El primer día en la Feria del Libro

Daisy Valera

HAVANA TIMES — He asistido a la feria como quien cree en los milagros, con los dedos cruzados tras la espalda esperando que algo haya cambiado; reconociendo como una buena señal que los tickets de la entrada no estén hechos con papel periódico.

Pero encuentro de nuevo en la caseta de  Información a niños lindos que posan con bufandas y cigarrillos ante la cámara de algún amigo y tengo que insistir demasiado para que alguno me alcance la programación del día.

De nuevo han armado sobre el césped esas carpas plásticas que tan bien imitan saunas o un pabellón para enfermos de la cruz roja; alguien terminará muriendo de calor allí dentro.

Otra vez Nestlé por todos lados, y parece la Feria del libro una feria de helados. Se anuncia el nuevo sabor: Sensación de Coco, con mucho coco natural.

El primer día de la feria todo es desorden, muchas editoriales cubanas aún no han arreglado sus stands y hay libros empaquetados  o apilados en rincones. Más organizados y eficientes resultan los vendedores de pollo frito y cerveza acampados en los fosos de la Cabaña.

En la inmutable escenografía solo se sustituye el sonido de fondo, y como el país invitado este año es Ecuador tenemos que adaptarnos a las raras melodías de un sanjuanito o una cumbia.

Guardabolsas

No faltan las colas en los guardabolsos; los libros son baratos, pero no lo suficiente. El guardabolsos para evitar los robos, es una característica distintiva de la feria del libro de La Habana.

Cuba al parecer tiene precios favorables en comparación con en el resto del mundo, y nos lo demuestran los estudiantes chinos y latinoamericanos a punto de caer al suelo por el peso de las bolsas que cargan.

También habla de precios el pabellón expositivo de Ecuador, en el que ningún libro se vende. La exposición existe para que podamos oler y palpar esplendidas ediciones y para enterarnos que los títulos que han decidido reproducir las editoriales cubanas son los menos interesantes. La editorial de La Casa de las Américas ha publicado Ecuador: De Banana Republic a la no república de Rafael Correa.

En la feria:

Una editorial mexicana vende una biografía de Justin Bieber y el horóscopo del 2014.

En el stand de la embajada de Japón jóvenes cubanos hacen origamis vistiendo hanfus.

El espacio reservado para el fondo cultural del  ALBA está vacío.

Se venden libros gigantes en 3D y posters de Cristiano Ronaldo o Eminem.

En el lugar para la literatura china la encargada me explica que corporación significa lo mismo que exposición;

y la Biblioteca Universitaria de Argentina nos sorprende de nuevo anunciando que donará algunos libros cuando termine el evento.

Salgo de la feria angustiada y extrañando los viejos buenos tiempos que no he vivido:

La década del 40 con vendedores independientes mostrando libros asombrosos en casetas de madera dispuestas alrededor del  Parque Central, y ofertas al alcance de todos los bolsillos.

Los primeros años después de 1959, cuando la Editorial Revolucionaria publicaba,  sin pedir permiso, clásicos de la literatura y los últimos libros de ciencia.

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Daisy Valera

Daisy Valera: Edafóloga y Blogger. Escribo desde la Ciudad de México, donde La Habana a veces se hace tan pequeña que llega a desaparecer; pero en otras, la capital cubana es una ciudad tan pasado y presente que te roba la respiración.

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5 thoughts on “El primer día en la Feria del Libro

  • Gracias por la crónica, Daisy, pero dime, ¿compraste algún libro chino? ¿De qué editorial? Le zumba que mi mujer y yo nos pasáramo año y medio traduciendo cuentos chinos para que al final estos despistados (por llevarlos suave) no llevaran los libros…

  • Ya se nota que las ofertas mexicana, japonesa, “albesca” y china no te llenaron el corazón, mal, definitivamente mal, mal por ellos claro, ofrecen poco, casi nada. Pero qué tal los kioscos fuera? qué tal la oferta de esas gentes? ahí te encuentras a uno enseguida del otro y como nunca en cantidad, es que con aquello del cuentapropismo en su máxima expresión la feria se volvió de kioscos.

  • Definitivamente la Feria del Libro es más bien la “Feria de la comida”, la “Feria de las bebidas”, la “Feria de las artesanías”, o de cualquier otra atracción; pero libros es lo que menos hay, y del peor gusto. Las ediciones realmente interesantes se acaban muy rápido, como ocurrió años atrás con la novela de Padura y así. Siempre recuerdo la anécdota de un amigo que conoció a una chica y al esta decirle que no le gustaba leer, él le preguntó: donde compras libros? Y ella le dijo: en la Feria del Libro. Entonces mi amigo le dijo: ahh ya entiendo por que no te gusta leer….

  • Muy buena la historia jeje

  • Hola Daisy
    Me gustó tu artículo. Yo estuve el sábado 22 y había mas gente que en la final del campeonato de beisbol. Me pareció un acontecimiento más folclórico que literario, pero bueno….todo sirve si se consigue que la gente lea. Acá en España, las ferias suele ser un muestrario de editoriales y autores que firman libros. y en lugar de tener el aire tumultuario y festivo de La Habana, conservan el perfume de las flores plásticas que presiden los velorios. Porque acá -gracias los libros electrónicos y la prohibición de publicar a autores noveles que llevan a cabo las editoriales- están a punto de convertirse en funerales.
    Un saludo y no cambies.
    Tomás, desde el más allá.

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