación, Nueva Era y Afro, de Orlando Valle, Maraca.
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