En Cuba: Libros por Arte de Magia

Por Verónica Vega

HAVANA TIMES – En esta era de alta tecnología, incluso al ritmo ralentizado que progresa en nuestra Isla, ¿cómo compite un libro con pantallas coloridas, brillantes, bullentes de aparente vida?

El color, el movimiento, la ilusión de la tridimensionalidad en un videojuego, por ejemplo, es simplemente hechizante.

La magia de un libro requiere traspasar el aparente estatismo de una columna de palabras, e ilustraciones planas. Una vez sumergido en sus aguas, pueden llevarte a regiones tan remotas que no seas capaz de describir. Viajes que ocurren a la velocidad del pensamiento, y nos sintonizan con épocas pasadas, acontecimientos, pasiones que nos sacuden y de las que salimos para no ser ya los mismos.

¿Cómo romper esa barrera tabú que ha establecido la competencia del móvil, el tablet? Antes solamente un libro podía ocupar ese espacio íntimo en una cartera o un bolsillo.

Aunque no es muy conocido por los cubanos, ya hay hadas misteriosas que depositan libros en lugares públicos del país, solo con el propósito de ser recogidos, leídos, y vueltos a colocar para ser reencontrados, y repetir el círculo. Un libro gratis que trae consigo también la historia de las manos que ha recorrido.

A una de esas hadas entrevistó Havana Times, y aunque es un joven universitario y responde al nombre de Rubén Darío, no da más información sobre sí, porque parte de la estrategia de The Book Fairies es que sus mágicos hacedores permanezcan en el anonimato.

¿Cómo surgió el proyecto?

The Book Fairies surge en Londres el pasado 2017, al inicio era un proyecto (books on the underground) que dejaba libros en las estaciones de metros de Londres. La idea era simple: esconder un texto con el objetivo de que fuera hallado y luego colocado nuevamente para que el ciclo continuase. Luego la idea fue llevada al resto del mundo y bautizada como The Book Fairies, y ahora hay cerca de 9000 book fairies por todo el planeta en más de 100 países.

¿Cuándo y cómo se suma Cuba?

La Isla se involucra en agosto del 2017 aproximadamente. Yo soy seguidor de Emma Watson y un día vi videos de ella escondiendo/dejando libros el Día Internacional de la Mujer en distintos lugares de la ciudad de New York. Comencé a indagar sobre la iniciativa y entré al sitio web www.ibelieveinbookfairies.com y vi de qué se trataba.

En la página había una sección en la que se registraban las hadas oficiales de cada país y me di cuenta que Cuba no estaba en la lista, así que les escribí pidiéndoles ser oficial.

A las obras literarias se les pone un sticker, que es una especie de pegatina con el logo de TBF para que las personas sepan de qué va el asunto. Una vez ubicado el libro, se toma una foto y se sube a los perfiles de las redes sociales, ya sea Facebook o Instagram, así los lectores ven dónde se dejó. El primer paso para convertirse en Book Fairy es comprar los stickers online en la página web de la organización.

Al contactar con ellos les expliqué que no podía hacerme con los stickers, porque no tenía (como muchos cubanos) tarjeta de crédito y me enviaron un paquete de unos 50 stickers gratis para empezar.

¿Difunden ejemplares de temáticas específicas? ¿Les interesa priorizar la atención de un público particular, por ejemplo, el juvenil?

Los libros que compartimos no están sujetos a ninguna temática específica, pueden ser novelas, poesía, ciencia ficción, terror…lo que el/la book fairy tenga a mano para esconder, los que ya han sido leídos y quizás están tirados o guardados cogiendo polvo en nuestros cuartos y pueden ser usados por alguien más. El público al que nos dirigimos tampoco es ninguno en específico. Es por ello que cuando el texto espera a su suerte por ser encontrado, el destinatario puede ser un anciano o un joven universitario.

¿Cuál es la referencia que han tenido del impacto de Book Fairies en el público?

Para saber el impacto de TBF las redes sociales cumplen un papel primordial, pues cuando el libro es encontrado, lo ideal es que se comparta una foto etiquetando a @bookfairiesworldwide o @bookfairies_cuba explicando que fue encontrado en x lugar. Esa parte suele ser un poco complicada en Cuba, pues el acceso a Internet es más limitado que en otros países.

Aparte de restablecer el preciado hábito de la lectura, ¿tienen el propósito de fomentar algún tipo de pensamiento o filosofía?

