“Krudas Cubensi” en La Habana-2014 (I)
Por Regina Cano
HAVANA TIMES — Gentes! “Las Krudas”, Raperas integrantes hoy de la diáspora cubana y en relación continua con su isla natal, reconectan con sus memorias para contarnos de esas quienes fueron y son hoy.
Músicas enérgicas del Hip Hop, poetas afrocaribeñas con mirada lésbica y vegana de activistas Queer, mujeristas y luchadoras por el respeto al otro desde lo crudo, como la esencia con la que madre natura las trajo a la tierra.
¿Las Krudas?
Soy Odaymara Cuesta, AKA (Mas conocida como) «Pasa Kruda», fundadora del Proyecto de Vida “Krudas Cubensi” desde el 2001.
Olivia y yo unimos nuestras vidas en 1996. Nos preocupaba lo que pasaba en Cuba con las mujeres, las mujeres lesbianas y las personas negras.
Estudié en el Instituto Superior Pedagógico y acoplamos mi conocimiento de Artes Plásticas, y el suyo de Teatro y Música, y empezamos a crear Teatro de Calle, con “Tropazancos Cubensi” en 1999, mezclándolo después con Rap.
Nunca fui una persona normal antes de ser “Kruda”, siempre fui transgresora en el sentido político, ideológico, artístico y creativamente hablando.
Soy Olivia Prendes, también conocida como Pelusa Kruda. Me trajo al mundo una artista en potencia y desde niña hacía poesía por mi Guantánamo natal. Estudié en la Escuela Nacional de Artes de La Habana, donde cursamos nivel medio toda(o)s la(o)s música(o)s del campo, una música mayormente aburrida, eurocentrista y colonizada. Después estudié Teatro en el Instituto Superior de Arte.
Había un movimiento fascinante de música afrodescendiente en la Ciudad protagonizado por “Síntesis”. Trabajaba con el Grupo de Teatro “El Puente”.
Y entonces, conocí a Odaaaymaaara! que estaba muy dentro de un movimiento de jóvenes activistas por la música alternativa, afrocéntrica, específicamente afroamericana.
Conocimos el Funky y el Hip Hop, bien fuerte, vivo. Odaymara misma tenía mucha música. Le mostré la Escritura Experimental y Creativa y ella a mí todo su mundo de Arte y Activismo Queer.
Y muy importante -ella es modesta-, estuvo en la película “Gay Cuba” y para mí era una estrella de cine. Todo eso era un abanico de posibilidades para alimentar mi arte y la vida mía.
Nos enamoramos dentro de ambientes de la hermosa y poderosa naturaleza de esta isla, de la que aprendimos mucho, de nuestro acervo cultural y de nosotras mismas.
¿Activismo Queer en Cuba?
Pasa: Pues en los 90’s, hicimos un Grupo –Pepe, Lisbet, Amaury, Yoel, Yane, y por momentos llegaban más personas. Se llamó “Gales”.
En 1993 tuvimos reuniones con Mariela Castro Espín, para conformar un grupo de gays, lesbianas, bisexuales, transexuales, intersexuales; que “…diera un autorizo (…), para, tener una libre asociación, trabajar con Instituciones en ese sentido…”, porque más que hacer “party”, queríamos como una cosa educativa. “…escribir nuestra propia historia, del Movimiento (…) en Cuba y (…) ventilar asuntos que por el Triunfo de la Revolución se dejaron a un lado”.
Y simplemente nos dijo: Saben qué! “…el pueblo cubano no está listo para eso que ustedes están diciendo”. Y le dijimos: “¡Cómo no! si somos parte del pueblo.”. Y dijo: “En Cuba hay mucha homofobia y lesbofobia y el pueblo no…”, o sea, se puso como pueblo y nos dijo que “No”.
Entonces, continuamos haciendo nuestras actividades de forma independiente, clandestina, como se quiera llamar, y hubo un Primero de Mayo que dijimos: “Vamos, que nosotros también somos trabajadoras y trabajadores de aquí”. Y teníamos una bandera gigante Arcoíris, y luchábamos por estar en el desfile.
