La bailarina cubana Patricia Hernández

Primera bailarina del Ballet Laura Alonso

Por Helson Hernandez

Patricia Hernández en Quixote.

HAVANA TIMES — “La realidad de un bailarín es tan compleja como la de cualquier otra persona. Sé que la gente imagina a las bailarinas, como esas muñequitas de porcelana que se rompen si las aprietas un poquito, o quizás como mujeres un tanto estiradas”, dijo Patricia Hernández en su entrevista con HT.

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HT: Otros artistas en su familia?

Patricia Hernández: Artistas en mi familia solamente dos, mi tía Rebeca Chávez, actualmente directora de cine, y mi tío Senel Paz, guionista, periodista y escritor. Fuera de ellos todos los demás se dedican a diferentes profesiones que no mantienen relación con el arte.

HT: El vinculo de Patricia con el mundo del ballet.

PH: Comencé en el mundo del ballet muy pequeñita, pues mis padres se dieron cuenta que la única forma para que me quedara tranquila, era llevándome a las actividades de educación musical, danzaria y entonces las educadoras me llevaban de un salón a otro para que yo cantara o bailara.

Había algo extraño en la música que me obligaba a moverme con ella, era inevitable, parecía como hipnotizada. Decidieron probarme en el ballet y comencé a recibir clases con apenas 3 añitos. Años más tarde me di cuenta, que era esto lo que quería hacer por el resto de mi vida.

HT: Si regresamos al proceso de formación, qué pensamientos caracterizarían su experiencia personal durante esta etapa?

PH: Creo que lo primero que pasa por mi cabeza es el sacrificio, trabajo y restricciones que uno tiene durante esta etapa de la niñez y la adolescencia. Es un periodo de 8 años para formarte completamente, pero en este tiempo no solo hay satisfacciones, yo diría más bien que es un camino lleno de obstáculos, que te pone a prueba por cada tramo que avanzas, y que muchas veces trae consigo sufrimientos, limitaciones e insatisfacciones. Es un trayecto muy difícil, donde lo que más cuenta para llegar a la meta, es no darte por vencido nunca, aunque a veces ocurran cosas que te hagan pensar que la tierra se desmorona bajo tus pies.

Patricia Hernández en Giselle.

Para las mujeres me atrevo a decir que la exigencia es un poco mayor, pues además de todo deben preocuparse por su figura y no descuidarla jamás, algo que para una niña o jovencita es bien complejo, pues tiene que olvidarse, por lo menos durante esta etapa de desarrollo, de esos alimentos que a todos nos gustan, pero que hacen un terrible mal para la estética de la bailarina.

Además en este arte las mujeres son las que más abundan por tanto la competencia es mayor, así que deben esforzarse el doble para lograr estar entre las primeras y no quedar fuera una vez terminada la escuela. En fin, son tantas cosas las que se necesitan para lograr mantenerse en esta consagrada carrera, que lo que verdaderamente resulta imprescindible es amarla.

HT: Una vez graduada de la Escuela Cubana de Ballet?

PH: Cuando tienes tu diploma en la mano, o mejor aún, cuando logras graduarte con honores de la Escuela Nacional de Ballet, sientes una alegría tan inmensa que es difícil describirla, te sientes recompensada por tanto esfuerzo, feliz por estar más cerca de tu meta, pero a la vez con una gran nostalgia porque dejas atrás maestros y amigos que lucharon a tu lado todo el tiempo.

Creo que poder pasar por esta institución es un privilegio enorme para todo bailarín, pues es una de las escuelas con mayor prestigio y reconocimiento a nivel mundial, es el lugar donde aumentan tus conocimientos, fortalecen tu base y te preparan para la vida profesional que comienza.

HT: Qué ha aportado el Centro Pro-danza de Cuba a la trayectoria de Patricia Hernández?

PH: El Centro Pro-Danza, y específicamente el Ballet Laura Alonso, han hecho de mi lo que soy hoy. Uno sale de la escuela con un gran nivel artístico-técnico, pero lo que hace verdaderamente al bailarín es el escenario y esa  oportunidad me la ha brindado Pro-danza, me refiero a la maestra Laura Alonso y a los maîtres de la compañía que me han dado el privilegio de poder interpretar los roles protagónicos de grandes clásicos como:  “Paquita”, “Cascanueces”, “La Bayadera”, “El Lago de los Cisnes”, “Don Quijote”, “La Sílfide y el Escocés”, “La Fille Mal Gardée” , “Romeo y Julieta”, desde que comencé con tan solo 19 años.

