David Torrens en El Puente Musical desde Cuba

Osmel Almaguer (*)

David Torrens.  Foto: cubadebate.cu
David Torrens. Foto: cubadebate.cu

HAVANA TIMES, 6  feb. — Cantautor, músico y compositor cubano, David Torrens pertenece a la 3ra generación de la Nueva Trova Cubana.  Su música está marcada por la influencia del rock argentino, música brasileña y la música tradicional cubana.

Nació en Guanabacoa, La Habana, un 30 de marzo de 1968, y creció en un entorno poco singular, de mezclas de religiones y culturas africanas, característica esta que aportaría mucho al espíritu del futuro artista.

Comenzó sus estudios musicales en la Escuela Elemental de Arte Guillermo Tomás hasta 9no grado, por aquel entonces la música era su hobby.  Continuó estudios pre-universitarios en una escuela militar para “Camilitos” (Camilo Cienfuegos).  Finalizando el bachiller pasó la universidad, donde se graduó de ingeniero en Diseño Mecánico.  Todo, por supuesto, sin dejar la guitarra de la mano.

A mediados de los ochenta, con sólo quince años de edad, debutó como tecladista en la agrupación Canto Libre, en la que surgen sus primeras composiciones.  Posteriormente formó parte de un singular movimiento integrado por poetas, pintores y trovadores que tomó el nombre de su natal Guanabacoa, en la década de los noventa.

En 1995 firma contrato con la empresa discográfica EMI Music de México, por lo que se traslada a residir en Ciudad de México.  Contradictoriamente, y según una tendencia predominante en las últimas décadas, su incursión por el país centroamericano le abre las puertas al gran público cubano.

Regresa con su primer álbum titulado Mi poquita fe. Su tema líder, Sentimientos ajenos, recibió el premio ERES a la canción más solicitada del año.  También el videoclip de esta canción, dirigido por Ernesto Fundora, obtuvo premio como mejor videoclip en el Festival del Video Clip Cubano Premios Lucas.

Su segundo disco, Ni de aquí ni de allá, sale a la luz tres años después, en 2011, con un nuevo  incremento en la popularidad del cantante, gracias en gran medida al video del tema Quién me quiere a mí.

Si en Mi poquita fe aparecían rasgos de Pop latino y otros acentos un tanto comerciales, Ni de aquí ni de allá, logra fusionar con éxito el Pop con otros ritmos como el Rap, el Rock, el Son, el Bolero, la Balada y muchos otros.

Recientemente David Torrens ha presentado su tercera producción discográfica titulada Razones, de la cual algunos singles se encuentran aún en proceso de promoción.  Son fusionados por el artista géneros como el danzón, el pop, la trova, el bolero, la balada, la conga y el rock, sin desprenderse de otras influencias como el jazz, la cumbia, la música centroamericana y tropical -como resultado de sus experiencias en México-, lo que le  proporciona al disco un sello peculiar.  Figuras de prestigio como Pablo Milanés y Kelvis Ochoa participan como invitados en el mismo.

En más de veinte años de carrera artística David Torrens ha compartido escenarios con la cantante peruana Tania Libertad, los mexicanos Susana Zabaleta y Diego Schoening, el grupo cubano de rock Habana, y los también criollos Amaury Gutiérrez y Francisco Céspedes, entre otros.

Ni de aquí ni de allá le da nombre al segundo de sus álbumes.  Su letra comienza con el siguiente estribillo:

Yo no soy de aquí / y ya no soy de allá / No aprendo a vivir / en el va y viene y va / (Se repite).

Me acostumbraste a comer de tu mano / cual perro manso y feliz de su dueño / Chancleteando el mundo soy menos humano / Ya no encuentro amor tan sano / y si hoy me lo dan ya no lo comprendo / (Estribillo, se repite una vez).

Voy sin raíz que se aferre a un lugar  / No tengo dueño y soy dueño de nadie / Tampoco tengo un amor donde anclar / Yo no tengo a quien pagar / yo soy capitán en mi barco errante / Y cuando llegue la cuenta / con soledad la he pagado / no hay beneficio sin precio / ni porvenir sin pasado / (Estribillo, se repite una vez).

