La muerte de Ray Bradbury

Dmitri Prieto

HAVANA TIMES — Hoy me enteré de la muerte de Bradbury. El escritor tenía 91 años. Era uno de los creadores de ciencia-ficción más preferidos por mi madre.

Parte de esa representación de la literatura contemporánea norteamericana que se filtraba a la URSS por encima de la férrea cortina de las censuras.

A mí me iluminó momentos clave de mi vida, en la niñez, la adolescencia y la juventud.

Con una luz fuerte, densa y perdurable: el autor de Fahrenheit y Crónicas marcianas tenía la rara habilidad de convertir el terror en luz.

Porque sus obras más importantes tienen la incuestionable marca del terror de mediados del siglo XX.

¿Qué se ha hecho de ese terror, hoy? ¿Seguimos viviéndolo en algún modo? ¿Llegaremos a vivir sin él?

No lo sé.

Pero Bradbury sigue con nosotros. Volveremos a leerlo, más temprano que tarde. Casi necesariamente.