Los tatuajes en Cuba, una moda que no pasa de moda

Por Ivett de las Mercedes

Tatuajes en Cuba

HAVANA TIMES – En Cuba, como en otros países, el tatuaje goza de gran aceptación entre los jóvenes, aunque todavía algunos se sienten alarmados por esta tendencia.

Lo cierto es que ya sea por estar a la moda, por rebeldía, por pertenecer a un grupo social determinado o por simple amor al arte, el tatuaje sigue dando de qué hablar, aunque a la mayoría parece importarle más lo estético que el riesgo que acarrea para la salud. 

Ana María Herrera es víctima de una enfermedad incurable producto de la incorrecta esterilización de las agujas.

HT: ¿Qué te motivó a tatuarte?

Ana María: En esa época pasaba por un angustioso proceso de identidad. Crecer como una niña bonita fue una maldición. La gente siempre esperaba algo en cuanto a mi comportamiento. Debía ser dulce y amable, principalmente con los varones. Hablar bajito, sentarme correctamente, cuidar del uniforme, estar siempre peinada.

Eso fue acrecentándose; cuando llegué a la adolescencia ya no era yo. A veces tenía deseos de saltar, de decir groserías.  A nadie parecía importarle que fuera inteligente, que me interesara por algo más que lucir bien.

Cuando entré en la adolescencia me volví incontrolable, comencé a ser lo contrario de lo que la gente esperaba de mí, incluso entré a una pequeña pandilla del barrio. Mi madre terminó llevándome al sicólogo, recuerdo que la doctora estuvo varios minutos contemplándome en silencio, hasta que me dijo: Es fácil ser una rebelde, lo difícil es ser uno mismo.

Aquellas palabras me estuvieron rondando durante varios días, fue entonces que reconocí mi cuerpo por primera vez y decidí hacer de él mi bandera. La idea de tatuar mi cuerpo llegó sola, quería que tuviera una belleza decidida por mí y comencé a buscar un tatuador que se dedicara al arte.

Lo que es bello para unos no tiene que serlo para otros. Lo primero que tiene que tener en mente el que va a hacerse un tatuaje es la propia complacencia, sentirse bien con uno mismo, porque si no es así después viene el deseo de prescindir de él, y eso, al igual que hacerse el tatuaje, es un riesgo para la salud.

Tatuajes en Cuba

HT: Ya estabas segura de que querías un tatuaje, ¿qué vino después?

AM: Siempre me gustó la pintura, tenía en mente un collage de mis obras favoritas, pero me llevó tiempo encontrar el sitio ideal. Para cuando lo encontré ya tenía 18 años. El sitio era un lugar de ensueños, todo cubierto con obras de arte, los tatuadores eran dos jóvenes, que parecían saber muy bien lo que hacían, a decir verdad, estaba tan deslumbrada que no le presté atención a las agujas, daba por hecho que eran profesionales. Cuando salí de allí me sentí por primera vez totalmente feliz.  

HT: ¿Cómo fue tu recuperación?

AM: Para mí no fue dolorosa, en aquel tiempo no tenía relaciones sexuales y extremé las medidas de higiene en esa zona, la cual mantuve siempre seca, tampoco me expuse al sol, además mi tatuaje está en una zona que no es dolorosa, como es la de la piel entre los muslos y la barriga.

HT: ¿En estos veinte años te has arrepentido en algún momento de haber tatuado tu cuerpo?

AM: Nunca, ni cuando supe que estaba enferma. He tenido la fortuna de que mi tatuaje sigue tan hermoso como el primer día, no puedo asegurar si fueron las tintas o si fue mi piel o si es que me protejo del sol. Aunque mi novio no tuvo la misma suerte, el tatuaje de su juventud dejó de tener sentido para él, después se deformó. Estuvo mucho tiempo indeciso en cuál sería el mejor método para eliminarlo, hasta que se decidió por el Leizer, que lo eliminó, pero le dejó marcas.

HT: ¿Sufriste alguna discriminación a causa de tus tatuajes?

AM: Por supuesto. En Cuba los estereotipos están a la orden del día. En muchos lugares tengo que llevar los tatuajes cubiertos o no me permiten entrar, sobre todo, porque soy mujer, aún persiste la creencia de que los tatuajes solo son usados por hombres, marginales, nunca se les ocurre pensar que un cuerpo tatuado es una obra de arte.

En este país se admira poco y se critica mucho. Seguimos en la edad de las cavernas. Por mi trabajo algunas veces he tenido que viajar a otras provincias y aun cuando hay un calor abrazador, no puedo prescindir del bléiser mientras cumplo las tareas de trabajo.

