Entrevista con el pintor y graffitero Yulier P.15

Yulier (P.15) Rodríguez

Yanelys Nuñez Leyva

HAVANA TIMES — Conocido por la lúdica firma Yulier P.15, se empeña en mostrarnos sus monigotes a cada paso que damos por la ciudad. Sus oscuros seres se mueven entre la parodia, la burla, la crítica social y a los mecanismos del poder. Se extienden por grandes superficies de muro, lo pueblan todo, adecuándose desde su carácter intrusivo, al espacio.

Conversar con este joven creador (25 años) nos dará algunas pistas sobre su fauna inanimada y sus principales propósitos.

Fauna habanera

HT: ¿Qué te motivó a hacer graffiti?

Yulier Rodríguez: Cuándo comencé hace dos años, el grafiti era una extensión del caballete de pintura. Yo necesitaba hablarle a una mayor cantidad de gente, alejarme del espacio arte y conectarme con el espacio público. El cubo blanco tenía y tiene un perímetro muy reducido y además el proceso de presentar proyectos en galerías, como no soy graduado, se hacía muy engorroso. Así que todo me llevaba a las calles.

HT: ¿Entonces el grafiti parte de tu pintura? ¿Cómo fue el proceso de descubrimiento y entrada al mundo de la plástica?

YR: Todos pintamos cuando somos niños, pero lo que define a un pintor del resto de sus contemporáneos, es la obsesión o un trastorno de personalidad. Yo creo que desarrollé ambas cosas. Nací en Florida, un municipio de Camagüey, y es en este lugar donde comienzo a asistir a mis primeros talleres de dibujo en la Casa de la Cultura. Luego estudié para Instructor de Arte, pero solo por un tiempo, porque las condiciones eran pésimas y porque la escuela no satisfacía mis necesidades alrededor del arte. Aquí en La Habana, traté de entrar a San Alejandro y no lo conseguí, así que tuve que agenciármelas de otro modo.

Cerca del Torreón de San Lázaro y el parque Antonio Maceo.

HT: Compartes un estudio en un lugar privilegiado a la entrada de Prado, ¿cómo lo conseguiste?

YR: En 2005 la Asociación de Combatientes abre un proyecto comunitario para artistas autodidactas y para la gente de la calle. Con este proyecto y en este espacio, se pretendía impartir clases de cerámica, teatro, dibujo y otras materias. En un primer momento se hizo, pero luego la escasez de recursos provocó que mermaran su frecuencia y que algunas cerraran, pero los más económicos se mantienen, como el de dibujo. Actualmente varios artistas trabajan aquí y tienen la facilidad, como yo, de exhibir sus pinturas a todos los interesados.

HT: Volviendo al grafiti, me gustaría saber ¿cómo empiezas y cómo haces la selección de los lugares?

YR: Mis primeros grafitis los hice solo, eran muy tímidos, pero muy pronto empecé a salir con otro grafitero, de mayor experiencia, Yairán, colaboración que me proporcionó mayor soltura, atrevimiento y confianza.

Los lugares que escojo me gusta que sean céntricos. Trato de no violentar paredes de viviendas o de instituciones, me dirijo más bien a los espacios derruidos o a los muros públicos más sucios, pues me gusta embellecerlos, cambiarles el rostro.

Trabajo de Yulier and Yailán en el Paseo de Prado

HT: Cuando una camina por el Vedado, La Habana Vieja, Centro Habana, Cerro, Guanabo o Playa, donde se encuentran la mayor parte de tu trabajo, se percata de la evolución del mismo. Empezaste pintando de forma austera pero de un tiempo a esta parte, tus grafitis se han movido un tanto hacia la pintura mural, donde la creación de varias historias y la profusión del color va marcando el nuevo ritmo. ¿A qué se debe esto?

YR: Eso es parte de un avance espontaneo y de mi profundo interés por la belleza. Cada día, el trabajo en las calles me proporciona mayores experiencias, que luego van a formar parte del cúmulo de historias que deben ser contadas. La muerte, el poder, la decadencia de la ciudad, son temas recurrentes en mis creaciones, pues son constantes en la realidad que observo.

HT: ¿Cómo ha sido la reacción del público en la calle? ¿Has tenido problemas con la policía?

YR: A la gente le gusta, y pienso que ese gusto se debe a la carencia de color en la ciudad. Hay tanta ausencia de arte en las calles que es inevitable no sentirse atraído. La reacción de la policía ha sido tranquila, ellos me dejan trabajar sin mayores inconvenientes, porque mi pintura por ser un tanto ambigua, puede llegar a confundir.

Graffitis en el Puente frente al Hospital Armejeiras

HT: ¿No crees que las paredes se te estén agotando, porque tus figuras amorfas han poblado prácticamente todos los lugares céntricos?

YR: Si, ya casi se me acaban, por eso estoy pensando intervenir los árboles, vamos a ver qué tal.

HT: ¿Sientes alguna frustración? ¿Qué aspiraciones futuras tienes?

Si, quizás la ausencia de materiales, que no me permite hacer todo lo que quiero, pero bueno, ahí ando. Y sobre las aspiraciones, me gustaría poder seguir haciendo grafiti y lograr mayor visibilidad dentro del mundo del arte. Por lo pronto, aunque los límites de toda índole me afectan, continúo trabajando.

Pintura sobre lienzo.