Rondan recuerdos / de amores puros / que se quedaron allá / donde la inocencia / Con fría ausencia / me hago el futuro / y cada paso será / eco en mi conciencia / Y cuando llegue la cuenta / con soledad la he pagado / no hay beneficio sin precio / ni porvenir sin pasado / (Estribillo, se repite una vez).

Reflejo del desarraigo que se siente en tierras extranjeras, con la característica especial que este fenómeno tiene en el caso de los cubanos, este tema es el producto neto, el resumen de una etapa en la vida del cantante.  Como es costumbre en él, ha volcado sus sentimientos de un modo visceral, con un espíritu que el ritmo up del instrumental disimula, creando así una mezcla agridulce, una especie de oxímoron.

Un oxímoron es una figura retórica de tipo lógico que consiste en armonizar dos conceptos opuestos en una misma expresión.  Trilce, el libro de poemas del genial César Vallejo, tiene como título un oxímoron que integra en sí los términos triste y dulce.

Los cubanos solemos vivir mucho en el espíritu del oxímoron.  Nuestro sentido del humor es un cuchillo que penetra en ocasiones los fenómenos más delicados de nuestra existencia como nación y como individuos de una forma radical.  De ahí la legendaria fama que nos hemos ganado, o bajo la cual a conveniencia nos hemos colocado, de gente que se ríe de sus propias desgracias, manteniendo regularmente un carácter afable.

Parte de cierto tiene este mito.  Lo cierto es que Torrens logró inculcar todo eso en su canción.  Con astucia le da un tratamiento al lenguaje que, además de belleza y vuelo poético, dota a la letra de una ambivalencia que le permite servir de historia de amor, a los escuchas menos avisados, y de confesión con tintes políticos a los que estamos más cerca de la realidad cubana.

Continúa siendo un músico cubano que hace su música tanto dentro como fuera de su país.  Se torna universal porque la música es una sola y él lo sabe y se aprovecha de ello con mucha eficacia.

Con esta canción David se coloca como un ser humano que se desmitifica a sí mismo.  Confiesa haber perdido la inocencia y revela su relación con la sociedad sin caer en posiciones de cómoda recriminación.  Con ella rinde homenaje a antiguas agrupaciones y ritmos cubanos tradicionales, en una mezcla sabrosa que aporta también sonoridades más actuales.

La alusión a esa pérdida de la inocencia, nos remite a una ruptura que a comienzos de los noventa creó un vacío insalvable entre dos épocas.  Algo se rompió, efectivamente, y el efecto tuvo un carácter irreversible, que ha llevado a cada cubano tras el sueño de no ser jamás ese “perro manso y feliz de su dueño.”

(*) El Puente Musical desde Cuba: Este material es parte de una serie con el fin de promover la comunicación entre la gente de las diversas regiones del planeta.    Estaré utilizando una narración sencilla para hacer llegar al público interesado el mensaje que trasmiten esas canciones cubanas que por su escaso potencial comercial y las dificultades que supone su traducción, a veces permanecen en un estancamiento comunicacional, a pesar de ser verdaderas joyas de la cultura cubana.

One thought on “David Torrens en El Puente Musical desde Cuba

  • “…incursión por el país centroamericano…”

    ¿Porqué esa manía -o presuntuosa ignorancia- de considerar a México como país de tal área geográfica(Centroamérica-sí, con mayúsculas-)? ¿Será que por más que la geografía dicta una cosa, todo ese aparato enajenador les hace creer que cuando se habla de norteamérica se hace referencia exclusivamente a “gringolandia”? Claro que no eres ni el primero -y seguro que no el último- de los cubanos que asumen tal idea.

    Sin ningún afán te digo que América del Norte se traza desde el Río Suchiate(frontera entre Guatemala-país Centroamericano- y México) hasta donde los bordes de Alaska rozan con el Ártico. Me parece que el comentario que te hago va más que necesario porque considero a esta publicación un espacio para la difusión de las cosas que pasan en Nuestra Latinoamérica, entonces supongo que lo menos que merece el lector es recibir referencias precisas de lo que se escribe. Si rebuscadamente se necesitara añadir relación entre mi observación y tu texto te diré que resulta fundamental enterar al público de esta revista que este punto sureño de norteamérica sirvió por muchos años a las disqueras trasnacionales como trampolín y enlace de sus productos para consumo “latino”, aún cuando estos “potenciales artistas” tuvieran ya camino recorrido en su tierra de origen y cierto reconocimiento a nivel local.

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