El Delirio Habanero y la Peña de Diana Rosa Suárez

Luis Rondón Paz

HAVANA TIMES — Este pasado sábado en la tarde le hice la visita al piano bar del Teatro Nacional de Cuba, lugar que mucha gente en la habana conoce por Delirio Habanero.

Para ser honesto, hacía más de 5 años que no visitaba ese lugar. Para mi beneplácito, la impresión que tuve al llegar fue positiva: La Fachada exterior del Teatro fue restaurada por completo, el ascensor estaba funcionando, el nuevo atuendo del piano bar era impecable y para completar mi alegría, el sofocante calor que traía conmigo estaba desapareciendo producto de la climatización del piano bar.

El precio de entrada comparado con otros centros culturales de la citadina capital habanera no era elevado (veinticinco pesos en moneda de la «que no vale»). Por otra parte, dentro del lugar pude apreciar que las bebidas tenían un valor un tanto escandalosos para mi gusto (El costo mínimo era a partir de un CUC), aunque cabe agregar que en La Habana, de todos los sitios que he visitado, este calificaba entre los más baratos y acogedores – De algún lugar hay que sacar el dinero para pagarle a los artistas. ¿Verdad? – Pensé en tono de broma mientras buscaba lugar para acomodarme, ya que la mayor parte del local estaba reservado.

Luego de varios minutos investigando cómo podía conseguir asiento, con tan buena suerte, en la parte más cercana del escenario aparecieron dos espacios vacíos y ahí mismo me quedé a esperar que iniciara el espectáculo.

La anfitriona del Evento era la popular actriz Diana Rosa Suarez en compañía de Omar Alí, quien es el director Artístico del espectáculo e integrante y fundador del cuarteto Génesis.

La peña de Diana Rosa estuvo de lo más entretenida: música en vivo, poesía, humor, celebración de cumpleaños colectivos, rifas y la sección Identificar a una de las personas asiduas al lugar, entre otras secciones que trae la peña.

Además, durante el espectáculo se puede disfrutar la vista que tiene el local que abarca todo lo largo de la Plaza de la Revolución y parte de la ciudad. Otra cosa que me gustó fue que el espacio promueve nuevos talentos y no reproduce vulgaridad ni mal gusto en el arte cubano.

En conclusión el delirio habanero para mí es un sitio donde se puede pasar un rato agradable y desconectar del bullicio y los problemas cotidianos, en un ambiente donde todos los sábados a las cuatro de la tarde, Diana Rosa Suarez y sus amigos, hacen que cada momento importe, porque como bien ella dice “mañana no sabemos si estaremos en este mundo” así que vive, se feliz, solo tú puedes escoger la felicidad”.