Gibara se enriquece con el Cine Pobre
Irina Echarry
HAVANA TIMES — Hace unos años Gibara era un pueblito tranquilo de la geografía oriental de Cuba, con una belleza capaz de atraer a unos pocos aventureros dispuestos a abandonar el bullicio de la ciudad. Hoy Gibara es un centro que aglutina a creadores y artistas del audiovisual en torno al Festival Internacional de Cine Pobre, fundado por Humberto Solás en 2003.
Anfitriones, realizadores y el público que asiste al evento se enrolan en días de fiesta, debates, proyecciones, conciertos, exposiciones y premiaciones de un cine hecho con bajos recursos.
A través de las nuevas tecnologías digitales se logra reducir el costo de producción de las películas y muchos realizadores incursionan en lo que antes consideraban un sueño difícil de realizar. Así, es posible hacer un cine más autónomo, sin compromisos y hasta más intimista.
Para este año se presentaron 185 obras de diferentes países, pero solo 47 quedaron incluidas en la selección oficial, con gran variedad de estilos, temáticas y géneros: un largometraje de ficción, diecisiete cortos documentales, cuatro videoartes, diecisiete cortos de ficción y ocho documentales.
Esta edición estará dedicada al deporte y su influencia en la formación social del individuo, y al rescate de las tradiciones culinarias de Gibara, que tiene reconocidos alrededor de veinte platos típicos.
Entre los homenajes habrá una retrospectiva de la obra de Jorge Molina, que incluye el estreno de Molinas boreales. Como parte de las muestras paralelas se exhibirán los cortos realizados por él en las ediciones anteriores del festival y, además, filmará el correspondiente a esta XI edición.
También se homenajeará a la actriz Luisa María Jiménez, una de las escogidas por Solás para su última película Barrio Cuba. La imagen de Luisa María sirvió para el diseño del cartel del festival.
Con una expo fotográica de Iván Socca y la proyección de Descerebrándose, un documental de Léster Hamlet, se recordará a Santiaguito Feliú, el trovador recién fallecido.
Del 24 al 27 de abril será la oportunidad de contemplar la belleza ensalitrada de la holguinera Villa Blanca y además disfrutar las cinematografías de muchas latitudes. Un cine que se realiza con poco gasto de recursos, pero con buenas ideas y calidad artística.
Aclaro varios errores de la publicacion anterior, se presentaron 208 obras, luego el comite de selección dejo en concurso 47 obras, el festival se desarrolla del 25 al 27 de abril proximo.
Saludos
Tal como van los rumbos del cine cubano, avizoro que en un lapso no muy prolongado Gibara superará la capacidad de convocatoria (y quizás de generación de proyectos) de La Habana, porque tras la muerte de Alfredo Guevara el edificio del ICAIC – y la institución como un todo – huelen cada vez más a elefante blanco . Y si no cambia radicalmnete, le pasa la rueda por encima.