Fue fuerte, porque las personas alrededor, «el pueblo consciente y militarizado» no nos dejaba avanzar, nos empujaban, nos maltrataban, nos dieron bastantes golpes, pero no obstante a eso pudimos abrir la bandera.
Cada vez que pasaba un organismo, decían el nombre “Y ahora” “Salud Pública” o “La Anap”. Y cuando pasamos fue como un silencio “y aho…”.
Pasamos pronto, rápido. Al momento, mucha gente para encima de nosotros. Civiles, policías, no sé qué eran. Guardamos la bandera, nos dispersamos y a partir de ese momento cada integrante del grupo tuvo un chequeo periódico por la Seguridad del Estado. Y entraban en las casas y nos llevaban y nos sentaban horas y horas. Y estaba en un lugar y pasaba una persona de la Seguridad; como tratando de debilitarnos o que no nos reuniéramos. Al final, todas las personas de ese grupo están fuera del país.
Actualmente es diferente. Hay un Centro de Educación Sexual -lo dirige Mariela. Hay un Día Contra la Homofobia -con Desfile- y se hacen operaciones quirúrgicas. Ahora hay “fiestas” casi todos los días, se pagan y se lucra, y todo ha cambiado. Dicen que hay diferentes grupos gubernamentales de lesbianas y…lo que sea. Todo se ve bonito.
En ese tiempo fue duro, pero nos fortaleció mucho.
La historia del movimiento LGBTI*, inclusive mucho antes que “Gales”, de cuando la UMAP*, de cuando nos encarcelaban- viene de mucho antes; sería bueno que algún día recogieran todos esos eventos.
En aquellos momentos, teníamos intercambio con grupos de homosexuales de Alemania, Inglaterra, de Estados Unidos más específicamente: Nueva York, San Francisco. De esos encuentros surge el documental “Gay Cuba” –testimonios de cubana(o)s.
Con esas personas fuimos al Sanatorio de Atención al Sida. De Estados Unidos se traían sueros, jeringuillas y medicinas -pastillas, vitaminas y una llamada “AZT” bien costosa, que no sé si la pudieron consumir mucha(o)s cubana(o)s.
Fue importante apoyar con lo que nos llegaban, pero al mismo tiempo impresionante una actitud de: “No importa, aunque vengas a ayudar. No! El pueblo no está listo»-
También traían literatura en español y la donábamos a la biblioteca en la Güinera, donde “Fifí” tenía un Refugio de Travestis. Ella era como Jefa de una Microbrigada de Construcción, y en un comedor obrero -noches de sábados- se hacían Shows y venía la Comunidad.
En ese tiempo la Güinera era un foco fuerte de “presencia” homosexual. De quebrantar lo establecido. Nosotras y nosotros hicimos muchos trabajos voluntarios allí, porque sí.
¿Adentro del Hip Hop?
Pasa: Rensoli, de “Grupo Uno”, nos invitó al Festival de Rap en Alamar como “Cubensi”. Fuímos Yoel Fear, Odalys (“Wanda”) y nosotras. Rapeamos textos más infantiles que para adultos, pero con el estilo que la calle necesitaba.
Interactuar con ese público nos hizo crecer. Estábamos alrededor del Anfiteatro haciendo animación teatral, algunas canciones e improvisando. Fue hermoso.
Cuando cantaron las Raperas y los Raperos fue una fascinación. Nos dimos cuenta que pertenecíamos allí. Queríamos ser parte de esa cultura y haríamos lo posible por ser unas de las artistas haciendo Hip Hop en La Habana.
Ha sido el instrumento y arma artística más hermosa que se me ha dado. Y cuando hablamos de nuestras influencias, el primer lugar es del Hip Hop Cubano.
Pelusa: Iniciamos con un cajón y chequerés; improvisando e inventando canciones para el Teatro de Calle, hasta que percibimos que podíamos trabajar para todo tipo de público.
Hicimos Hip Hop con activismo vegano, con feminismo lésbico y con el absoluto rechazo a lo aprendido en la Academia euro y norcéntrica del arte cubano y los resultados que de ella provienen.
Olvidé la mayoría de las estructuras estrictas, referentes a afinación, armonía y melodía, pero trataba de dejar fluir más un sentimiento natural y popular que Odaymara y Wanda tenían asentado.