Hoy tengo 23 años y me siento privilegiada, al poder contar con todas estas obras dentro de mi repertorio, aún siendo tan joven. Entonces ese es el mayor aporte de Pro-Danza en mi carrera, mi desarrollo como artista, la experiencia alcanzada y el convertirme en Primera Bailarina.

Patricia Hernández en Bayadera.

HT: Cómo pudiera resumir la realidad que enfrenta una exponente del Ballet Clásico, en la cotidianidad cubana?

PH: La realidad de un bailarín es tan compleja como la de cualquier otra persona. Sé que la gente imagina a las bailarinas, como esas muñequitas de porcelana que se rompen si las aprietas un poquito, o quizás como mujeres un tanto estiradas. Todo esto es comprensible pues debido a nuestra carrera tenemos una forma típica de caminar y ciertas características que nos distinguen de los demás.

Pero eso es solo apariencia, somos personas comunes y corrientes, con las mismas necesidades y problemáticas de cualquier cubano. Tenemos que correr tras las guaguas para llegar temprano a los ensayos. Hacemos colas igual que todos. Nos gusta divertirnos como cualquier otro joven y en nuestro tiempo libre vamos a fiestas, escuchamos música, leemos, en fin somos un cubano más, dentro de esta sociedad.

HT: Sobre la experiencia de bailar en Francia.

PH: Esa fue una de las experiencias más gratificantes que he tenido en la vida. En primer lugar, porque justamente fue allí donde el ballet alcanzó su máximo auge y desarrollo, poseen una de las compañías más prestigiosas y reconocidas a nivel mundial, “La Opera de París”, y las personas tienen un nivel cultural danzario bien elevado, entonces como diríamos en buen cubano, “fuimos a bailar a casa del trompo”.

En segundo lugar pudimos conocer varias de las ciudades de este hermoso país, sus lugares más relevantes, las costumbres de su población y en general su sorprendente historia. Fue un viaje donde trabajamos muchísimo, lo curioso es que lo hicimos en lugares atípicos.

No bailamos en escenarios comunes, sino que lo hacíamos en centros vacacionales, anfiteatros y lugares de descanso donde el público, por lo general, eran personas que no acostumbraban a ver este tipo de espectáculos, pues no poseían un nivel adquisitivo elevado para darse estos gustos.

Para mi resultó un verdadero placer brindarle nuestro arte e intercambiar con ellos terminada la función, fue un público que nos dio una acogida sumamente calurosa, nos llenó de elogios, ovaciones y nos agradeció noche tras noche, la propuesta que le ofrecíamos. Es por eso que a pesar del cansancio con que regresamos a Cuba, esta fue una gira que guardaré por siempre en mi memoria.

HT: Para completar su realización personal, ¿cuáles expectativas aun le faltan por acometer?

Patricia Hernández en Quixote.

PH: Yo diría, que es casi imposible para mi, separar expectativas personales de las profesionales, creo que estos dos caminos en mi vida están demasiado ligados, así que para sentirme plena, tengo que lograr varias metas que aún me faltan, entre ellas, bailar muchas obras del repertorio clásico que no he tenido el privilegio de hacer y la primera, no puede ser otra que “Giselle”.

Es el sueño de mi vida, el ballet que mas añoro y anhelo, pues solo he tenido la oportunidad de interpretar el Pas de deux del segundo acto. Creo que es una obra que aporta tanto a la bailarina y exige de la misma un histrionismo y un nivel técnico tan alto, que poder lograrla, es avanzar varios peldaños en esta inmensa escalera que es nuestra carrera.

Otra de las cosas que me gustaría realizar, es poder bailar con mayor frecuencia en escenarios internacionales, esto engrandece al bailarín, pues tener que enfrentar a públicos con disímiles exigencias, le aporta al artista una experiencia muy vasta y diferente.

Serian muchas las cosas que me faltan por hacer aún, para sentirme completamente realizada, pero me contento con ir por buen camino, y aunque nunca quedo completamente satisfecha con mis puestas en escena, porque siempre hay cosas que se pueden mejorar, me hace muy feliz que al público le guste mi arte y me regale esos aplausos y ovaciones.

HT: Palabras para definir a la bailarina Patricia Hernández.

PH: Creo que las palabras que no pueden faltar al definirme, son perseverancia, exigencia, y hasta pudiera decir que obsesión con lograr estar cada día más cerca de la perfección en mi baile. Pero la palabra que verdaderamente hace que día a día, a pesar del cansancio o los problemas, me levante con fuerzas para comenzar una nueva jornada, es la pasión y el inmenso amor que siento por lo que hago, estoy segura que eso es más fuerte que cualquier obstáculo que pueda aparecer, es lo que hace que diga sin pensarlo dos veces, “si volviera a nacer, sería otra vez bailarina”.