HT: Es poco frecuente toparse con alguien que no se arrepienta de sus errores de juventud, incluso cuando estos lo llevan a sufrir una enfermedad crónica

AM: Mi tatuaje no fue un error de juventud, fue el primer paso para mi liberación, el que haya contraído una enfermedad fue producto de mi inexperiencia. En la actualidad sé que los jóvenes tienen muy en cuenta que las agujas sean nuevas o que estén esterilizadas por un equipo en buenas condiciones. Mi padecimiento no me impide enfrentar con optimismo la vida, es tal vez por eso que mi calidad de vida no se ha visto afectada.

Tatuajes en Cuba son cada vez mas popular.

HT: Háblame del proceso de descubrimiento de tu enfermedad

AM:  Unos meses después del tatuaje comencé a sentir dolor en las articulaciones, a veces tenía diarreas y náuseas, estaba todo el tiempo cansada. Cuando finalmente fui al médico, después de los análisis de rutina, me mandaron a hacer un TGP, la transaminasa me dio alterada. Soportar a mi madre fue peor que aceptar la enfermedad: Hepatitis C. 

HT: ¿Cómo saliste adelante?

AM: Durante un tiempo me estuvieron tratando con Interferón, después fue definitivo el diagnóstico de Cirrosis Hepática. Otra en mi lugar se hubiera dejado vencer, pero recuerda que fui una niña bonita, y que mis pasos por la vida siempre fueron diferentes a otros. Lo primero que hice fue prohibirle a todo el mundo hablar del padecimiento. Seguí trabajando como si nada, eso sí, mejoré mi dieta, investigué y me hice cargo. Me imponía retos nuevos cada día, creo que todo eso me llevó a ser escogida por el grupo de trasplante.

H: ¿Qué puedes decirle a los jóvenes de hoy?

AM: Creo que lo más importante es ser uno mismo, pero eso, como bien sabemos, no es nada fácil, a veces nos toma años reconocernos, ser auténticos, no dejarnos llevar por lo que piensen los otros. Es bueno ser aceptados por los demás, pero esa aceptación no debe ser lo definitivo de nuestras vidas.

Los jóvenes de hoy deben mirar más dentro que afuera, las modas siempre han existido, al igual que han existido los rebeldes sin causas o con causas, los medios de difusión siempre hacen lo suyo, sutilmente nos dictan preferencias, modos de vida y de conductas, incluso ideologías, pero debemos ser capaces de mirar sobre toda esa información y escoger lo mejor para nosotros.

Hacerse un tatuaje es un acto de responsabilidad, porque permanecerá en nuestra piel para siempre, y nunca serán poca las medidas de seguridad; requiere sensatez y reflexión, algo que muchos creen que no existe en la juventud, pero me niego a creer que en la actualidad no existan jóvenes como los de mi generación. Si yo pude encontrarme a mí misma y darle valor a mi cuerpo ¿por qué ellos no?

3 thoughts on “Los tatuajes en Cuba, una moda que no pasa de moda

  • DESDE QUE TENGO USO DE RAZÓN , SIEMPRE ESCUCH É QUE LOS TATUAJES ERAN SIMBOLO DE PERSONAS QUE ESTUVIERON PRESAS O DE MARINEROS, LUEGO COMPRENDÍ QUE SÍ, ES POSIBLE QUE EN UN MOMENTO DETERMINADO ERAN ESO, PERO EN LA ACTUALIDAD ES UN ARTE, ARTE CORPORAL CON UNA HISTORIA Y ORÍGENES BIEN DEFINIDOS…LOS CONSIDERO HERMOSOS, VERDADERAS OBRAS DE ARTE EN ALGUNOS CASOS, CLARO SIEMPRE HAY QUE DECIDIRSE POR EL TATUADOR CORRECTO PARA QUE NO SUCEDADN HISTORIAS COMO ESTA…

  • Triste historia, pero por suerte asume su enfermedad con seriedad. Todo tiene sus riesgos, no solo en los tatuajes, tambien en el injerto de silicona, en las cirujias estéticas, hasta inclusive en una operación de cualquier indole, producto de los pocos recursos que existen en el país, hasta en la contaminación en los salones de operaciones.

  • Nunca me voy a tatuar porque me gusta la piel limpia, pero admiro a los tatuajes artísticos, como pequeñas obras de arte, lo que sucede es que el que escoje un tatuaje debe hacerlo con convicción, como un símbolo que llevarás en tu piel hasta que mueras, esto debe ser impotante y sin arrenpentimientos luego. He visto algunos tatuajes que me han gustado por su simbología y misterio, aunque hay otros burdos y malhechos. El tatuador debe garantizarle al cliente su trabajo, no solo por su salud, sino por su calidad, las tintas y dibujos deben ser duraderos.

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