Construir una comunidad más grande de lectores y amantes a la lectura es nuestra filosofía y objetivo de trabajo. Impactar de alguna manera en las personas y que quizá a través de la iniciativa puedan cambiar o modificar sus hábitos literarios. Nuestros canales de medios sociales son visitados a menudo por los lectores, como una eficaz manera de obtener recomendaciones de libros.

¿Qué garantía tienen de que la persona que encuentra el libro, lo lea?

Ninguna, realmente es algo sujeto a la suerte, pero quizá esa persona se lo regala a su sobrino o a su hija y él o ella lo lee y así los impactamos a ellos indistintamente. Es algo difícil de medir con exactitud.

¿Qué porciento de los que ubican en los diversos lugares del mundo siguen circulando?

Muchas personas interactúan en las redes sociales o en grupos de lectura como Goodreads y comentan que se han encontrado un libro escondido por TBF en el café tal o en el parque tal y eso constituye también una referencia.

Teniendo en cuenta que la humanidad, en general, atraviesa una etapa de convulsión y pragmatismo, y con el desarrollo del marketing mundial, que cada vez utiliza estrategias más agresivas para captar la atención del público, ¿no es demasiado cándido difundir literatura por medio de un juego infantil?

La idea de esconder un libro anónimamente, envuelto en cinta de regalo, está relacionada con el concepto y el nombre de la organización. Somos book fairies que vamos regalando y compartiendo literatura con extraños para difundir la lectura. Es simple, pero no deja de influenciar en la vida de los lectores.

¿Cómo suelen reaccionar los niños?

Suelen sorprenderse y alegrarse, porque lo hacemos interactivo…a fin de cuentas somos hadas, así que les explicamos que los textos deben seguir siendo disfrutados por otros niños y una vez que están en sus manos, el que sigan circulando depende de ellos. Los infantes a los que les regalamos libros en el Hospital Pediátrico estaban muy felices y nos encantó poder provocarles una sonrisa ese día. Aunque actualmente no tenemos muchos ejemplares infantiles, estamos trabajando para pronto esconder algunos en zoológicos o escuelas y así interactuar más con el público infantil.

Aparte de Emma Watson, ¿otras personalidades famosas han participado en el proyecto?

No, hasta la fecha ha sido solo Emma Watson la única personalidad famosa que se ha puesto las alas. Recientemente realizamos otra campaña con la actriz en París, donde escondimos copias de El cuento de la criada de Margaret Atwood (http://ibelieveinbookfairies.com/2017/06/book-fairies-and-emma-watson-in-paris-the-handmaids-tale/).

En Cuba, ¿han podido actuar sin restricciones? ¿No ha habido temor oficial del contenido de los libros?

La única restricción que nos hemos encontrado, hasta ahora, ha sido el hecho que las editoriales cubanas no han respondido a nuestras proposiciones de colaboración, y es algo que se hace a nivel global. Lamentablemente, hasta el momento, no hemos recibido respuesta.

¿Alguna anécdota interesante de tu experiencia colaborando con el proyecto, que pueda ser compartida con el público de HT?

Cuando recién empezábamos con la iniciativa en Cuba, dejamos un libro en un parque y había un señor cerca que nos miró sin entender mucho. Nos alejamos y esperamos a ver quién se lo llevaba. El hombre se quedó un rato mirándolo como extrañado… Así estuvo alrededor de 10 minutos hasta que nos cansamos y le dijimos a una pareja de turistas que había cerca que el libro era para ser recogido, que se lo podían llevar si querían. Entonces ellos pasaron por al lado del señor y se lo dijeron y al fin fue y lo recogió. Es una reacción usual, por ser algo muy nuevo. La mayoría del público desconoce el proyecto y las personas suelen extrañarse al ver un libro en un banco o al pie de una estatua, solo para ser recogido.

Fotograma del filme animado Le Petit Prince

¿Hay esperanza de que el libro recupere el lugar sagrado (en la historia de la cultura y en el corazón del hombre), que le dieron los grandes escritores del mundo?

En mi opinión, la literatura siempre va a tener un lugar sagrado y especial en el corazón de la humanidad, hay muchas ideas e iniciativas como esta que no permitirán que pase al olvido. Aunque el avance de la tecnología es imparable, nunca va a ser lo mismo una obra digital que el olor a hojas de libro, de papel y tinta impresa mezclada con polvo.

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