José Martí, el ojo del canario

Irina Echarry

De la película Jose Martí: El ojo del canario.

HAVANA TIMES, 5 abril — La última película del realizador cubano Fernando Pérez se exhibió esta primera semana de abril en la sala Chaplin. Como era de esperar, el público asistió a las funciones buscando al Héroe Nacional José Martí. Pero, ¿qué encontró?

Acostumbrados como estamos los cubanos a mitificar a los héroes patrios, envolverlos en el manto de la bondad absoluta y guardarlos en una urna para que no se contaminen con la mundanidad (como si de ahí no hubiesen surgido); la construcción de José Julian (el personaje del film) y la imagen preestablecida de Martí (la que nos enseñan en las escuelas y en los escritos sobre él) tienen algo que las distancia.

Eso fue lo que el director y guionista quiso mostrarnos: al ser humano que pudo haber sido Martí.

Para facilitar la tarea escogió la niñez y la adolescencia, etapas que lo alejan del pensador revolucionario y el poeta del que tanto se habla.

Fernando Perez con su joven Jose Martí.

Por estar poco documentados estos años de la vida del Apóstol, el cineasta tuvo oportunidad de dar riendas sueltas a su imaginación.

Así, nos muestra a un niño asustadizo, retraido (demasiado), que se impresiona con todo lo que ve:  el maltrato a los animales, a las personas, la belleza del paisaje cubano, el dolor ajeno, la voluntariedad-autoritarismo del padre (por momentos pudiéramos creer que Mariano es un símbolo de la España colonizadora y esclavizante de la que había que liberarse de cualquier manera), el amor tierno de la madre, o la visión (menos infantil) de un seno que provoca la lujuria adolescente.

Un niño que es maltratado por otros niños en la escuela, que aprende a masturbarse,  que comete fraude. A quien se deje atrapar por las escenas que se suceden, podría olvidársele que se trata de un héroe de nuestro país. Una buena cinta para nuestros infantes se familiaricen con el hombre que fue Martí.

Todo (salvo alguna excepción) con buenas actuaciones, una fotografía que no se olvida fácilmente y la ambientación que intenta adentrarnos en la época.

El joven Martí con su madre canario.

Lo que llama la atención es que los adultos no logramos sentir la transición de ese niño que aprehende el mundo y el joven que piensa o reflexiona sobre el universo y la existencia, o sobre su patria y la libertad.

El tránsito de la niñez a la adolescencia es brusco y el crecimiento espritual del personaje solo se nos insinúa en algunas escenas y muchos close up al rostro de José Julián, haciéndose más énfasis en el ambiente social que en el mundo interior que se está forjando en Martí.

Es una cinta convencional, sin renovaciones estéticas ni vanguardistas, con una bella banda sonora de Edesio Alejandro y la acertada fotografía de Raúl Pérez Uretra (Premio Nacional de Cine 2010).

La discusión en el aula sobre la libertad y la democracia que necesita Cuba, sobre todo en la manera de hablar de los estudiantes, marca el aire de contemporanidad que el equipo deseaba impregnar a la historia que narra la película para facilitar una mejor recepción en los jóvenes que acudan a verla.

Buena oportunidad la de acercarse al Martí de Fernando Pérez e imaginar el nuestro, el que cada uno de nosotros quisiera.

One thought on “José Martí, el ojo del canario

  • deseando estar en Cuba para poder apreciarla, debe ser como dices; nuestro más bello ícono de la libertad era un ser humano, ante todo; eso era lo que los cubanos estábamos ansiosos por ver. Gracias por la reseña, Iri.

Comentarios cerrados.