Y nunca salió refinada, sino Cruda como es la del pueblo, y decíamos: “Wow! Esta música suena bien Kruda” y era una palabra hermosa que unimos al Teatro. Y así nació, crudificando el Hip Hop Cubano.
¿Cuán Krudas estas muchachas?
Pelusa: De tanto Arte Experimental y Proyecto de Vida Vegano intentamos convertir a nuestras propias familias al veganismo, pero el Sistema Opresor es omnívoro e impone -desde que naces- comer carne como una verdad absoluta. Lo entendimos incluso antes de conocernos. Nos acercamos al crudiveganismo más puro sin tener información de ningún tipo.
Pasa: Siento una liberación al no comer Carne y productos de Maltrato Animal. No lo tienes dentro. No eres perfecta(o), pero muchos miedos e inseguridades desaparecen y nuestra mente fluye en un sentido más artístico, más creativo, más propositivo.
Te da entendimiento, paciencia, más compasión y un análisis práctico para resolver situaciones por fuertes que sean. Es un despertar, un descubrir. Es lo máximo!
Sueltas una cadena más del esclavismo mental a costa de la tradición: «…los ancestros comían eso”. “…es nuestro plato nacional” -mientras más te desatas del Sistema, del hetero-patriarcado, racismo y clasismo, más libre y transgresora será tu Arte, espontánea y súper de adentro- y albergas sentimientos más buenos.
Ser Vegetariana, Vegan, Cruda, nos ha dado, impetuooosidad! en las decisiones de nuestra vida, obra y carrera. Esos son los rieles y nuestra vida el trencito donde todo fluye.
Pelusa: También, cocinando los alimentos matamos enzimas que ayudarían a nuestros anticuerpos. Cuando no le damos lo necesario, este agota las reservas, de ahí la enfermedad o envejecimiento antinatural. Todo activismo vegano que hagamos importa. Es nuestra pequeña oposición a ese gran Sistema Mundial, como las luchas antirracistas, contra la discriminación de género, de edad, fronteras y países.
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NOTAS:
LGBTI…: (Lesbianas, Gay, Bisexual, Travesti, Transexual, Transgénero, Intersexual).
UMAP: (Unidades Militares de Ayuda a la Producción).
Escucha música de Las Krudas Cubensi
Todos hemos oido la expresion; «Deja, deja, gracias.. no me defiendas tanto». No solo hay amores que matan, tambien hay defensas que matan y como dice el dicho; de bien intencionados esta empedrado el camino al Infierno. Es lo que se aplicaria a los articulos «anti-sistema y contestatarios» que aparecen en HT. Las Krudas es otro disparte mas.
Madre mía qué arroz con mango mental. Lesbianismo, feminismo, mujerismo (¿y eso qué eeeeeeeeeeeeeeee?), negrismo, veganismo, crudismo, africanismo (¿acaso los africanos no comen carne?), antirracismo, antitodismo… mongolismo… demasiado para mi mente afinada y eurocentrista.
¡Gracias Fidel!
En primer lugar: Cada cual es dueño de comer o no, lo que le dé su reverendísima gana, dentro de sus posibilidades. Eso es ser liberado. Lo que no lo es, es sería vivir del complejo hasta cuando te sientas a la mesa.
Yo me siento extraordinariamente bien («liberado» no tiene nada que ver con eso) cuando me como una libra de puro shirloin acompañada de un puré de papas como Dios manda y espárragos, o, si no, una ensalada de tomates con mozzarella aderezo de aceite de oliva, mostaza de dijon, vinagre balsámico y unas hojitas de albahaca.
Yo sí no tengo complejo de esclavo: Como de todo lo que me dé la gana. Si mis ancestros lo comían o no, eso no es mi problema.
Ahora resulta que comer jamón, palomilla, y filete son rezagos del «heteropatriarcado, racismo y clasismo». De madre ¿de dónde habrá salido esta gente? Mira que hay ganas de hablar cáscara.
Hay quien le tira encima los complejos y las frustraciones personales hasta a lo que comide.
Hay cosas que no se pueden resolver comiendo, sino con un psicólogo. Y de los buenos.